Mientras
el Juana Chaos, pista que va el artista de
la triste canción de España, mucho más
importante que la Juana Reina como
tonadillero de las bombas que tiran los
muy mamones, pasea plácidamente con su
novieta, en estricta aplicación de la Ley
de Partidos el peligrosísimo Comando
Pantoja ha sido desarticulado en Marbella.
Su principal liberada, la terrorista
Isabel, pasó la noche en los calabozos de
Marbella, como debe ser. ¡Mano dura es lo
que hace falta aquí! Por el momento no se
sabe si Paki Rin, activista legal del
mismo Comando Pantoja, está siendo buscado
como parte de la cúpula (con gorra de
béisbol) de la organización ilegalizada.
¡Esto es
España! Al Gobierno se le ve la burda
copla de las maniobras de distracción. Nos
asfixia y atufa con sus torpes bombas de
humo. Una triste copla que no la mejoran
ni Quintero, León y Quiroga, ni Ochaíta,
Valerio y Solano, ni Perelló y Mostazo, ni
todas las inspiradísimas tripletas y
parejas de letristas y compositores que
bajaran del cielo a imaginar aperturas de
telediario para que la gente no piense en
las verdaderas vergüenzas gubernamentales.
Como el que
avisa no es traidor, ya lo dije. No es que
yo quiera ahora presumir de Rappel. Entre
otras cosas, porque iba a tenerme que
poner o bien una túnica de lamé o bien un
tanga de leopardo, e iba a estar bonito.
Pero ya advertí que la degradación ética
de España tendría que llegar a esto.
Isabel Pantoja habría de ser la delgada
línea roja que nos advirtiera de la
completa destrucción nacional, en plan
«tienes la línea de los labios fría, fría,
mi amor de un beso de pecado, beso que yo
no sé quién te daría, pero que estoy
seguro que te han dado». El 12 de
noviembre de 2006 escribí aquí mismo en
ABC, sin ir más lejos: «¿Cuánto valen los
favores que Isabel Pantoja está haciendo a
un Gobierno que administra la gota de la
Operación Malaya conforme le va haciendo
falta, de modo que no se hable de otra
cosa que de La Pantoja cada vez que el
Estado da otro paso hacia su rendición
total ante los asesinos? Y ojalá nunca
llamen a declarar ni detengan a Isabel
Pantoja. Ojalá, porque tal como
enchiqueran a una cuerda de presos
marbelleros ante cada nueva cesión ante la
ETA, como bomba de humo, el día que
llamaran a Isabel Pantoja sería señal
inequívoca de que el Reino de España ha
sido cautivo y desarmado por una banda
asesina, Tercer Año triunfal de ZP, Año de
la Victoria de la ETA.»
Mis más
pesimistas predicciones se han cumplido.
Para que no miremos a Ibiza, para que no
miremos la Comisión de Valores, para que
no miremos la ruina de la Bolsa, para que
no miremos la Fiscalía General del Estado,
para que no miremos la triunfal llegada de
la ETA-Batasuna a las urnas del 27 de
mayo, se desarticula al peligrosísimo
Comando Pantoja y se le aplican las
habituales y severas penas del Número de
la Cabra Judicial: a saber, la pena de
avance informativo, la pena de telediario,
la pena de calabozo y la pena de coche
celular. A la Pantoja no le dieron ni la
opción de preguntar lo que suelen los
terroristas al ser detenidos:
—¿Conde
Pumpido sabe esto?
Si de lo que
se trataba era de que la peligrosísima
terrorista Isabel Pantoja se presentara
ante el juez de Marbella, que le hubieran
mandado un requerimiento con un alguacil,
joé, para que hubiera cogido un taxi y se
plantara en el despacho a las 10 de la
mañana. No que la detuvieron con
nocturnidad y Número Mediático de la
Cabra, a las 11 de la noche, para no
empezar a tomarle declaración hasta la 1
de la tarde del día siguiente. Claro, como
la peligrosísima Isabel, la jefa del
Comando Pantoja, no ha matado a 25
inocentes, ni hace chantaje al Estado de
Derecho, ni depende de ella el proceso
para que le den a ZP el premio Nobel de la
Paz, pues leña al mono, señor sargento
Ramírez, que es más peligrosa que Lola
Puñales. La terrorista Pantoja le ha
servido a ZP para el televisivo Número de
la Cabra de la Corrupción en Miami, digo,
en Marbella. Corrupción que durante
lustros, por cierto, ha consentido una
Junta de Andalucía que tenía las
competencias de Urbanismo, con Gaspar
Zarrías a la cabeza y con algún ex
consejero como arquitecto de
incalificables recalificaciones. Un
Zarrías que ahora, claro, dirá que no
conoce de nada al Comando Pantoja. Se
trata de que Paulino Plata salga donde se
hicieron de oro.