Bueno,
pues con una abstención del 64 por
ciento, ya tenemos nuevo Estatuto. Y
ahora, ¿qué? ¿Pasa algo? Pues No
Passsa Nada. Hubiera pasado si el PP
hubiera dicho que nati mistral. Al PP
le hubieran hecho la carrera del
señorito. La que le hicieron a la UCD
cuando el otro, el del 28-F, el
verdadero, el único Referéndum que ha
habido en Andalucía. Cuando aún
existía Andalucía como sueño, como
ilusión, como utopia, en vez de este
asfixiante y aburrido régimen de
Chaves que todo lo controla, lo
maneja, lo subvenciona, lo interviene,
y más que va a hacerlo con el
instrumento que ayer le pusieron en
las manos los poquitos y minoritarios
que lo refrendaron con su voto, que
acudieron a las urnas de la decepción
y del bostezo, en las que ganó la
abstención.
Pero
como el PP no pidió el «no», esta vez
no había Lauren Postigo contra quien
ir, ni se podía movilizar a nadie para
arrinconar a la derecha. Aquí siempre
se vota contra alguien: contra el del
bigote, contra la UCD, contra la
derecha, preferentemente. Esta vez no
había guerra de Irak ni derecha que
abatir. De ahí la abstención de
caballo. Esta abstención es el «no»
del «tequiyá, ¿voy a ir yo a votar?
¡Que vote Chaves!». Porque teniendo
todo el poder que tiene, manejando los
presupuestos que maneja, teniendo
colocadas a los cientos de miles de
criaturitas que tiene en la primera
industria de Andalucía, que es la
fábrica de burocracia de la Junta, la
cifra de abstención es para que en una
democracia como Dios manda Chaves
dimitiera. Porque este hombre no es
capaz de entusiasmar ni de movilizar a
nadie. Tendrá mucho poder, todo: menos
el poder de ilusionar a nadie con el
trile del Estatuto que nadie pedía y
que no hacía ninguna falta.
Los
referéndums los pierden o ganan
quienes los convocan, y como éste fue
una cabezonada de Chaves, pues ya me
contarás. Lo indignante es que con tal
abstención histórica este Estatuto
salga adelante. Ay, si se hubieran
tenido que cumplir los mínimos del
28-F, la copla que se hubiera vuelto a
ver en Almería... Lo más triste es que
nos quedaremos sin saber por qué
puñetas tenían que cambiar el Estatuto
de Carmona, si les fue tan bien con él
que consiguieron todo el estado de
cosas arriba descrito con ese
instrumento, después que convirtieran
el «Andaluces levantaos» del 28-F en
esta Andalucía que se ha vuelto a
sentar y el 18-F se ha quedado en su
casa. Sólo han ido a votar los que
viven de la mamela, los de los
despachos oficiales, las
manipulaciones de Canal Sur, los
gorrones de Guadalajara, los de las
empresas publicas y las subvenciones,
el intervencionismo y el clientelismo.
Tan mal no les fue con el Estatuto de
Carmona cuando han hecho mangas y
capirotes para reformarlo ante la más
absoluta indiferencia popular, de
espaldas a los contribuyentes, y hasta
han conseguido tal grado de triste
unanimidad, que el PP ha tenido que
tragar, pues en la Junta, como en
Cádiz, hay que mamar, y lo mismo que
hay una Vaca que Ríe hay una Derecha
Que Traga, y si quieren doy nombres de
empresarios.
Intento
la crónica de la jornada y veo que a
esta palabra «Jornada» le sobra la
primera sílaba: queda en Nada. Jornada
de nada y para nada. El 28-F es el Día
de Andalucía y el 18-F ha sido el Día
de la Nada. La Nada con aprobación del
Estatuto en el mismo plan que el
gitano esquilador de perros: «¿Le pelo
el perro? Pélelo usted. ¿Le apruebo el
nuevo Estatuto? Apruébelo usted:
total, el Estatuto no es mío, que es
de Chaves...» Y añadan lo del
Gundisalvo de Mingote: «¿A usted qué
más le da?»
Ya
tenemos aprobado el Estatuto, de
cagalástima. Y ahora, ¿qué? ¿Hacía
alguna falta? ¿Quién necesitaba que lo
aprobáramos? ¿Va a cambiar algo en
Andalucía a partir de hoy? ¿Vamos a
ser más felices, más ricos, más
prósperos, más altos, más guapos, más
simpáticos? No, todo será lo mismo,
pero más recargado de burocracia y de
intervencionismo. Con más Junta y
menos sociedad civil. No ha sido una
jornada histórica ni mucho menos. La
única jornada histórica que hubo aquí,
irrepetible, fue en 1980, cuando
Andalucía existió por unos meses con
el 28-F, para convertirse
inmediatamente en la frustración de la
Junta. La jornada de ayer no tuvo nada
de histórica. Fue la Jornada de la
Nada para Nada. La Jornada del Con Su
Pan Se Lo Coman. La Jornada del
Conmigo Que No Cuenten. La Jornada de
la Nada, con una abstención del 64 por
ciento de andaluces que han dicho: «Tequiyá
con tu Estatuto, Chaves...»