YO
no sé usted, pero servidor tiene agotada la
capacidad de asombro en esta España donde el
Estado está empeñado con todo su aparato en la
destrucción de la nación. La fuerza que había que
emplear para acabar con los terroristas, mediante
un sistema de denuncias automáticas y
penalizaciones inmediatas, la aplicarán contra los
conductores a los que se les vaya el pie en el
acelerador. A usted, si es un terrorista, se le
puede ir el dedo en el gatillo y asesinar a 25,
que no tendrá denuncia automática alguna cuando
empiece su huelga de jamón York para que lo pongan
en la calle. Pero, ay, como vaya a 52 kilómetros
por hora en una travesía urbana en la que se debe
circular a 50. Se le va a caer el pelo, así que
hágase una iguala con el Centro Capilar Mariano
García o con la Corporación Dermoestética.
Los que tienen
montada esta fábrica de líos que ha agotado
nuestra capacidad de sorpresa están ahora, a su
vez, estupefactos, cuando han visto que los
americanos de la otrora General Motors, ahora
Delphi, le han pegado el cerrojazo a su factoría
de componentes automovilísticos de Puerto Real. No
sé de qué se sorprenden. No sé por qué ahora, a
oveja muerta, hay reunión de pastores, ZP con
Chaves. Es una especie de contramanifestación,
ahora a favor de los americanos, para que no se
vayan. Cada lunes y cada martes, hay una
manifestación de progres para pedir que los
americanos se vayan de Rota. Hasta acampan en los
alrededores de la base, hala, para que los
americanos se marchen de España, porque son la
suma de todos los males sin mezcla de bien alguno.
Los que tal piden, incoherentemente, visten
pantalones vaqueros estrictamente americanos; se
calan gorras de béisbol completamente americanas;
comen hamburguesas ciertamente americanas; beben
cocacola inequívocamente americana; calzan
zapatillas de deportes o, mejor, botines de
baloncesto exactamente igual que las estrellas de
la NBA americana. Pero en todo lo demás son
completamente antinorteamericanos. Ya conocen sus
viejos lemas. Los han coreado y mostrado en
pegatinas todos los pastores que ahora se reúnen
tras la oveja de Delphi muerta: «Otan, no; bases,
fuera». ¿Por qué entonces piden ahora que los
americanos de Delphi se queden y no se vayan de
Cádiz?
Cuando la guerra de
Irak se hartaron de pasear pancartas llamando
asesino a Bush. Los que aparecieron en la foto de
las Azores eran, por descontado, bastante más
asesinos que el que ha salido aguantando la
respiración para reducir estómago en el retrato
hospitalario de «The Times». No hay nada peor en
el mundo que los Estados Unidos: son
imperialistas, colonizadores, culpables del cambio
climático, se comen crudos los hígados de los
niños chicos y siembran el mundo de hambre y
miseria. Luego quieren que los americanos le den
un Oscar a Pedro Almodóvar y otro a Penélope Cruz.
Pero eso no tiene importancia. Eso entra dentro
del catón del progre. Estados Unidos tiene la
obligación de dar un Oscar a los directores
manchegos que llaman asesino a su presidente
cuando persigue a los terroristas islamistas por
tierra, mar y aire, hasta las más lejanas
montañas. Es la tradicional incoherencia progre:
«No a la guerra, pero sí al Oscar».
Desde que este
Gobierno está en el poder, se ha dedicado a romper
cualquier tipo de relación de normalidad con
Estados Unidos. ¿Cuáles son los principales
enemigos de América? ¿Hugo Chavez, el indiecito
del chaleco, Fidel Castro? Pues, ¡hala!, ésos son
nuestros amiguitos oficiales, que se fastidie el
coronel Bush, que yo no como rancho de Texas. Y
para remate de los tomates, oído, cocina:
¡marchando una de Alianza de Civilizaciones!
En vista de lo cual,
los americanos de la General Motors, ¿qué han
hecho? Pues que como lo que es malo para la
General Motors es pésimo para los Estados Unidos,
al primer resfriado del sector automovilístico han
cogido y cerrado su fábrica de Puerto Real, para
que América no coja una pulmonía doble, hartos de
que en España les llamen de todo menos bonitos.
¿Ustedes no decían que «bases, fuera»? Ea, pues
ahí lo tienen: de momento, las bases de Delphi
fuera de Puerto Real. ¿O qué quieren ustedes, que
los americanos «asesinos» se vayan de Rota y se
queden en Puerto Real? Un poco de coherencia,
señores progres. ¿Qué pasa ahora, que los
americanos ya no son unos asesinos?