Clic para ir a la portada

El Recuadro   

 Antonio Burgos

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Los noveleros de la Plaza Nueva

José Luis Perales, recordando sus tiempos de interno en la Universidad Laboral, quisiera ser remero de la Plaza España y yo quisiera ser novelero de la Plaza Nueva. Qué no daría yo por ser un novelero de Sevilla. Abonados al No Passsa Nada, virtuosos de la cervecita fresca y la gamba blanca, profesionales de la ojana y del canguelo cobardón, que nunca dan la cara por nada, que tocan las palmas a todo lo que haga falta tocarlas. Y que no se llevan, como usted y como yo, sofocón alguno. ¡Qué felices son!
El alcalde, como tiene que cuidar a quienes le mantienen el bastón cual martillo en manteca, no los llama «noveleros». Les dice «optimistas». Los optimistas son los que viven instalados en la teoría de «tor mundo eh güeno»: el alcalde, fenómeno; el Ayuntamiento, cumbre, nos está poniendo los barrios de dulce y ha conseguido que el centro sea para las personas y no para cuatro carcas que se lo habían apropiado como si fuera suyo.
A los que no son optimistas, el alcalde los llama «derrotistas». Se ha inventado otra pareja de duales en la Sevilla de Joselito y Belmonte: optimistas y derrotistas. Como béticos y sevillistas, pero con respecto al Centro Patas Arriba, al Tren Playero Llamado Tranvía, al Por Saco del Carril Bici y a la Plaza Nueva. «Plaza Nueva, Plaza Nueva,/plaza vieja para mí», escribía el poeta Juan Antonio Cavestany. Tan vieja, que será mañana como la de San Francisco antes: campo de liza entre católicos y protestantes, servilones y liberales, optimistas y derrotistas. El alcalde ha convocado allí a optimistas y derrotistas: mañana martes día 5, a las 6 de la tarde, «el 5 a las 6 en la Plaza Nueva». Que a esa hora será abierta de nuevo tras las obras, con palmeras, arbolitos de Navidad, luces de Pascuas y unas esculturas una jartá de grandes y una jartá de raras, de un artista polaco que se llama Igor Mitoraj, al que no conoce ni Pepe Cobo, y a las que convida una institución que más sevillanísima no puede ser: La Caixa.
Ya estoy viendo a los noveleros curioseando por allí:
- ¡Ven, Mari, mira qué suelo de Porcelanosa más bonito, así tenemos que poner nosotros la parcelita!
Y me temo lo peor. Me precio de conocer a esta ciudad. He estudiado su historia, me he llevado muchas horas escuchando a sus mayores, y me temo lo peor. Me temo que, a pesar de la invitación del alcalde, a la Plaza Nueva no acuda ni un solo derrotista. Y si alguno acude, se disfrazará inmediatamente de palmera, de lucecita de Navidad o de gorrón de Guadalajara, tocando las palmas a todo lo que se mueva. Porque ante estos sunamis de novelería (tipo Expo 92) del sevillano encantado de haberse conocido instalado en la modernidad y el progreso, hay que tener dos cojones para expresar una opinión objetora en contra. Sin que esté amañado, sin tongo, sin comprar al árbitro, ya sé el resultado del partido de la máxima convocado por el alcalde en la Plaza Nueva. Ganarán, como siempre, los noveleros optimistas. Por goleada. Recomiendo a Don Zoido que ni siquiera aparezca por la Plaza Nueva, porque la turba autocomplacida de los noveleros sevillanos es capaz de correrlo a gorrazos, por aguafiestas, como los de los tronchos le hicieron la sangrienta y letal carrera del señorito al Conde del Águila, o como quemaban a los herejes que leían la Biblia de Casiodoro de Reina. El alcalde sabe con quién se juega los cuartos (los nuestros) y que el espectáculo de la Plaza Nueva, diseñado a la medida exacta de la novelería, será todo un éxito. No seré yo, pues, quien me ponga frente al sunami ni le escatime la enhorabuena.
Como lo de la ETA. Ante el indeseable pastelero Pachi López, el alcalde ha dicho: «La inmensa mayoría de los sevillanos apoya negociar con ETA». Eso es muy triste, pero eso es así. La escasa asistencia a la última manifestación de las Víctimas del Terrorismo lo prueba. Los sevillanos estaban contra la ETA cuando la novelería era ir a la Plaza Nueva porque habían asesinado a Alberto y a Ascen. Terminada esa novelería, los sevillanos irían ahora a la Plaza Nueva a apoyar el Proceso si hace falta. ¡Vamos que si iban! Como mañana irán a hartarse de novelear: ahora que miro las luces de Navidad, Pepe, mira, ha comprado mi mujer unos langostinos congelados para Nochebuena, que no veas...

 

Artículos de días anteriores
 

Correo Correo


Clic para ir a la portada  

Biografía de Antonio Burgos  

Libros de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés




 

 


 

 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

 

 

 

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio