|
-
TOMANDO
quizá como clarín del Apocalipsis la trompeta de la Fama de
la portada de la antigua Fábrica de Tabacos donde estudió
Filosofía y Letras, Alfonso Guerra dijo cuando llegaron al
poder que iban a dejar a España que no la iba a conocer ni
la madre que la parió.
Se equivocó. Cuando se produjo el normal, lícito, justo y
necesario relevo democrático en el Gobierno y salieron de la
Moncloa los correligionarios de Guerra, España estaba
bastante reconocible. Ahora, ahora que ZP no ha prometido
nada, y mucho menos apocalíptico, acerca del reconocimiento
de España por parte de su señora madre es cuando la cosa
está complicadita. Ahora, ahora, entre los radicales y los
separatistas, es cuando están dejando a España que para
reconocerla va a haber que hacerle la prueba del ADN.
Y a Sevilla, ni te cuento...
Sevilla sí que la están dejando que no la conoce ni la madre
que la parió. Tras grandes esfuerzos y después de gastarse
auténticos dinerales presupuestarios, están consiguiendo que
Sevilla se parezca bastante poco a Sevilla. ¿Es por
casualidad o adrede? Yo me creía que las locuras habían
terminado aquí en el tiempo peligrosísimo en que todo se
hacía «de cara a la Expo», y que hizo exclamar a Tomás
Balbontín una frase histórica:
-No, lo que se dice cara, de cara a la Expo le están echando
toda la cara del mundo...
Creíamos que todas las locuras, todos los disparatones,
todas las sinrazones habían sido ya perpetradas de cara a la
Expo del 92. Mas seguimos en estado permanente de vísperas
de Expo...sin tener muestra alguna que llevarnos a la
agenda. Dudo que Antonio Silva, que se ha ido a pellonear a
Zaragoza, haya encontrado allí una ciudad más patas arriba
que la que ha dejado aquí. No nos puedes dejar solo, Antonio
Silva. Te vas, se desmandan los dos Cabildos que tan bien
toreaditos llevabas embebidos en la bamba de tu muleta color
rabanito, y de momento el Corpus va a llegar a La Campana...
-Y ya puestos, en vez de hasta La Campana sólo, ¿por qué no
llega hasta Ecija?
Tendremos la entrada los pasos del Corpus en La Campana en
plan Sentencia, ¡chicotás de tres marchas! Y a la Virgen de
los Reyes, la Pobre, me la van a llevar a dar una vuelta por
el barrio de Santa Cruz sin salir de la parte de las tiendas
de camisetas.
En cuanto a la Avenida cortada, a los árboles talados, a San
Telmo destruido, al pavimento hundiéndose cada dos por tres
en plan Casa Guardiola con el Metro, a los retrasos de la
tuneladora, a los de IU haciendo de Carod Rovira con un
cartuchito de votos sólo, a la generalización del
aquí-me-las-den-todas del supremo conformismo colectivo,
pues tampoco va a conocer Sevilla ni la madre que la parió.
Tan no la conocemos que, por ejemplo, desconocíamos todo lo
que hemos aprendido sobre Indalecio Prieto. No le eche usted
cuenta a los fachas, que son unos reaccionarios y no quieren
que cambie nada. Poco me parece la Plaza de la Alianza para
esa lumbrera de la democracia como Don Indalecio, al que
tantísimo le debe Sevilla. ¿Por qué no mejor dedicarle la
Plaza de San Francisco? ¿Nos dio San Francisco el Alcázar o
algo? ¡Pues entonces! Y es que la derecha ni aprende ni
olvida. No se ha enterado que Sevilla no la conquistó San
Fernando, sino Indalecio Prieto. No sabe que no la fundó
Hércules, sino que fue Indalecio Prieto. La Catedral la hizo
Indalecio Prieto. La Feria la fundó Indalecio Prieto. El Vía
Crucis origen de la Semana Santa lo estableció Indalecio
Prieto.
Y con todo lo que le debemos a Indalecio Prieto, aun hay
unos desagradecidos carcas que protestan. ¿Pues no que
quieren legar a sus hijos el recuerdo de una ciudad hermosa
y grata, la que le ha dado nombre universal a Sevilla? Nada,
nada, hay que acabar con toda esta carcundia... A ver si de
aquí a las elecciones no conoce a Sevilla ni la madre que la
parió.
Artículos de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|