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QUERIDO
hermano mayor de la Cofradía de la Columna: iba a decirte
que la que te estás perdiendo. Borra, borra eso. La que nos
estamos perdiendo nosotros sin ti. Te lo digo con este
uniforme de colegio de huérfanos que tus lectores nos
pusimos cuando te fuiste. Y en esta carta a modo de
conferencia a cobro revertido. A cobro revertido por el «a
firmar y a cobrar». Me has dado hecho este artículo.
Sabrás que Conchita nos ha mandado a tus cofrades el libro
póstumo con tus escenas políticas completas en torno a la
«Zapatiesta Zapatero». No te extrañe, por tanto, que ayer
Manuel Martín Ferrand y antier Manuel Alcántara, que todos
los grandes Manolos del articulismo te recuerden. De estar
tú aquí dirías que te da alipori andar de promoción, como un
Santiago Segura cualquiera. Ni punto de comparación. Tu
ingenio para clavar la realidad de España sí que era un
torrente tres de hermosicas palabricas. Un torrente más que
Ballester.
Nos estamos perdiendo grandes artículos tuyos, y no hay
derecho. Nos estamos perdiendo tu artículo de las escaleras.
Dirías que por razones humanitarias y dadas nuestras
tradicionales relaciones con los países árabes, mucho más
cordiales ahora que cuando Franco, pues los moros nos han
puesto a todos mirando hacia la Meca, la Fernández de la
Vega va a firmar un convenio con Isidoro Álvarez para que
las escaleras mecánicas del Cortinglés de Goya, sin premio,
sean llevadas ora a Ceuta, ora a Melilla, a fin de que sus
escalones rimen con la alianza de civilizaciones y con
tócame los cataplines.
Nos hemos perdido, Jaime, tu artículo de los ilegales.
Dirías que la palabra ilegal ha desaparecido. Como la
palabra «negro». Como «separatista». Como la palabra
sinónima de manflorita. Los ilegales del Sur son
subsaharianos y los ilegales del Noroeste son nacionalistas.
Pero tan ilegales, dirías, son los negritos del África
Tropical que saltan las vallas del Monte Gurugú como los
nacionalistas catalanes de las musolinianas camisas negras
que saltan las vallas de la Constitución. Mientras que a los
primeros hay posibilidades de que Marruecos los mande al
Sahel por donde han venido, sin que proteste por el trato
inhumano ONG alguna ni Bardem alguna, ni pegatina ni grito
alguno llame «¡asesino!» al de la zapatiesta, a los
segundos, a los que han saltado la valla del valle del Ebro,
ya han tomado Madrid para irse de España. Unos quieren irse
de España y otros dan la vida por venir. El Madrid que en
1939 tomaron los nacionales lo toman en 2005 los
nacionalistas. Y no hay «No pasarán», porque la quinta
columna está dentro del Congreso y en la Presidencia del
Gobierno.
Nos hemos perdido tu artículo sobre la sirga tridimensional
que sustituye a la concertina, toma nísperos. Es el abajo
con el tiroliro, abajo con el tirolero que se traen. Tocan
la concertina para armar la tremolina y que no se hable de
que se rinden ante la ETA y claudica el Estado de Derecho.
Nos hemos perdido cientos de artículos geniales. ¿Y el de
Bono rebajado de rancho en el Consejo de Ministros, con pase
de pernocta en Jaca? ¿Y el de la opa de chúpate Endesa,
dirías, que estos chicos de la mamandurria catalana se creen
que Europa es una opa con una mierda de euros por acción,
mientras en heroica gesta resiste alguien tan hispánico que
hasta se llama Pizarro? Todo esto, Jaime, nos lo estamos
perdiendo. Y como le he pedido prestada su telefonía
celestial a Fernando Villalón, puedo ahora escucharte:
-Antoñico, lo tuyo conmigo es como lo de Alfonso XIII con el
bisabuelo de Pepote Borbolla en San Sebastián, cuando le
dijo: «Perico, en Sevilla hizo ayer 43 grados a la sombra».
Y le respondió: «Majestad, la que me estoy perdiendo». Lo
mío, Antoñico, es igual, pero oyendo desde aquí la orquesta
del Titanic mientras España se hunde lentamente con esta
zapatiesta...
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