LA
Fábrica Nacional de Eufemismos está a plena
producción, sin deslocalización que valga, no le
pasa como a Delphi. La Fábrica de Eufemismos
llama «violentos» a los terroristas, pero
entrecomilla la noble palabra mártires cuando se
refiere a los que fueron asesinados por los
rojos en la guerra, dando testimonio de su fe.
Esta misma palabra que acabo de escribir, rojos,
es un fallo en la cadena de montaje de la
Fábrica de Eufemismos. A efectos de guerra
civil, los rojos no han dejado de existir. Son
de uso obligatorio del eufemismo. El uso
obligatorio del eufemismo es como el uso
obligatorio del cinturón de seguridad en los
coches, pero aplicado al carricoche de la
manipulación de la Historia. Los rojos nunca
combatieron en la guerra. Y mucho menos la
perdieron. Eran los republicanos, los leales del
Gobierno, y pónganse todas las palabras bonitas
que se quieran. En cambio, en el otro bando, en
el otro lado de las inciviles trincheras, sí
siguen estando los fascistas. Los nacionales han
dejado de existir. Bando nacional no hubo en la
guerra: o fue bando franquista o fue bando
fascista. Ahí no sólo no hay uso obligatorio del
cinturón de seguridad del eufemismo, sino que si
te pillan diciendo que los nacionales ganaron la
guerra te ponen una multa en el tribunal de la
Historia contaminada.
El último modelo
lanzado por la Fábrica Nacional de Eufemismos es
la «lista contaminada». Contaminada es aquella
lista electoral donde va un comando completo de
la ETA, más dos pistoleros que pasaron a la
reserva, más tres Nekanes de las que parece que
se han pelado con la minipímer, más un viejorro
que se cargó a tres guardias civiles cuando era
chaval. La Fábrica de Eufemismos etiqueta estas
listas con la acreditada marca de ANV, que es el
acrónimo de «Aquí Nadie Vincula». Y como aquí
nadie vincula a nada con ETA-Batasuna, pues las
listas contaminadas son estupendas para que el
Gobierno, que está compuesto por hombres de
palabra, pueda cumplir. Cumplir la promesa que
hicieron a la ETA de que Batasuna iba a las
elecciones de todas, todas. Hay listas con más
antecedentes penales que un elenco donde
figuraran El Lute, El Lolo, El Tarta y El
Arropiero, pero a efectos del pasemisí de las
tragaderas ante la ETA disimulan perfectamente.
¿Y saben por qué?
Porque no sólo están contaminadas de asesinos
etarras y sus cómplices y encubridores las
listas de la ANV y de los electores aberchales,
sino que España entera está contaminada, quién
la descontaminará, el descontaminador que la
descontaminare, buen descontaminador será.
España está contaminada de cobardía ante el
terrorismo. España está contaminada de rendición
ante los terroristas. Cuando aquí han puesto en
la calle a un asesino como al Juana Chaos y no
le han tocado ni un pendiente de sus orejas a
Otegui, y No Passsa Nada, es señal que esta
España contaminada se lo traga todo. España está
contaminada desde el punto y hora en que la
Policía no ha dicho ni mú acerca de las
investigaciones que hayan hecho o dejado de
hacer sobre el bombazo asesino de la T 4 de
Barajas, y nadie ha levantado la voz. España
está contaminada porque todo el mundo mira hacia
otro lado ante la práctica desaparición de la
separación de poderes a todas las escalas, ante
los jueces contaminados, la Policía contaminada.
Cuando el Gobierno ha metido la mano en la
Comisión de Valores, y ha hecho de la capa de la
opa de Endesa un sayo de conveniencia y no ha
pasado nada, es que España está contaminadísima.
Moralmente contaminada. Éticamente contaminada.
Triángulo de las Bermudas que se traga todas las
indignidades.
Peor que los
gobernantes son los gobernados. Tenemos a los
malvados que nos merecemos. Y nadie protesta. Y
si dices estas cosas, no estás ejerciendo la
bendita Libertad, sino que te estás situando en
la derecha extrema. No en la extrema derecha,
no; en la derecha extrema. Derecha extrema es
como la triste Fábrica Nacional de Eufemismos le
dice a tener vergüenza, a llamar a las cosas por
su nombre, a ejercer la Libertad y a no querer
hocicar ante una banda de asesinos terroristas
que han conseguido que España saque la bandera
blanca de rendición y arríe para siempre la roja
y gualda de la dignidad.