Lo siento por
la Peña Enrique el Mellizo y sus Jueves del Baluarte. Lo
siento por los cantes de Cai. Y muy especialmente por
Chano Lobato, irrepetible cantaor y contaor. Cada
cantaor de Cai es un mágico contador de prodigiosos
embustes. ¿Qué es la novela, sino un largo embuste de
200 páginas, como los que compendiados contaban los que
cantaban, Pericón, Aurelio, Beni, y ahora el
singularísimo Chano?
Lo siento por ti, hermano Chano, pero por
nada del mundo se te ocurra decir más la cantiña que
bordas. Esa letra histórica de la Guerra de la
Independencia, de los voluntarios de Cai que fueron a
coger coquinas y a la primera descarga soltaron la
carabina. La Junta ha prohibido terminantemente que los
voluntarios de Cai vayan a coger coquinas de ninguna
clase. Pues puede ocurrirles como a los bañistas de la
playa de Levante del Puerto. Que tengan que soltar la
carabina y Juan Najela de Levante. Porque ya ha sonado
la primera descarga de las bombas burocráticas que tiran
los fanfarrones de la Junta en coquinera materia. Las
órdenes intervencionistas, dictatoriales, sovietizantes
y como comunistonas de esta Junta que se mete en todo,
hasta en las coquinas de la arena de la bajamar.
Lo habrán leído, y no me resisto a
copiarlo (aunque sé lo que le pasa al que la copia),
cuánto intervencionismo: «La Junta comenzará una campaña
para recordar a los ciudadanos que el marisqueo de ocio
es ilegal, ya que, en los últimos años, viene observando
un incremento de esta actividad en la zona del Parque
Natural de la Bahía de Cádiz, sobre todo en la playa de
Levante de El Puerto de Santa María. Muchos de los
usuarios aprovechan sus paseos por la orilla para
recoger muergos y coquinas que luego emplean en el
propio consumo doméstico, una actividad que «se está
convirtiendo en un importante problema para la
supervivencia» de estas especies. La campaña recuerda
que el marisqueo daña gravemente el ecosistema de los
moluscos y alerta de que el marisco para consumo debe
pasar unas medidas de control sanitario que no tienen
las especies cogidas directamente de la playa.»
¡Hasta en las coquinas manda Erchave,
como micer Francisco Robles llama a Don Chaves, en
genial transcripción fonética de sus votantes! La Junta
se mete en todo. Hablando de fauna marina de coquinas,
la Junta es un enorme pulpo que con sus tentáculos todo
lo apresa, todo lo envuelve. Ya ni coquinas en la playa
se pueden coger, como Erchave no te haya dado el carné
de coquinero. La intervencionista Junta quiere tener
hasta el control sanitario de las coquinas de cogemos en
la playa y nos llevamos al apartamento con agua del mar
en el cubito del niño, para echarles el arroz.
En Andalucía cada vez hay menos sociedad
libre y liberal y más asfixiante y totalitaria Junta
ordenancista. Antonio Lorente, con toda la gracia de su
cofradía de Los Gitanos, me decía en Matalascañas,
naturalmente que mientras cogíamos coquinas:
-¿Tú has visto una sola calle de Sevilla
donde no haya un letrero de un centro oficial, de un
local o de un algo de la Junta? ¡Lo tienen copado todo
con los letreros de la Junta!
-Y no te metas en la Sierra, Antonio...
No vayas a Cazalla. Porque ¡hasta en cada punto
kilométrico de las carreteras de la Sierra han puesto su
letrero de «Junta de Andalucía»!
-¿Pues tú sabes cómo se llama en
castellano un hito de punto kilométrico?
-Si, mojón, y nunca mejor dicho. Porque
la Junta, con tal de coparlo todo, le tiene puesto su
marchamo hasta a los mojones de carretera. Y los
conductores que suben hacia Cazalla, a cada punto
kilométrico van exclamando, maravillados: «Otro mojón pá
ti, Chaves».