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Miro
el calendario de cultos de la estricta observancia en la fe
rociera según la Hermandad Matriz de Almonte y veo que
esa Candelaria de la que
hablábamos ayer no existe. La Candelaria de todoterreno de
lujo, maletero lleno de bandejitas de Ochoa o de Gorki, vestida
como para las carreras de caballos en Pineda, no existe. Esa
Candelaria no está en el calendario oficial rociero.
-Ande usted ya...
De verdad, que no. El que quiera Candelaria, que vaya el Martes
Santo a los Jardines de Murillo, dice el calendario oficial de
cultos del Rocío. Lo que existe y celebra mi admirada y querida
Hermandad Matriz es la Fiesta de la Luz. Ojú, el de la Luz. Han
caído en el cursilísimo lenguaje de lo católicamente correcto,
el que borda aquí el Amigo. ¿Cómo algo tan serio y recio como la
Hermandad Matriz celebra una cursilería como la Fiesta de la
Luz?
-Como no sea que Sevillana Endesa patrocine ponerle ese mote a
La Candelaria...
-Ahí está la clave, en Sevillana: la clave Ybarra. Los Ybarra
son mucho de La Candelaria, de la Candelaria de San Nicolás,
¿no?
-Y tanto. Ahí tienes a Ramón Ybarra Llosent, que es más de La
Candelaria que Pepe El Planeta que la fundó.
-Pues Ramón Ybarra le habrá dicho a su hermano Jaime, el
presidente de Sevillana: «Mira, Jaime, para que los rocieros del
Ave que vienen a «las ferias de La Candelaria» no se hagan un
lío y no se confundan con el Martes Santo, ¿por qué la Fundación
Sevillana no patrocina los cultos de la Hermandad Matriz, para
que sea Fiesta de la Luz en plan cursi del lenguaje de la Junta,
así como de exclusión de vertebrados?».
-¿La Fiesta de la Luz... Eléctrica, no?
-No, hombre, eso sería demasiado. Basta con Fiesta de la Luz. La
luz eléctrica vamos a dejarla para recordar la que llevaban
hasta 1961 los cuatro faroles del paso del Señor de San Nicolás,
que era lo más Cartagena que se despachaba en la Semana Santa de
Sevilla: un paso con luz eléctrica. La Candelaria tenía hermanos
de luz... pero con baterías Tudor o con pilas que duran y duran
y duran.
La Hermandad Matriz nos electriza poniéndole de mote Fiesta de
la Luz (ojú, el de la Luz) a lo que toda la vida de Dios fue La
Candelaria. O en los pueblos, la Fiesta de las Candelas. Nunca
de la Luz. Era el 2 de febrero, no el sábado 29 de enero, como
ahora, que a la noche habrá vigilia con entrega de títulos a las
nuevas filiales de Palma de Mallorca y Mairena del Aljarafe; y
el domingo 30 de enero, rosario de la aurora y presentación de
niños chicos a la Virgen.
-¿Y Triana?
-Pues muy bien, gracias.
-No, que dónde está Triana en la ermita por La Candelaria, que
en el almanaque de la Hermandad Matriz no viene por ningún lado.
¡Con la que forman los rocieros de la Hermandad Filial del Ave,
todos vestidos de montería para ir con Triana a «las ferias de
La Candelaria»!
-Pues oficialmente Triana, en la Candelaria, vulgo cursi Fiesta
de la Luz, ni está ni se le espera. Primero que ni el 29 ni el
30 de enero es La Candelaria: fue siempre el 2 de febrero. Y
después, que Triana ni viene siquiera en el programa de
peregrinaciones oficiales de ese domingo, que van Villanueva del
Ariscal y Pilas.
-O sea, que todo esto de la Fiesta de la Luz es para no mentar a
Triana, que fue la que inventó La Candelaria, con la Infanta
Doña Esperanza yendo a caballo con sus amigos rocieros desde
Villamanrique por la Raya Real...
La Candelaria, según la Hermandad Matriz, no existe. El que
quiera Candelaria, que se vaya a San Nicolás. Anda que van a
estar allí bonitos los del Ave vestidos de verde montería, de
verde Candelaria. La Fiesta de la Luz es la fiesta del apagón.
Apagón analógico en la televisión y apagón trianero en el Rocío
por La Candelaria.
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