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ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Sevillanos bajitos en bicicleta

Las  bicicletas son para el verano. Para que echemos el verano. Me están dando hecho este verano el artículo nuestro de cada día, dánosle hoy. ¿Que no hay salvamento de náufragos por parte de Evangelina, ni novedad en el teleférico pepero (y lepero) de Tomares, ni tema que llevarse a las teclas del ordenata? Pues escribes de las catenarias, del tranvía o de las bicicletas, y como decía González Ruano: a firmar y a cobrar.
Las bicicletas también me dan hecho el artículo de hoy. No, si yo a la bicicleta le voy a sacar más que Indurain... Aunque no tanto como<TB>la empresa francesa adjudicataria de las bicicletas de alquiler: J.C. Decaux. Compañía que tiene nombre de viajero romántico. Tú dices que Decaux fue un viajero francés, compadre de Merimée y del Barón de Davilier, que escribió el libro «Viajes por España y vuelta a Sevilla en bicicleta», y cuela. Vamos que si cuela. Como que hasta Suárez Japón es capaz de organizar en La Rábida un curso de verano sobre «Los viajes españoles de Decaux».
Como si en Sevilla no estuvieran los descendientes de Gaitán, de Gómez del Moral y de Zeppelín el de Triana, esforzados promotores e industriales de la bicicleta en tiempos difíciles, el dinero a la bicicleta, aparte de los articulistas, se lo va a sacar una empresa francesa. Esta Decaux que también podría ser un pintor que trajo a Sevilla el Duque de Montpensier de la exposición novohispana de la Casa Lonja. Y los franceses que alquilan bicicletas como antiguamente las arrendaban en los Jardines del Cristina y en la Plazaspaña (pero con más cuento y sacando más dinero) han traído bicicletas normales. Normales para ellos. Que son unas bicicletas grandísimas para nosotros. Para nosotros, dicen, son unas bicicletas talla XXL. La noticia es preciosa: «Tras el periodo de prueba de las bicicletas de alquiler (Sevici), la empresa francesa concesionaria del servicio, que ha utilizado el mismo modelo que está en funcionamiento en París y Lyon, se ha dado cuenta que son demasiado altas para los sevillanos. Por este motivo, J.C. Decaux tendrá que diseñar y poner en la calle modelos más pequeños y mejor adaptados a la altura de los ciudadanos de la capital hispalense». (¿Les pondrán suplementos de corcho para que lleguemos a los pedales, como las bicis cadete que nos traían los Reyes?)
Así que nosotros presumiendo de que cada vez somos más altos, como los novilleros que debutan en la plaza del Arenal, que ya van todos de Luis Miguel y de Nicanor Villalta en cuanto a la estatura, y llegan las bicicletas francesas para decir que los sevillanos cortetes no damos la talla. La talla que seguimos dando es de la sevillana antigua: «En la Macarenita/ me dieron agua/más fría que la nieve/y en una talla». En una talla 46 de caballero. Los sevillanos somos cortetes, dicen los franceses. Yo no me lo creo: eso es un infundio que nos han levantado los gachones gabachos. Basta mirar la estatura con que se igualan las cuadrillas de costaleros. No sólo las de Cristo y de misterio, sino las de palio. Miren cómo los faldones de palio cada vez dejan ver más pies y más pantorrillas de costaleros. ¿Por qué? Porque los costaleros son ahora mucho más altos que la histórica cuadrilla de Los Ratones bajitos del difunto Rafael Franco. En la última van ahora igualados los que antes en la primera. Y a los pasos les asoman bajo los faldones muchas más piernas de costaleros, lo que demuestra el crecimiento de la estatura media de los sevillanos. Y de la altura de los nazarenos, ni te cuento. Un nazareno cualquiera de La Lanzada, con su cartonera tan cortita, es ya tan alto como antiguamente uno del Silencio con su larguísimo macho en el antifaz.
En nombre de los que vamos por el plan antiguo, de los bajitos, protesto contra la calumnia francesa y reivindico la estatura altísima y europea de los nuevos sevillanos, bien crecidos porque estuvieron bien alimentados. Los franceses, ¿con qué sevillanos han medido las bicicletas? ¿Con Luis Uruñuela o con Manuel del Valle? ¿Cómo que los sevillanos no damos la talla para las bicicletas? Claro que si las han medido con El Cachimba de la Bimba, se explica. Por mucha estatura que tenga en ese cuerpo para descargar sacos de cemento en el muelle, ése no da la talla. Pero no sólo para las bicicletas: para nada.

 

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