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CON
el Ave, el mejor restaurante de Madrid es Casa Robles y el mejor
restaurante de Sevilla, Casa Lucio. La Cava Baja linda con Las
Escobas. Al Ave tendrían que darle un día unas cuantas estrellas
en las guías gastronómicas, por este acercamiento entre la
capital del Reino y la capital del Reino de Sevilla, ¿será por
comunidades históricas? Nosotros somos comunidad histórica desde
1248, cuando San Fernando nos concedió el Estatuto y luego su
niño, que le salió Sabio como Paco Camino, nos dio el artículo
151 del No8Do. Sevilla es capital de un Reino que llega hasta el
último mono de Gibraltar por un lado y hasta la primera yema El
Ecijano por el otro. Tiene títulos más que suficientes para
codearse con autonomías de ayer por la mañana, como La Rioja, y
a pesar de ello el alcalde no sale en esa foto de los
presidentes que llaman, no sé por qué, «histórica». Aquí sí que
tenemos Historia para dar y repartir, como el duque de Segorbe y
Gómez Marín dejaron bien sentado la otra noche en sendos
discursos de ole en la Casa de Pilatos, en acto de la
competencia.
Iba diciendo, antes que nos hirviera el agua del radiador con la
foto de los presidentes autonómicos en la Moncloa, que con esto
del Ave la calle de las Escobas es al cambio la Cava Baja y
viceversa. Y más en estos días de puente. Con la Expo, Sevilla
ganó muchos puentes: ese puente del Alamillo que dicen que tiene
tembleques, ¿le habrá entrado el Parkinson, con lo joven que es,
o es que con el maletín del convoluto usted ya me entiende? El
Puente del Centenario, que siempre me parece un homenaje a la
Casa Terry. Una jartá de puentes nuevos. Pero los mejores
puentes que estrenó Sevilla con la Expo fueron los puentes del
Ave. Estos puentes del Pilar, del Primero de Mayo, de Todos los
Santos, de la Constitución, de la Almudena, que llenan Sevilla
de turismo interior. Un amigo que tiene, original que es el tío,
una tienda de camisetas en el barrio de Santa Cruz, me dijo el
otro día:
-No veas el dinero que los fines de semana dejan en Sevilla los
voivengos... Y ni te cuento la cantidad de voivengos que entran
en la tienda si es un puente...
-¿Los voivengos? ¿Quiénes son los voivengos?
-Sí, hombre, los del que voy y que vengo de Madrid a Sevilla en
el Ave, a echar el día, o a pasar el fin de semana, o de puente.
¿Tú no ves lo lleno que viene el Ave, que nunca encuentras
billete para Sevilla el viernes? Pues es por los voivengos, que
tienen cogidos todos los Aves.
Robles tenía que poner en todos sus restaurantes cuadros de
homenaje al Voivengo, como Agapito Jiménez Calvo colgó,
agradecido, el retrato del Doctor Fleming entre las periquitas
de Las Siete Puertas o La Marina. Aprocom tenía que nombrar al
voivengo socio protector de la patronal de comerciantes. La
Asociación Sierpes, levantarle un monumento La Campana, junto al
puesto de Curro. ¿Cuántos millones dejan los voivengos en cada
puente, entre hoteles, restaurantes, taxis, tiendas y frasquitos
de Agua de Sevilla a la vuelta para regalar a la suegra que se
quedó con los niños?
Y en este Fin de Semana del Voivengo, el PP andaluz, para no ser
menos que nadie, en plan Casa Robles, celebra su Congreso del
Voivengo. En el PP andaluz hay más voivengos que en los
veladores de la Cuesta del Bacalao. Los voivengos del PP son los
que vienen de la izquierda y van flechados a esa derecha que
Javier Arenas quiere que sea como una fotocopia del PSOE. Tengo
una duda: la gente siempre prefiere el original antes que la
fotocopia a la hora de votar, y con el voivengo, encima, se
incrementa el índice de cabreo de los votantes fieles. Quieren
hacer del PP un voivengo, vengo de la derecha de toda la vida
para ir... ¡Quién sabe dónde! Ahora, que por mí, encantado. A
todos los voivengos les deseo muy buen fin de semana. A los
voivengos del puente y a los voivengos del PP.
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