Clic para ir a la portada

El Recuadro   

 Antonio Burgos

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Víctimas: tó pá ná

ECIJANO. Torero. Como Sacabuches, el de los Siete Niños, que se tiró al monte tras meterle un estoconazo hasta los gavilanes a su mujer y otro al sacristán con quien se la encontró acostada en su casa de la Alameda de Sevilla. Ecijano como Jaime Ostos. De esa casta y encaste del valor. Se llama José Luis Vargas Álvarez. En el Cossío viene por su nombre de los carteles, que ahora se pone en las tarjetas como director de la Escuela de Tauromaquia de Écija: Pepe Luis Vargas.
Tras brillantes temporadas de novillero, cabeza del escalafón, Pepe Luis Vargas tomó la alternativa en Sevilla en la Feria de 1979. Se la dio Curro Romero. Sufrió, como tantos novilleros punteros, el bache de la alternativa. Que confirmó en Madrid en un cartel barato, agosteño. Iban pasando los años y Pepe Luis Vargas ni encontraba el sitio ni se lo daban. Pechaba con corridas duras en plazas de polvareda y borrachos. Por eso creyó llegado su momento de gloria cuando, ya con 28 años, casi puretón para torero, lo puso Canorea en la primera de Feria de Sevilla de 1987, con reses de Joaquín Barral, junto a Ruiz Miguel y Curro Durán. Era la ocasión soñada. Ahora o nunca. Se iban a enterar de quién era Vargas. Se la tenía que jugar para que vieran qué pedazo de torero era y empezaran a echarle los toros de ensueño que traen los cortijos en los lomos.
Y allá que te fue Pepe Luis Vargas con su capote, a Roma por todo. Llamo Roma a la puerta de chiqueros. En un silencio de expectación, recorrió el miedo de esos siete mil u ocho mil kilómetros que hay entre el burladero de capotes y el portón de los sustos de la portagayola. Doblemente genuflexo, como decían los revisteros, extendió el capote sobre el albero, primer tiempo de saludo para la larga cambiada. Hizo un gesto al torilero. Se abrió el portón. Salió el toro de Barral. Con la de nombres que puede tener un toro, qué guasa, se llamaba «Espanto». Así fue. Salió distraído. La razón le decía a Varguitas que se levantara y le pegara un lambreazo para quitárselo de encima. El corazón y el pundonor, que siguiera allí arrodillado, tragando quina. La tragó. El toro lo empitonó por la ingle de mala manera y Vargas quedó tendido en el suelo. De su taleguilla brotaba un caño de sangre. Rojo surtidor trágico. Borbotón que horrorizó al público, que mascó el chicle amargo de la tragedia. Reescritura con sangre del eterno romance de valentía. Como pudieron le quitaron a Vargas el toro de encima, lo llevaron a la enfermería. El toro le había roto la femoral y algo peor: las ilusiones. Y por la enfermería iba entrando, desangrándose, llevando una de las cornadas más espeluznantes de la historia de la plaza de Sevilla, cuando le oyeron que camino del quirófano repetía:
- Tó pá ná, tó pá ná...
Me he acordado del «tó pá ná» de Varguitas al ver a Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagazaurtundua, dando un recital de dignidad y memoria frente al hotel Amara, en cuyas cortinas se limpiaba la sangre inocente el representante en Vascongadas del partido del Gobierno, que se daba la boca con el jefe de los terroristas que nos han causado el dolor de mil muertos, el borbotón de miles de víctimas, el luto de huérfanos y viudas. ¿Para qué, si al final les vamos a dar mucho más de cuanto pedían en la Alternativa KAS, cuando se hartaban de asesinar militares, policías y guardias civiles? Tó pá ná, decía Pilar Ruiz. La muerte de su hijo, pá ná. La de Miguel Angel Blanco, pá ná. Pá ná la muerte de Gregorio Ordóñez. Cuando los teníamos cercados, el Estado se ha rendido. Sin que los asesinos entreguen las armas, el Gobierno ha decretado el alto el fuego de la Justicia, de la Policía, del Parlamento, de los medios de comunicación, ante unos terroristas que no se han movido un milímetro. Y encima, la vicepresidenta del Gobierno tiene la desfachatez de decir que los que están al margen del Estado de Derecho -como el infierno de Sartre- son los demás. Como Vargas: tó pá ná.
Artículos de días anteriores
 

Correo Correo


Clic para ir a la portada  

Biografía de Antonio Burgos  

Libros de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés




 

 


 

 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

 

 

 

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio