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Podemos
llegar a saber quién mató a Prim en la calle del Turco o a
Kennedy en Dallas. Mas por mucho que investiguen los expertos,
por muchas lupas que metan a las fotos, por mucho que para su
examen detengan los vídeos, páralo ahí, que le voy a cantar una
saeta, nunca llegaremos a saber si en la manifestación de las
víctimas del terrorismo (sector histórico, no el renovado de
Pilar Manjón) a Bono le dieron un sopapo, un cosqui, una
tragantá, una guantá, una cachetá, una galleta, una bofetada,
media o nada, pues hay quien sostiene que Bono no tiene ni media
bofetada. Más de media docena de dignísimos funcionarios del
benemérito Cuerpo Nacional de Policía...
-Muy bien lo de llamar benemérito a ese Cuerpo, usted.
Claro que sí. Dentro del topicazo de «Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado», si la fuerza, la Guardia Civil, es la
Benemérita, ¿por qué el cuerpo, el Cuerpo Nacional de Policía,
no va a ser el Benemérito? ¡Toma igualdad de género, de género
gramatical! Como lo de ciudadanos y ciudadanas o vascos y
vascas: Benemérita y Benemérito.
Y más de media docena de funcionarios del Benemérito no han
podido encontrar prueba documental alguna ni del cosqui, ni de
la tragantá, ni del sopapo a Bono. Y mira que el jefe les
conminaba a que las encontraran y hallaran presuntos, para
obedecer las supremas órdenes de quien pedía detenciones como
quien pide café:
-Quiero detenciones...
-¿Solas o con leche, señor ministro?
-Con la peor mala leche posible contra el PP...
En cuanto a la célebre barra de hierro, tengo una cervantina
explicación. Trátase de los fastos del Centenario del Quijote,
que como saben formaba parte del programa de ZP mucho antes de
que se le pasara por la imaginación que unas mochilas asesinas
le llevasen a la Moncloa pasando por Atocha. En plan por el
Imperio hacia Dios, ¿no?, pero por Atocha hacia la Moncloa.
La famosa barra de hierro de la manifestación es un homenaje a
Cervantes por parte de Bono, que por algo el paisano de Sarita
Montiel fue presidente de Castilla-La Mancha y sabe tela de
molinos de viento. Todo es asunto cervantino, manchego,
quijotesco. Los manchegos imitan a Don Quijote para no dejarlo
por embustero, como los andaluces hablamos como los personajes
de los Quintero para no defraudar a la afición. Sarita Montiel
imita a Don Quijote y se cree que los maromos cubanos son espías
de Fidel. Bono imita a Don Quijote, y como el Ingenioso Hidalgo
veía gigantes en los molinos de viento, ve barras de hierro en
los palos de las banderas. Ocurre que a Don Quijote lo sacaba de
su locura el fiel Sancho, quien le decía que no son gigantes,
maestro, que son molinos. A Bono no hay quien tenga cojones de
decirle que los palos de las banderas no son barras de hierro y
que los achuchones de la bulla no son mascás. No sabe Bono que
al que se mete en la bulla le cogen el culo, y que a él se lo
cogieron en la pajarraca de la boruca como los moros cogieron
Perejil. Y anda buscando culpables. Es como si la Santa
Hermandad hubiera detenido al cura y al barbero como culpables
del pellejazo que Don Quijote se pegó con los molinos. El
ingenioso hidalgo don José Bono de la Mancha y su fiel escudero
el ministro del Interior, Sancho Alonso, que suena cervantino,
han dicho a la Brigada Político-Social de la Policía que quieren
detenciones para que nos olvidemos de la claudicación del
Gobierno ante la ETA. No, no me he equivocado. Dentro de la
conmemoración cervantina, han convertido a los gigantes del
democrático y benemérito Cuerpo Nacional de Policía en antiguos
molinos de la Brigada-Político Social, que les llevan en bandeja
los detenidos que hagan falta. Porque en esa Policía, ay, hay
quienes quieren ganarse el cielo de la roja comulgando con
ruedas de molino y no les importa volver a hacerla Brigada
Político-Social del régimen.
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