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Los
apellidos los carga el diablo. El mío, por ejemplo, lo cargó
el diablo con dos cartuchos de postas: Burgos suena a
morcilla, a queso, y, en el mejor de los casos, a catedral.
Y ha cargado Pedro Botero el apellido que tiene que resolver
la Fiesta de la Mangoleta de Marbella. En vez de elecciones,
una gestora. Como si el disuelto Ayuntamiento fuera una
cofradía donde el mayordomo se ha llevado el dinero. Más o
menos lo que ha ocurrido. Con una diferencia: en la cofradía
de Marbella se llevaba el dinero hasta el tío que va con la
escalera detrás del palio, a la voz de «Vamos a llevarnos
bien...todo lo que haya que llevarse».
Al frente de las gestoras de las hermandades, la Iglesia
pone a un cura, porque no se fía de los seglares. Para la
gestora de Marbella, el PSOE pone a uno de los suyos,
tampoco se fía, pues las encuestas dicen que el PP barrería
si hubiera elecciones. Para salvar a Marbella, echan mano de
Salvador Pendón, el de la Diputación, el del calentón con
los SMS del 13-M. Lo siento mucho, sé que hacer humor con
los nombres es facilongo, por eso he empezado amorcillando
el mío, pero con la cantidad de apellidos que hay entre los
cientos de miles de militantes del PSOE, no han podido
encontrar otro que Pendón. Nobilísima palabra, que evoca el
Pendón Morado en Cádiz, prenda de libertades, o el Pendón
fernandino en Sevilla, pero que en Marbella precisamente
suena a lo que suena:
-Lo de Marbella lo va a arreglar Pendón.
-¿Otro pendón más, después del pendón de Gil, y del pendón
de Muñoz y del pendón de la Yagüe?
-Será como la mancha de la mora, que con otra verde se
quita: el pendón de Marbella con uno de la Diputación de
Málaga se quita.
Pendón de conquista que llevaba en la mano Chaves cuando
desembarcó triunfalmente en Marbella, entre Banús y Las
Cuchis, por allí. ¡Qué afición por Marbella le ha entrado a
este tío! Desde que la Infantería de Marina norteamericana
desembarcó en la Playa Omaha de Normandía, nadie había
desembarcado tan triunfalmente como Chaves en Marbella. Esto
lo coge Juan Lebrón y hace un documental para Canal Sur:
Chaves repartiendo chicles a los niños de la LOE y abrazos a
sus votantes, los viejos verdes del programa de Juan y
Medio, como cuando los americanos avanzaban hacia París.
Chaves, que tiene un sentido estricto de la igualdad de
oportunidades políticas, del respeto al adversario y del
cumplimiento de las reglas de juego (¡por aquí!), se fue a
Marbella con el Pendón de la victoria y con candidato
puesto. Donde tantos se hicieron de oro, quieren poner de
alcalde a Plata (don Paulino), y no lo disimulan
absolutamente nada. ¿No va la cosa de turismo? Pues para que
no le entre la gripe aviar a la gallina de los huevos de oro
del turismo, Chaves quiere poner al consejero Plata. De
Antequera a Marbella y tiro porque me toca y porque tengo la
sartén por el mango, los presupuestos, el entramado
empresarial, el aparato mediático, el reparto de
subvenciones y lo que haga falta. A Paulino Plata siempre lo
veo en sepia. Sostengo que tiene planta de vocalista antiguo
de la orquesta de Chaves. Ningún sitio mejor que Marbella
para el cantor melódico antequerano. Es que lo ves con el
esmoquin blanco y las maracas electorales, en la fiesta de
Olivia Valere: «Y a continuación, y a petición del querido
público, voy a interpretar el bolero que lleva por título
"Señora, qué gestora"...» Esto es como «María Dolores»: en
vez de Chaves convocando elecciones, Paulino Plata te canta
un bolero.
Y yo que me creía que lo de Marbella se iba a arreglar
porque iban a poner al frente de la gestora a Gunila... O a
La Pantoja mismo, que sabe tela de arreglar las cosas de
Marbella hablando con Gaspar Zarrías.
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