Las desgracias
nunca vienen solas. Por si no ocurrieron suficientes
desgracias y muertes en el junio afortunadamente terminado,
ese Mes del Diablo que trajo al almanaque un numerito de tocar
madera, el día 6 del mes 6 del año 6, ahora anuncian que
Carmen Calvo ha pedido el relevo como ministra y que está
haciendo las maletas.
-- Serán maletas de Louis Vouitton,
naturalmente.
-- Por descontado, pero Vouitton de las
buenas, buenas, no de las de imitación de los mercadillos.
No hay derecho. Qué duro es el destino.
Cuando nos habíamos hecho a la idea de tener a Carmen Calvo al
frente de la Cultura, se nos va.
¿Qué va a ser de la Cultura sin Carmen
Calvo? ¿Qué va a ser de nosotros sin Carmen Calvo? Qué pena,
pena. ¿Qué ministra habrá con su talante progre de catálogo,
que nada más salir de una enfermedad le faltó tiempo para ir a
agarrarse a la pancarta de cabecera en la manifestación del
Día del Orgullo Gay y Esto Es Lo Que Hay? ¿Y Pixie y Dixie?
¿Qué va a ser de Pixie y Dixie? ¿Quién va a confundir la
lengua latina con los dibujos animados del gato gitano y el
ratón andaluz?
¿Y la Dama de Elche? ¿Quién se va a hacer la
foto junto a la Dama de Elche cuando esta Escultura Cuota
regrese a su museo madrileño? (Digo Escultura Cuota porque
probablemente hablar del Efebo de Antequera o del Trajano de
Itálica es machista; lo feminista es tener a la Dama de Elche
como escultura arqueológica de culto.)
¿Y la moda española? ¿Qué va a ser de la
moda española sin Carmen Calvo? ¿Quién se va a poner esos
modelitos del horror horroroso para ir a los premios Goya?
¿Quién va a sacar cada día un nuevo habillé, carísimo todo, de
diseño todo?
-- No, la parte de gastarse una fortuna en
trapos la deja Carmen Calvo encomendada a Teresa Fernández de
la Vega, que no repite modelo ni aunque se lo mande el médico.
¡Qué ropero! ¡La de mariquitas ocultos que deben de caber en
su fondo de armario! Mariñas nunca la cogería en una cena de
gala repitiendo lo que llevó a una boda, boda civil,
naturalmente...
¿Y los pegatineros artistas y titirimundis
del No A La Guerra y del Nunca Mais, qué va a ser de ellos,
sin la Calvo dándoles subvenciones a babor y estribor?
¿Quién va a seguir siendo cocinera antes que
fraila?
¿Quién va a encontrar los anglicanismos de
la lengua castellana?
¿Quién va a descubrirnos que El Rocío es la
explosión de la primavera en el Mediterráneo?
¿Quién va a desear que la Unesco legisle
para todos los planetas, incluyendo el Planeta Agostini?
¿Quién nos va a recordar que las señoras
tienen que ser caballeras quijotas manchegas?
¿Quién va a aclararnos que
un concierto de rock en español
hace más por el castellano que el Instituto Cervantes?
¿Quién va a informar del infarto cerebral que nunca existió la
próxima vez que esté grave una gran estrella de la música
española?
Ay, Dios mío de mi alma, ¿qué será de
nosotros los articulistas sin Carmen Calvo? ¿De qué vamos a
escribir cuando se vaya esta cateta viajada? ¿No podríamos
organizar unas rogativas a la Virgen de la Sierra, Patrona de
su Cabra natal, para que siga en Cultura?
No por nada, sino porque me temo lo peor.
Cuando Chaves se la quitó de encima como consejera de Cultura
de la Junta y de una patada hacia arriba la mandó de diputada
al Congreso, ZP la hizo ministra, en aplicación del Principio
de Peter. No quiero ni pensar lo que la pueden nombrar ahora,
que ZP se la quita de enmedio como ministra. ¡Tiembla, Kofi
Annan, que ésta puede acabar de secretaria general de la ONU!
¿No llegó a ministra de Cultura sin causa justificada?