ESTO
de que dé vergüenza llamar Navidad a la Navidad y
belén o nacimiento al portal, ¿es un cambio que
sólo se está apreciando en España o es de todo el
mundo occidental? Negar todo sentido religioso a
la gran fiesta cristiana, ¿es algo mundial y
global, o solamente más español que el toro de
Osborne, que le ponen a la bandera rojigualda
cuando juega la selección nacional, perdón, La
Roja? Leo periódicos extranjeros, veo informativos
de televisiones de otras naciones y compruebo que
no, que por ahí andan Christmas para arriba y
Christmas para abajo, dale que te pego, o Buon
Natale, o con todas esas traducciones del «Feliz
Navidad» que traen algunas tarjetas de
felicitación de las Pascuas. Algunas. Porque cada
vez son más las que te llegan deseándote «Felices
Fiestas». No crea que sólo desean felices fiestas
los concejales de IU, laicistas de toda laicidad,
o los artistas progres a la violeta arrimados al
perol de la subvención y de los premios Goya (sin
premio). Tengo aquí una coleccioncita importante
de tarjetas de felicitación de Pascuas de Navidad
de señores del PP y de organismos de este partido
en que nos desean también, ¡hala, toma laicismo!,
lo de «Felices Fiestas».
Constitución en
mano, lo de Felices Fiestas me parecería muy bien
si no fuese tan equívoco. Cuando me desean Felices
Fiestas, pregunto siempre:
-¿Para qué fiestas
me deseas felicidad? ¿Para las fiestas de San
Fermín, o para las fiestas del Pilar, o para las
fiestas de la Merced, o para las fiestas de la
Magdalena, o para las fiestas de la Santa Cruz, o
para las Fiestas de la Vendimia, o para las
fiestas de Moros y Cristianos, ya sea sin moros,
ya sea sin cristianos, como ahora se estila?
-No, para las
presentes fiestas.
A eso es a lo más
que se llega, ¡chiquillo, qué de circunloquios por
no pronunciar la palabra Navidad!, a llamar a las
que celebramos «presentes». Sin la menor nostalgia
del pasado de una infancia de belenes, camellos de
los Reyes Magos, villancicos y tíos haciendo
gachas en el portal de Belén. Las presentes
fiestas son éstas en que el sentido de la Navidad
cada vez está más de cuerpo presente, con rigidez
cadavérica.
Para una cosa sí es
políticamente correcto pronunciar la palabra
«Navidad»: para referirse a la espantosa e
insoportable comida de empresa entre compañeros de
trabajo, paripé de cordialidad y de buenas
relaciones humanas de jefes y subordinados que se
conoce como «comida de Navidad». No «comida de las
presentes fiestas», no: de Navidad, hala. Lo cual
es retorcidísimo, maquiavélico: dejan la palabra
Navidad asociada a lo más odioso de todo el ciclo
del nacimiento de Cristo, cual este horror de
almuerzos y cenas.
Nacimiento de
Cristo... Uf, lo que he dicho. Como venga la
maestra de Mijas que va de Torquemada de los
belenes me castiga de cara a la pared, y sin
polvorones ni copa de aguardiente. Es
políticamente incorrecto celebrar el nacimiento de
Cristo. Hombre, si por lo menos fuera el de
Mahoma, ¿pero usted no ve que si celebramos el
nacimiento de Cristo se pueden molestar estos
señores musulmanes con los que hacemos tan buenas
migas en la alianza de civilizaciones? Esas son
las únicas migas que quedan, pues como saben es
completamente facha cantar que en el portal de
Belén hay un tío haciendo migas, porque los
villancicos son confesionales y está feo
cantarlos.
Esta maniobra de
borrado social de la Navidad lleva una velocidad
que aterra. No me extrañaría que dentro de unos
años, cada 25 de diciembre, como se trata de la
cuestión de Egipto para Belén, celebremos no el
nacimiento de Cristo, sino el del presidente Anwar
al Sadat. O el nacimiento de Isaac Newton, de
Humphrey Bogart, de Enrique Morente o de Ben
Bella, todos los cuales vinieron al mundo el 25 de
diciembre.
Bertín Osborne, un
lince de los Montes de Propios de Jerez de lo
listo que es, ya nos está marcando el camino, pues
va de romana Estrella de Oriente en las «presentes
fiestas», como en la corte del César. Yo, de
momento, lo estoy imitando, en vista de que han
mandado a la Navidad a los leones. Yo, como Bertín,
no quiero líos con la mentalidad dominante, por lo
que les deseo a todos «Feliz Navidul».