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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Solsticio en Sierpes y Tetuán

Yo me creía que lo del Solsticio famoso en vez de Navidad de toda la vida era solamente algo de meras palabras. Una cursilada progre más de ese señor que para fumar utiliza un utensilio consistente en un tubo terminado en un recipiente donde se coloca y enciende el tabaco picado, cuyo humo aspira por el extremo de la boquilla del mencionado tubo. (No creo que este señor se enfade si lo miento de esta forma, pues lo hago muy respetuosamente, y con un circunloquio marca de la casa: de la casa suya de él...)
Lo del Solsticio astronómico en vez de Navidad cristiana no es palabrería del barroco de izquierdas. Va en serio. La calculada descristianización de la Navidad no es una broma. Es uno de los resultados tangibles de haber hocicado Don Alfredo ante los 25.772 votos de IU para arrebartarle la alcaldía a Don Zoido, que aunque ahora, como Botín, se dedique a la Banca, al banco de Bellavista y a los bancos del Parque, fue el más votado y el que 128.776 sevillanos quisieron de alcalde. Y que lo hubiera sido, de no depender España de estas leyes electorales que hacen que, contra la voluntad mayoritaria de los votantes, el vencedor de hecho dependa de las minorías que se venden por un plato de lentejas... o por un lentejar 25.772 hectáreas, cual ha sido el caso de IU en el Ayuntamiento de Sevilla.
En el último de estos fines de semana en que de modernización y progreso, nada, sino que el centro se pone catetísimo con esa bulla de tanta gente poco viajada absorta ante el tranvía, las catenarias y la peatonalización, bulla que entra y sale en los comercios, pero que va por la calle sin una sola bolsa de haber comprado nada... En este fin de semana, paseando por Sierpes y por esa bulla de Tetuán que no sé qué va a ser cuando llegue el Jueves Santo, si ahora no se puede dar un paso... En este fin de semana, decía, he endiquelado bien endiqueladas las luces de Navidad, perdón, de Solsticio, que ya han puesto en Sierpes, Tetuán y Velázquez estos señores de IU que rigen el Distrito Centro. Luces de puritito Solsticio, que diría un mexicano.
Con decirle que ve usted esas bombillas de Sierpes y añora aquellas horteradas nórdicas y americanas de años anteriores, cuando todas eran campanas de canción de Bing Crosby o Frank Sinatra, trineos de Papa Noel, cuernos de los renos y abetos. ¡Qué tiempos aquellos en que la iluminación de la calle Sierpes tenía algo que ver con la Navidad, aunque fuera con la Navidad de Nueva York o con la Navidad de Oslo, pero Navidad al fin y al cabo! Las luces de hogaño en Sierpes lo mismo pueden servir para la calle Betis cuando la Velá que para la Feria de Santiponce. Porque son unos dibujos geométricos que no tienen ab-so-lu-ta-men-te nada que ver con la Navidad, ni con Belén, ni con el Niño Jesús, ni con las castas todas de Papá Noel y los cuernos de sus puñeteros renos.
Y si la bulla de la catetería cateteria, absorta con las moderneces, te deja entrar en Tetuán, Velázquez y calles adyacentes, es que te quedas frío, como el otro viendo a los bueyes beber en el río. Pero frío de cristales de nieve. Porque toda la iluminación navideña, perdón, del Solsticio, de esas calles representa un motivo tan sevillano (por los cojones) como los cristales de nieve.
-Es que es un homenaje al carro de la nieve, usted, y a la cantidad de niños que llevaba, no se ponga usted así...
Como no sea eso... ¿O son los cristalitos que tienen algunos en la barriga? Porque aquí en Sevilla, que yo sepa, no nieva nunca. Y muchos menos en Navidad. Cuando nieva, como ocurrió en 1954, es el día de la Candelaria. La nieve en Navidad, como no sea en cubitos, y para enfriar las botellas de espumoso de Umbrete, que es el que hay que comprar este año, o para echárselos al güisquicito que se toma la abuela en la Nochebuena, por aquello de que un día es un día...
Pues nada, esperen a que se enciendan esas luces, qué verán qué motivos más nuestros y más navideños. Y más cristianos, sobre todo. No hay nada más relacionado con el espíritu cristiano de la Navidad que un frigorífico «no frost» como los cristales de nieve de las luces de la calle Tetuán. Ahora, que por mí no quede: a mí a progre no hay quien me gane. Ya que las luces están puestas, quiero ser el primero en desearles un Feliz Solsticio y Próspero Año Nuevo 2008.)
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