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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


La abstención del Tequiyá

Bueno, pues con una abstención del 64 por ciento, ya tenemos nuevo Estatuto. Y ahora, ¿qué? ¿Pasa algo? Pues No Passsa Nada. Hubiera pasado si el PP hubiera dicho que nati mistral. Al PP le hubieran hecho la carrera del señorito. La que le hicieron a la UCD cuando el otro, el del 28-F, el verdadero, el único Referéndum que ha habido en Andalucía. Cuando aún existía Andalucía como sueño, como ilusión, como utopia, en vez de este asfixiante y aburrido régimen de Chaves que todo lo controla, lo maneja, lo subvenciona, lo interviene, y más que va a hacerlo con el instrumento que ayer le pusieron en las manos los poquitos y minoritarios que lo refrendaron con su voto, que acudieron a las urnas de la decepción y del bostezo, en las que ganó la abstención.
Pero como el PP no pidió el «no», esta vez no había Lauren Postigo contra quien ir, ni se podía movilizar a nadie para arrinconar a la derecha. Aquí siempre se vota contra alguien: contra el del bigote, contra la UCD, contra la derecha, preferentemente. Esta vez no había guerra de Irak ni derecha que abatir. De ahí la abstención de caballo. Esta abstención es el «no» del «tequiyá, ¿voy a ir yo a votar? ¡Que vote Chaves!». Porque teniendo todo el poder que tiene, manejando los presupuestos que maneja, teniendo colocadas a los cientos de miles de criaturitas que tiene en la primera industria de Andalucía, que es la fábrica de burocracia de la Junta, la cifra de abstención es para que en una democracia como Dios manda Chaves dimitiera. Porque este hombre no es capaz de entusiasmar ni de movilizar a nadie. Tendrá mucho poder, todo: menos el poder de ilusionar a nadie con el trile del Estatuto que nadie pedía y que no hacía ninguna falta.
Los referéndums los pierden o ganan quienes los convocan, y como éste fue una cabezonada de Chaves, pues ya me contarás. Lo indignante es que con tal abstención histórica este Estatuto salga adelante. Ay, si se hubieran tenido que cumplir los mínimos del 28-F, la copla que se hubiera vuelto a ver en Almería... Lo más triste es que nos quedaremos sin saber por qué puñetas tenían que cambiar el Estatuto de Carmona, si les fue tan bien con él que consiguieron todo el estado de cosas arriba descrito con ese instrumento, después que convirtieran el «Andaluces levantaos» del 28-F en esta Andalucía que se ha vuelto a sentar y el 18-F se ha quedado en su casa. Sólo han ido a votar los que viven de la mamela, los de los despachos oficiales, las manipulaciones de Canal Sur, los gorrones de Guadalajara, los de las empresas publicas y las subvenciones, el intervencionismo y el clientelismo. Tan mal no les fue con el Estatuto de Carmona cuando han hecho mangas y capirotes para reformarlo ante la más absoluta indiferencia popular, de espaldas a los contribuyentes, y hasta han conseguido tal grado de triste unanimidad, que el PP ha tenido que tragar, pues en la Junta, como en Cádiz, hay que mamar, y lo mismo que hay una Vaca que Ríe hay una Derecha Que Traga, y si quieren doy nombres de empresarios.
Intento la crónica de la jornada y veo que a esta palabra «Jornada» le sobra la primera sílaba: queda en Nada. Jornada de nada y para nada. El 28-F es el Día de Andalucía y el 18-F ha sido el Día de la Nada. La Nada con aprobación del Estatuto en el mismo plan que el gitano esquilador de perros: «¿Le pelo el perro? Pélelo usted. ¿Le apruebo el nuevo Estatuto? Apruébelo usted: total, el Estatuto no es mío, que es de Chaves...» Y añadan lo del Gundisalvo de Mingote: «¿A usted qué más le da?»
Ya tenemos aprobado el Estatuto, de cagalástima. Y ahora, ¿qué? ¿Hacía alguna falta? ¿Quién necesitaba que lo aprobáramos? ¿Va a cambiar algo en Andalucía a partir de hoy? ¿Vamos a ser más felices, más ricos, más prósperos, más altos, más guapos, más simpáticos? No, todo será lo mismo, pero más recargado de burocracia y de intervencionismo. Con más Junta y menos sociedad civil. No ha sido una jornada histórica ni mucho menos. La única jornada histórica que hubo aquí, irrepetible, fue en 1980, cuando Andalucía existió por unos meses con el 28-F, para convertirse inmediatamente en la frustración de la Junta. La jornada de ayer no tuvo nada de histórica. Fue la Jornada de la Nada para Nada. La Jornada del Con Su Pan Se Lo Coman. La Jornada del Conmigo Que No Cuenten. La Jornada de la Nada, con una abstención del 64 por ciento de andaluces que han dicho: «Tequiyá con tu Estatuto, Chaves...»

 

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