PUES
sí que empezamos bien despachaditos de elogios
este mandato municipal. Si el otro día sahumaba
de incienso de delantera de palio a Don Alfredo
por cómo ha puesto de dulce las reconstruidas,
restauradas, rehabilitadas y recercadas Delicias
Viejas o de Arjona, hoy tomo otra vez el
botafumeiro en su alabanza, pues se ha hecho eco
de la preocupación grandísima de los sevillanos
que comentaba aquí antier, a propósito de las
Infraestructuras de la Sostenibilidad. Supongo
que tras leer lo mío (mi matayoteca bien,
gracias), al alcalde le ha faltado tiempo para
anunciar qué concejal se va a ocupar de cada
distrito y quién va a llevar cada
responsabilidad en el Ayuntamiento.
-O sea, que ahora
va a haber en el Ayuntamiento hasta responsables
y todo. Yo me creía que todos eran unos
irresponsables.
-Menos cachondeíto,
señora, no me fastidie usted el elogio. Total,
para un día que cojo el sahumerio y le echo a
Don Alfredo incienso de la naveta sin ojaneta y
dejo tranquilo al tío de la cachimba con la
bimba de la bicicleta de La Barqueta...
Que iba diciendo
que ya sabemos chispa más o menos quién se va a
ocupar de qué. Por ejemplo, la Hispalense
Economía va a quedar en manos de un abogado
laboralista que, además, ni ha tenido la
delicadeza de pasar por las urnas ni nada. Hemos
avanzado bastante. Hacia atrás. En el
Ayuntamiento vuelven a nombrar a los concejales
como se han nombrado siempre en Sevilla: a dedo,
joé. En la dictadura de Franco, que se llamaba a
sí misma «democracia orgánica» (que sonaba a
abono y a guano), la corporación municipal se
componía de tres tercios: concejales del Tercio
Familiar, concejales del Tercio Sindical y
concejales del Tercio del Dedo. Con el
sevillanísimo Dedo de las Grandes Capitales
hemos hecho un mestizaje bien lindo, por lo que
respecta a los concejales postcomunistas de IU.
De la Hispalense Economía va a ocuparse un
abogado laboralista de Comisiones Obreras
nombrado a dedo, como Lenin manda. Esto es, un
señor que es, en una sola pieza, el Tercio
Sindical y el Tercio del Dedo.
Un señor que, por
cierto, tiene un nombre de pila sevillanísimo...
por los cojones: Jon Ander. Menos mal que lo
remedia con el apellido, que es Sánchez de toda
la vida, como Monteseirín. ¿Cómo se pronuncia lo
de Jon Ander? ¿Así con jota, Jon, como Falange
de la Jon o Izquierda Unida de la Jon, que para
el caso de totalitarismo es casi lo mismo, y en
el pacto municipal de Ardales se ha visto y
demostrado? ¿O se pronuncia Yon, como la marcha
«Yone», pero sin «e» al final? Con razón estaban
tan mosqueados los empresarios porque un
comunista meta la cuchara en el perol de la
Hispalense Economía. ¡como que encima es abogado
laboralista! Este es capaz de llevar a
Magistratura a quien se atrase en el pago del
IBI.
Y a Lolo le ha
tocado la lotería del Casco Antiguo, con su
número 25.772. A sus 56.000 vecinos, como el 60%
votó al PP, los han castigado endilgándole un
Lolo como una carpa (no es errata de «casa»: he
puesto «carpa»). Perteneciente a una IU que sacó
en el Casco Antiguo el 8,9% de los votos, ¿habrá
algo más democrático?
Si el alcalde ya
no me tiene sobre ascuas tras el anuncio parcial
de reparto de mamelas, mi inquietud ahora es con
Lolo en el Casco Antiguo. ¿Cómo va a aplicar
Lolo al Casco Antiguo su modelo cubano?
¿Convertirá el Bar Laredo en la Bodeguita del
Medio? ¿Será obligatorio el ron de Valdepeñas en
Casa Morales? ¿Tendrán los vecinos de San
Vicente de toda la vida que hacerse brigadistas
para que Lolo les eche cuenta? ¿Convidará gratis
total a viajar a Cuba a los tristes de la
Sacramental del Sagrario, a los tirillitas del
Valle y a los tiesos de La Quinta Angustia? ¿O
entenderá que todo el Casco Antiguo, conventos
de clausura incluidos, es una inmensa y
transgresora Alameda de Hércules de porretas,
jipis viejorros pasados de Smash y colectivos de
la piompa y la tortilla? Si apasionante será ver
cuántos peatones por hora atropella el tranvía
en la Avenida, más lo será admirar cómo Lolo
convierte todo el Casco Antiguo en una inmensa
carpa de la Copa Davis, para ayudar a sus
camaradas de la Revolución Cubana. Ahora que,
por mí, con tal de que no desaparezca la
Giralda, que se iba a notar mucho...