ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Si bebes, no construyas

LO que más me gusta de los sindicatos (o al menos de esos enchufados que no la doblan a costa de los trabajadores y a los que llaman liberados) es su sentido de la solidaridad, de la oportunidad y de la responsabilidad social (¡por aquí!). Así que está toda la construcción más parada que el famoso avión de mármol de Paco Gandía, y vienen los liberados sindicales y declaran en huelga al honradísimo Gremio de Albañiles, al que presento mis respetos, pues no se merece los sindicatos que tiene. Cuando hay inmigrante en paro que da guantadas por coger un palaustre y subirse al andamio a doblarla y a ganarse un jornal, vienen los liberados sindicales con exigencias. ¿Y quién libera a los trabajadores de los liberados sindicales? Cuando lo que muchos piden es el derecho al trabajo, de achuchada que está la cosa, vienen estos señores y para impedirlo sueltan los que llaman «piquetes informativos», cuya traducción al castellano no pongo por respeto a los informados por los piquetes. (Hay «informaciones» que acaban en Urgencias de Traumatología).

Y como las desgracias nunca vienen solas, llegan los empresarios de la construcción y dicen que en el gremio de la mezcla y de la hormigonera hay tanta siniestralidad laboral y palman tantas criaturitas porque muchos se suben al andamio mamados y después de haberse fumado Kenitra entera de yerba marroquina. La acusación del colocón les ha sentado a los sindicatos a cuerno quemado más que a porrito simpático ardiendo a pie de andamio. Y ni les digo cómo les ha sentado la pretensión de la patronal, que quiere que los albañiles soplen el canuto de la alcoholemia antes de subirse al andamio, en una campaña del «si bebes, no construyas» que va a mandar precisamente a los albañiles a Stevie Wonder con lo suyo del «no conduzcas».

—¿Y a usted qué le parece todo esto?

Pues que, como suele ocurrir, todo el mundo tiene parte de razón. Tienen razón los constructores y la tienen los paletas. Aunque suele ser malo generalizar, en este caso convendría generalizar. Vamos a ver: ¿por qué los albañiles no piden que también sople el canuto de la alcoholemia el promotor que seguramente con la alegría de una tajá como un piano compró por una millonada ese solar donde ahora está construyendo unos pisos carísimos cuyas cuentas no le salen y que se va a tener que comer con papas? Hay que tener una tajá como un mulo para meterse en una aventura inmobiliaria así, y para producir la siniestralidad no laboral, sino de barquinazo total, de tantas pequeñas empresas suministradoras y subcontratistas a las que el tío, puestito de copas a la hora de echar los números, les va a dejar una roncha que no se la cura ni Conejo Mir.

Y yo iría más lejos con el aparatito de soplar y con el análisis para ver si el tío está empastillado. ¿Por qué se le va a hacer la prueba de la alcoholemia a un simple albañil para subir al andamio y en cambio no se le va a hacer al que ocupa sillones de mucha más responsabilidad? No me invento nada si recuerdo que en el primer Ayuntamiento democrático, en el salón de plenos había una peste a porro que no se podía aguantar. Ortiz Nuevo y Amparo Rubiales se gloriaban de que mientras debatían en el pleno pasaban de mano en mano, como la falsa monea, unos pedazos de porros trompeteros que temblaba el misterio. A la vista de muchos asuntos que aprueba el Ayuntamiento, ¿quién nos asegura que en el Salón Colon ahora no sigue habiendo colocones y tajás? Hay decisiones municipales que ni borrachos las tomarían personas sensatas. Vamos a ver: ¿se le hizo acaso soplar el alcoholímetro al que decidió poner el tranvía? ¿Se le hizo la prueba de sustancias tóxicas en la sangre al que decidió gastarse una millonada en el carril bici? ¿Sopló el canuto el que decidió peatonalizar el centro y convertirlo en parque temático? ¿Ha soplado Torrijos antes de ponerse a quitar nombres de calles?

Y en cuanto a los partidos políticos, ni te cuento. Si quieren que los albañiles soplen el canuto, ¿por qué no exigimos que lo sople Rajoy? Porque el PP está cayendo en unas mamarrachás que hay que tener una papa muy gorda para hacerlas. Lo peor es que creo yo que quien les ha pagado los copazos de Cacique y de Brugal y les ha pasado los canutos y los tripis ha sido Zapatero...

 

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