|
-
MANDAN
a Paco Vázquez al Vaticano. Cerca me parece. Si yo fuera
Paco Vázquez, me hubiera pedido por lo menos la embajada en
Nueva Zelanda. Y chica me parece la nueva terminal T-4 de
Barajas. Pequeñísima iba a venir si todo el que cuando lee
el periódico por la mañana, al ver la cantidad de odios
reconcentrados y de demolición de cualquier control sobre el
poder, y tras pedirle el cuerpo preguntar a qué hora sale el
primer avión para un sitio civilizado y sin sobresaltos,
cogiera y se fuera a Barajas para largarse, que es lo que ha
hecho Paco Vázquez, en la T-4 íbamos a estar como piojos en
costura.
Disiento de la general teoría sobre el nombramiento. No lo
han largado para evitar molestos testigos de vista cuando
repitan en Galicia lo de Cataluña y la que se nos viene
encima en las Vascongadas. Es como el grito de la chusma en
el 14 de abril de 1931, pero al revés. En el 31, la chusma
(porque era la chusma, los republicanos de verdad iban por
otro lado) gritaba sobre el supremo gesto de Don Alfonso
XIII al aceptar la voluntad popular: «No se ha marchao, que
lo hemos echao». El nombramiento diplomático de Paco Vázquez
ha sido al revés: no lo han echado, se ha marchado. Como
quiere marcharse de España cualquier persona que tenga, como
Vázquez, patrimonios intangibles tan políticamente
incorrectos como principios, palabra, fe, honor, ética,
valores. O simplemente vergüenza.
-¿Qué hace un chico como tú, Vázquez, en un entramado de
poder como ése?
-Pues las maletas, hijo, ¿qué voy a hacer, sino las maletas?
Paco Vázquez, probablemente, iba a tener que alquilar caras
(o pedir un trasplante, ahora que los hacen) porque tiene la
suya desgastada ya de tanto caérsele de vergüenza por las
cosas de sus correligionarios. Vázquez es tan políticamente
incorrecto que no es de los que usan la cara para echársela
a todo lo que vaya viniendo, como Bono, como Ibarra, como el
novelista Escuredo o el novelista Leguina, ¡pista, que van
los novelistas! Menuda cara la de quienes de boquilla a
veces dan recitales de vergüenza, de los que se arrepienten
inmediatamente, cuando piensan que con los sueldos de comer
no se juega. Paco Vázquez tiene la cara justamente para lo
contrario que sus vividores correligionarios que están
dejando a España hecha unos zorros: para darla por sus
ideas, por sus convicciones religiosas y civiles, por su
sentido nada totalitario de la aplicación de las mayorías.
Le pedí una vez que me empadronara en La Coruña, porque con
la burrada de votos que sacaba para la alcaldía, era la
única forma de poder vivir en un lugar de España donde tras
las elecciones no te dieran el tocomocho de que trapichearan
con tu sufragio para entregar el mango de la sartén al Carod-Rovira
de turno, al primer chantajista de un partido bisagra que
pasara por allí. Y esa cara que Paco Vázquez ha dado contra
el aborto, contra la eutanasia, contra el matrimonio
homosexual, contra la LOE, contra la claudicación ante la
ETA, contra la destrucción de todo un sistema de valores, es
la misma que se le cae de vergüenza cuando mira su carné de
partido y comprueba que es el mismo que el de esta partida.
¿Es muy grande la embajada de España en el Vaticano, Paco?
Porque esto se está poniendo que va a haber que ir pidiendo
asilo en una embajada, como en el Madrid de 1936 (¡toma ya
memoria histórica!), y ninguna mejor que la tuya. Como el «Natalico,
Natalico, colócanos a tós» que le gritaban sus paisanos de
Albuñol a don Natalio Rivas, los que tenemos tu mismo raro,
raro, raro sistema de valores vamos a tener que ponernos a
gritar de un momento a otro: «Paco Vázquez, Paco Vázquez,
llévanos a tós».
Artículos de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|