El juntasaurio se caracteriza por la resistencia en el tiempo y en el espacio. El juntasaurio no tiene un hábitat definido, en su capacidad que los científicos han llamado Duracell: "Y duran, y duran, y duran..." El juntasaurio, con tal se seguir en el machito, se adapta a todo. Últimamente ha protagonizado una migración. En época de obras, el juntasaurio pasa de los palacios, de la etapa San Telmo, a las casas de color rosa, rosa precisamente, como la que sujeta un puño en el escudo de sus menos perdurables congéneres de baronía. Y en cuanto al tiempo, los científicos han determinado su capacidad de adaptación y duración, mediante el carbono 14 aplicado a la Foto de la Tortilla. El juntasaurio dura más que un martillo en manteca, siendo ya 16 años los que lleva tan ricamente preservado en la manteca colorá de la blanca y verde.
Concretándonos en la referida Foto de la Tortilla, donde aparece el juntasaurio de joven, es el único que sigue en el machito de todos los que salen. Otros se movieron o los movieron, y ya no salen, como dijo uno de ellos, el guerrasaurio, que ahora se dedica a escribir sus memorias y a lo que siempre hizo, pero menos: a dar por saco, pero poquito y dentro de un orden. También ha pasado a mejor vida, en migración a zonas tropicales donde abundan los amigos millonetis, el felipesaurio, dedicado a hacer dinero como tierra. Y así, todos los de la foto. En cuanto a sus antecesores como especie protegida en la Reserva Natural de San Telmo, los biólogos han determinado que ha concluido el ciclo de vida política del escuredosaurio y del borbollasaurio, que duraron menos que un chupachú en la puerta de un jardín de infancia.
Aunque el mayor mérito del juntasauro es su capacidad de supervivencia y adaptación, frente otros individuos de su especie, que aguantaron hasta cierto punto, tragando quina a veces, pero que hubo un momento en que como o ellos acababan con ZP o Zapatero acababa con ellos, ocurrió esto último. Caso del pacovazquesaurio, maragalsaurio, bonosaurio y más recientemente del bellotarisaurio, conocido también por ibarrasaurio. A todos estos, que algunos paleontólogos llamaron barones, se les calentó la boca en alguna ocasión y dijeron lo que pensaban. Mas como el juntasaurio nadie sabe cómo piensa y cuando habla lo más que dice es lo de "andaluces y andaluzas", pues ya ven, faltan martillos y faltan mantecas para poder calcular su duración.
Teniendo en cuenta además de que quienes mantienen al juntasaurio son los andaluces atrapados por la perfecta trama de intereses que ha tramado, mucho más perfecta que la tela de araña. Trabajadores, empresarios, enseñantes, agricultores, sindicatos, intelectuales, artistas, estudiantes, jubilados, todos están encantados de la vida en la succión del bote de la nutricia tela de araña del juntasaurio. ¡Larga vida al juntasaurio! Al buen callar llaman juntasaurio, vamos a llevarnos bien...todo lo que haya que llevarse.