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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


El Conservatorio del Habla

Mis amigos saben que en estas fechas de febrero no estoy por las noches para nada ni para nadie. Estoy en clase. Educación permanente de adultos. Asisto al curso del Conservatorio del Habla Andaluza, en la universidad a distancia de la radio. El curso empezó el 22 de enero y terminará el 16 de febrero. Es el concurso de agrupaciones del Carnaval en el Teatro Falla. Para quienes tenemos a Cádiz como factoría de la gracia y laboratorio de creación del habla andaluza y de enriquecimiento de la lengua española, escuchar el concurso «completamente del todo» es ir a clase. Sigo las divinas (e impacientes) enseñanzas de Pemán, que por Carnaval cogía del brazo a Toto León y se iba a callejear para escuchar el ingenio soberano de coros y chirigotas que le inspiraron tantos artículos. Y cuando volvían a su casa de la plaza de San Antonio, por los prejuicios que entonces (y ahora) tenía la burguesía contra la fiesta popular, Pemán le decía muy serio al poeta sanluqueño:
-Toto, ni se te vaya a ocurrir decir a mis cuñados de Jerez que me gusta el Carnaval.
Pemán le hacía provisión de fondos a su secretario, el eficaz y discreto don Antonio Llaves, para que le comprara los libretos de coplas de todas las agrupaciones que se encontrara. Hoy Pemán no tendría que recurrir a los libretos ni a callejear mostradores de La Viña, mostradores de mi barrio: escucharía la radio. Que es lo que algunos hacemos, en respetuosa actitud discente.
El Carnaval gaditano es una fuente de enriquecimiento continuo de la lengua. Del Carnaval, como cuando La Pepa con la voz «liberal», salió en el felipismo la palabra «pelotazo», que hizo fortuna en toda España. Cádiz sí que de verdad cumple el mandato de preservación y defensa del habla andaluza que dicta el Estatuto de autonomía. Lo cumple «del tirón», locución adverbial que significa inmediatamente. Es un cumplimiento «de gran categoría», acierto expresivo cuyo copirrai de Cai hay que adjudicar a Juan Manzorro. «De gran categoría» significa «de envergadura», otro gaditanismo precioso. Escucho cada noche estos aciertos expresivos desde el «butacón», que como comprenderán es mucho más cómodo que la butaca. ¿Que si hay un libro con todos estas voces y expresiones? Claro que lo hay, y lo recomiendo: «El habla de Cádiz», del profesor Pedro Payán Sotomayor, catedrático de la Universidad gadirense. Pero tan rica es el habla viva gaditana, que el libro se queda antiguo «contrimás» Carnavales pasan, y eso que Pedro Payán ha hecho una buena «pechá» de ediciones, a las que les ha ganado la «tejoleta». He apuntado las formas cómo los comparsistas llaman a darse un golpe y me salen, del tirón, todas éstas, de gran categoría: vejigazo, pellejazo, carajazo, jardazo, guarrazo. ¡Qué pechá de sinónimos «enchampelaos» (unidos)! Para coger fuerzas me tomo un «changüi», perfecta transcripción fonética gaditana del inglés «sandwich». Y sigo con los apuntes de clase.
El Horno de la Gloria de la creación de lenguaje tiene hasta su dulcería. Hay mucha gente con una «torrija» (despiste) importante; otros tienen un «polvorón» (máximo grado de idiotez) de gran categoría. Me pego una «zambullá» en estas voces para comprobar que designan distintos grados del carajote, que es completamente distinto del gilipollas. A ver si cuando acabe este curso hago aquí una tesina sobre las diferencias entre el carajote y el gilipollas. Para saber esas diferencias, basta con «morsegar» (mirar con atención). Un morsegón distingue también si un tajarina (borracho) lleva un morazo o un colocón. Y si el «maolillo» (cateto) es del Comes o de Los Amarillos. No ni ná, que es otra expresión gaditanísima. Anda que no, que es otra. Tequiyá (otra).
Y tras esta zambullá sin ajogaílla en la guatapá (donde no se hace pie) de la Caleta de la gracia, diré como último elogio del Conservatorio del Habla que es el Carnaval que, como Adán en el paraíso (gallinero del Falla), hasta les pone nombres a los animales. Especialmente a las razas de perros. El pastor alemán es el mixto lobo de siempre. Y el nombre del Husky Siberiano está completamente equivocado, qué torrija: el Husky Siberiano es en Cádiz el Jasky San Severiano. Del tirón. De gran categoría. De envergadura. No ni ná.

 

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