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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Al loro progre

SE creían los loros de izquierdas que no iban a salir en este Tratado de Zoología Parda Hispalense, pero aquí están. No me dirán que no estoy al loro. Progre.
La verdadera invasión de loros no es de los tropicales de Miraflores y el Parque Amate. La auténtica invasión de loros que padecemos en Sevilla desde tiempos de la Transición es la de los loros de izquierda, el «laurus ruber hispalensis», bien diferente en su hábitat, ecosistema y comportamiento del «laurus pergaminatus hispalensis» de toda la vida. El loro progre, así comúnmente llamado, también dicho loro rojo, tiene en común con el loro pergamino, loro carca o loro azul la cacatuez de su condición y aspecto. El loro progre es tan loro como el loro carca, pero de izquierdas, y más jovencito, aunque con un carrerón de lorez por delante. ¿Por qué de izquierdas? Ah, porque él lo dice. Porque aunque sea de izquierdas, vive como un marqués. El loro progre vive mucho mejor que el loro carca. Es más: el loro progre se gasta en plumajes, peluquería, cosméticos para su pico, masajistas y gimnasios para no echar demasiado buche siete mil millones de veces más que el loro carca, que por la penuria en que ha de vivir es comúnmente llamado por algunos tratadistas loro tieso o loro a dos velas, y que recientemente ha sido denominado Loro YouTube, que pese a su nombre no cuelga vídeos en Internet, sino que suele repetir desde la añoranza, en su tiesura: «YoTube un cortijo magnífico por la parte de Osuna, y YoTube hasta ocho criadas en casa de mis padres, y YoTube mecánico, jardinero y mozo de comedor, y YoTube un novio ingeniero riquísimo y guapísimo, pero se fue con otra.»
El loro progre se pega la gran vida. Y no a costa de su propio bolsillo, como vivía el loro tieso cuando tenía posición, sino con cargo a los presupuestos y al dinero de todos nosotros. ¿Su hábitat? Amplio, en la extensa e intensa red de influencias, cargos, mamelas, mangoletas y negocietes urdida por los pájaros que mandan en nuestra tierra. La Junta es el habitat pintiparado por el loro progre. El loro progre es de dos especies. Está por un lado la especie llamada Pelos de Rata, modelo Matilde Fernández, o modelo Eva Hache como lorito joven, conocidos loros progres ajenos a nuestro ecosistema, pero cuyos genotipos repiten los de aquí, que van de progres viejorras o de loritos en edad de merecer cargo público. Y después está la otra especie, el Loro Más Pintado que Una Mona, pasado de años y de mechas, costeadísimo de plumaje de firma y de marca, que trata de disimular la edad que tiene. Ambas especies, como buenos loros que son, se caracterizan por las habilidades de pico: los oyes hablar de solidaridad y no te puedes imaginar que se han hecho ricos, que cobran una millonada, que les pagan hasta la respiración con dinero público y que reúnen todas las condiciones que los tratados internacionales exigen para la denominación de Loro Visa Oro.
¿Dónde anidan estos loros? Pues en distintas ramas del poder autonómico, regional, provincial y local, así como en las empresas adictas al régimen y beneficiarias de sus subvenciones y contratos, sin que debamos olvidar al loro del SAS, abundantísimo en el sistema sanitario, en sus dos subespecies de loro de ambulatorio y loro de hospital. En el Ayuntamiento de Sevilla se hizo famoso un loro pelorrata tricolor que aparecía por Feria con un vistoso plumaje rojo, amarillo y morado. Ya ha emigrado a otro hábitat, porque a ese loro, por lo visto, lo ahuyenta el humo de la cachimba. En la Junta, ni te cuento la cantidad de loros progres que hay. De ambas especies: loros pelorrata y loros monapintada y vestida caro, caro, caro. Es el famosísimo loro juntero, jerarquizado en sus variedades de: loro consejero, loro viceconsejero, loro director general y así hasta loro jefe de servicios. ¿Cuántos loros se posan en una reunión semanal del Consejo de Gobierno de la Junta? En las fotos, junto a Chaves y a los señores consejeros hay siempre una colección importante de loros progres, de todo pelaje y condición. La Junta es como el Doñana del loro progre, reserva biológica de la especie. Que debemos preservar y tratar de mejorar. Porque con la cantidad de loros progres que hay en Sevilla, hasta ahora no se ha logrado aquí un ejemplar de tanta pureza genética como el loro de la Vicepresidencia del Gobierno de España. ¡Eso sí que es un pedazo de loro progre!

 

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