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¿CÓMO
es exactamente la tópica cita de Santayana? ¿Es «Los pueblos
que ignoran su Historia están condenados a repetir sus
errores»? ¿Es «los que no conocen su Historia están condenados
a repetirla»? No sé cómo será exactamente. Mi Google, Espasa
sin anaqueles y sin apéndices, no da para tanto. Lo que sí sé
es que desde el poder, desde el poder político, desde el poder
cultural, desde el poder mediático, todos los días escriben el
palimpsesto de Santayana. Más o menos así: «Como en los planes
de estudio nos hemos encargado de que nadie conozca la
Historia, podemos repetir su escritura a nuestra conveniencia,
especialmente si se trata de la España Contemporánea; lo cual
es facilísimo: bastará sustituir el rigor de la Historia por
la demagogia de la Memoria».
Lo siento por don Gonzalo Anes, pero de aquí a nada la Real
Academia de la Historia será Real Academia de la Memoria. El
famoso Altavoz del Frente no ha dejado de funcionar. Sigue
invitándonos a que nos pasemos al bando de lo políticamente
correcto. Dejemos el reaccionario bando de la Historia y
pasemos al bando de la Memoria. Según el cual de un momento a
otro sabremos que las que recorrieron La Castellana en 1939 en
el Desfile de la Victoria no fueron las tropas que parece. No.
En el Desfile de la Victoria pasaron ante la tribuna el Quinto
Regimiento, las Brigadas Internacionales y el Batallón de
Acero. En la tribuna no estaba Franco. Estaba Azaña, con
Negrín, Prieto, Largo Caballero y La Pasionaria. Si esto aún
no es así, pronto lo será. Antes de que acaben los cuatro años
naturales de esta legislatura los nacionales ya habrán perdido
completamente la guerra civil y la habrán ganado los buenos,
esto es, los republicanos.
Para ello, ya está montado en Salamanca el Centro de la
Memoria. No sólo en Salamanca. España entera es un Centro de
la Memoria. Una inmensa goma de borrar la Historia. Lo cual
podemos decirlo mejor que nadie los que estuvimos frente a la
dictadura de Franco cuando había que estarlo: con el dictador
vivo, con la Policía Social con sus calabozos abiertos y con
el Tribunal de Orden Público con el tinglado de la antigua
farsa montado. Entonces, entonces era cuando había que
restañar la memoria de la Historia, y algunos nos atrevimos a
hacerlo, y aunque esté fea la autocita, pongo dos libros míos:
«Andalucía, Tercer Mundo» y «Guía secreta de Sevilla». Cuando
había que echarle dos co...nocimientos de la Historia a hablar
de los fusilamientos de Queipo de Llano era en 1972, no ahora,
que en agradecimiento te hacen de una comisión de sabios y te
dan la gran cruz de Alfonso X el Ídem. En aquellos entonces,
que yo supiera, ninguno de estos profesionales de la Memoria
se atrevió a levantar el telón de la manipulación franquista,
a derribar el muro levantado por Prensa y Propaganda del
Movimiento. Éramos cuatro gatos los que nos atrevíamos a
hablar de la otra Historia, de los heterodoxos, de los
perdedores, o a novelar el asesinato de Blas Infante.
Y, mire usted por dónde, entonces éramos casi los mismos que
ahora denunciamos esta desvergonzada manipulación de la
Historia a manos de la Memoria. Parece que Franco hubiera
muerto ayer. Están rompiendo peligrosamente la costosa y
generosa concordia que se logró en la Transición. ¿A mí qué
más me da la manipulación tipo Valle de los Caídos o la
manipulación tipo Centro de la Memoria de Salamanca? ¿Dónde la
verdad de la Historia, de toda la Historia, y he dicho toda:
te, o, de, a, toda? Tan manipuladores eran los textos de
Formación del Espíritu Nacional que padecimos en la dictadura
que esta Formación del Talante Republicano del Abuelo de
Zapatero. Como se ponga en marcha toda la memoria y nada más
que la memoria, aquí van a tener que empezar a hablar de
escultores como Illanes, Castillo Lastrucci o Andes, que
después de 1939 tuvieron que sustituir la imaginería
procesional de media Semana Santa andaluza, quemada no
precisamente en un incendio fortuito. ¿Será por Memoria?
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