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AHORA
me explico por qué en la solemnidad de crisantemos del Día de
los Difuntos el Ayuntamiento de Sevilla dijo que con la modita
de las incineraciones empezaba a sobrar sitio en el cementerio
de San Fernando...
-Que pronto será el cementerio de Almotamid, usted, ahora que a
San Fernando lo han mandado a por tabaco.
-Y el Caja San Fernando de baloncesto será pronto el Caja
Almotamid...
-No, San Fernando en la Caja tiene fecha de caducidad, como los
yogures de mijitas. Va a durar hasta la fusión con El Monte,
para lo que ya se habló en su día de un nombre completamente
Morancos de Triana: Alcaja.
-Pues ya puestos, que le llamen Alcancía a la fusión. ¿Qué mejor
que alcancía a lo que, total, es una hucha de dinero ajeno en
manos de Comisiones en el caso del Monte y del PSOE en el caso
de la Caja?
-Calle, calle, que como sigamos así vamos a descubrir la tostá
de que en la reja de la Capilla Real está San Fernando a caballo
matando moros, no vayamos a tenerla, que como se enteren son
capaces de mandarlo de dependiente a Muebles Matamoros, frente a
la portada de la Feria.
Así que dejemos a San Fernando en el cementerio donde sobra
sitio. Porque nos ha dado como a los romanos de Carmona con sus
muertos todos en la Necrópolis: por la incineración. Gracias al
Ayuntamiento de Almonte sabemos que el sitio que sobra en el
cementerio de Sevilla es el que falta en El Rocío, donde le ha
dado a la gente, en plan Carmina Ordóñez, por ir a tirar las
cenizas. Al cauce de la Madre de la marisma lo han disfrazado de
cementerio, con sus cruces de hierro y más coronas que un
semáforo. Ridículo. Los que no quieren enterramientos inventan
un cementerio para las cenizas. Las aguas de la Madre, junto a
la ermita, están como el cementerio marino de Paul Valery, pero
con flamencos y garzas en vez de gaviotas.
Por todo lo cual el almonteño alcalde Paco Bella ha dicho que ya
está bien, y que el que quiera ir al Rocío con las cenizas, que
pase por ventanilla. ¡Más dinero para sus votantes de Almonte!
¿Invertirá también en el pueblo lo que saque en El Rocío por el
esparcimiento de cenizas? ¿Lo hace por eso o lo hace por no
dejar por embusteros a los letristas de sevillanas? Es mi duda.
Al paso que íbamos, con tanta ceniza mortuoria, iban a tener que
reformar las sevillanas rocieras. Todo el ciclo de las arenas.
Los Amigos de Gines iban a tener que dejar así el «Sueña la
margarita»: «Beben los pajarillos/en el río Quema/y vas pisando
muertos/por las arenas». Los Marismeños, obligados a cambiar la
letra de Moya y Pareja Obregón: «Almonteño, déjame/que yo tire
sus cenizas,/que los caminos crucé/con los restos de tía Luisa».
Los Hermanos Reyes hubieran tenido que cantar: «Cenizas del
camino/de las Cigüeñas,/cuando pasa Triana/pongo una esquela».
Una Triana que anda que iba a estar bonita en el reformado de
«Así es Triana, sí, sí» de Paco Alba, por Los Amigos de Gines:
«Esa niña que va andando/por encima las cenizas/pisa ahora lo
que queda/de mi pobre tía Felisa». Y el coro de la Hermandad de
Sevilla: «Me pongo mi sombrero,/me pongo mi medalla,/y me trago
las cenizas/de tós los muertos que haya». El Solano de las
Marismas de Aurelio Verde y Moya hubieran terminado cantándolo
así Los Romeros de la Puebla: «Solano de la marisma,/tú que
alisas las arenas,/pégale un buen planchaíto/a los restos de mi
abuela».
Mejor así: ni una ceniza más en El Rocío. Porque iba a ser
completamente porno lo de la abuela rociera de Paco Coria y Juan
Díaz, tal como lo iban a tener que cantar Los Romeros de la
Puebla: «La abuela viene este año/alegre por las arenas,/más
contenta unas Pascuas,/y con más ganas de juerga./Que el abuelo,
en sus cenizas,/a sus pies polvo le echa». Así que ha hecho
usted muy bien, don Paco Bella.
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