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YA
saben: Guadalajara en un llano, México en una laguna, ¿no?
Pues Guadalajara dedicará a Andalucía la XX edición de su
Feria Internacional del Libro. Y como aquello es el Estado
de Jalisco, sector No Te Rajes, la Junta le quiere dar la
máxima importancia a la presencia de nuestra tierra. Lo cual
no es nada nuevo. Sin tanto cuento, desde la ya lejana
Asamblea de Comercio Iberoamericano que impulsaba la Cámara
de Comercio y hasta ahorita mismo, que acaba de volver de
allí, el licenciado don Miguel Sánchez Montes de Oca (que
puesto así parece mexicano, pero que es sevillano de La Isla
de San Fernando) viene haciendo una importante tarea de
acercamiento entre Sevilla y Guadalajara, entre Andalucía y
Jalisco.
Lo de la Junta con Guadalajara es como lo de la Cámara de
Comercio, pero tirando el dinero a espuertas, según norma de
la casa. Tirando su dinero de usted y el mío, no el de ellos
de su bolsillo. No hay nada más agarrado que un progre, ésos
que dicen que son más de izquierdas que la leche que mamaron
Soto y Saborido, pero que viven como un marqués, casi
siempre con cargo a los presupuestos y a la Visa Oro del
cargo.
Y para resaltar la presencia andaluza en Guadalajara, la
Junta le va a dar la vuelta a la película de Jorge Negrete
donde debutó como actriz la nieta de Don Cecilio de Triana,
Carmen Sevilla. La cinta se llamaba «Jalisco canta en
Sevilla». La película que se ha montado la Junta es justo al
revés, su calcetín vuelto: «Sevilla canta en Jalisco».
Que Sevilla cante, y baile, y toque la guitarra en Jalisco,
si se tratara del Tablao Internacional de Guadalajara,
estaría muy bien. Pero es que Andalucía va a ir a la Feria
Internacional del Libro (repito, del Libro) con una Embajada
Despropósito. Nos va a representar Farruquito. Bueno, los va
a representar a ellos, a los que viven de Cultura en la
Junta, a los intelectuales orgánicos estabulados en el
poder. Llevo escritos unos cuantos libros, y quizá en la
Feria de Guadalajara esté presente el último de ellos, pero
yo, como modesto autor andaluz, no me siento en absoluto
representado por Farruquito. Es más, considero una afrenta
que los escritores andaluces estén representados en
Guadalajara por Farruquito, sin que esto signifique juicio
moral alguno sobre el bailaor, lo que nos daría para
rellenar siete carillas. ¿Qué tiene que ver Farruquito con
los libros andaluces? ¿Dónde están las obras, en verso o
prosa, que ha escrito? ¿Qué editorial ha publicado sus obras
completas? ¿O es que llevan a Farruquito a la Feria del
Libro de Guadalajara para que firme ejemplares de una
edición de lujo del Código de la Circulación y el Código
Penal en formato de bolsillo?
No queda ahí la cosa, Jalisco, no te rajes y aguanta. Con
Farruquito, en nuestra embajada "literaria", va Cristina
Hoyos, autora como saben de novelas leidísimas. Y va Carmen
Linares, poetisa exquisita. ¿Qué tiene que ver este
flamenqueo y bailoteo con los libros? ¿Es que en Andalucía
no tenemos a Juan Ramón y a Aleixandre, por no salir de los
premios Nobel, para que los señoritos de la Junta, como
buenos señoritos, se lleven a los flamencos puestos a
México? ¿O es que va la Agencia de Desarrollo del Flamenco y
no el Centro de las Letras que dirige Pablo García Baena?
¿Que si van autores de libros propiamente dichos, dice
usted? Pues sí, parece que un manojito, pero de amigos de la
casa: Luis García Montero, Antonio Muñoz Molina y el
inevitable Saramago, esa especie de Gregorio Conejo de la
literatura que sale en todas las fotos, y que va como
«andaluz de adopción»... será porque vive en Lanzarote.
¿Eslava Galán, Gala, Rafael de Cózar, Mantero, Rosa Díaz,
Aquilino Duque, los que escriben y publican en Andalucía
ahora? De ésos, ni uno. ¿Cantan o bailan o algo? Entonces,
¿cómo los van a llevar a Guadalajara, si no le bailan el
agua a la Junta, ni son portugueses ni nada?
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