ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Mi Lolo, ¡qué lástima de hijo!

YO te voy a decir a ti una cosa: lo que le han hecho a mi Lolo los carcas éstos de la derecha y la prensa facha, que está compinchada con ellos y que son todos unos vendidos, es que no hay derecho. Eso debía estar perseguío, que un muchacho como mi Lolo no pueda sacar adelante su programa de izquierda de progreso para el bienestar de los ciudadanos.

—Y ciudadanas, hija, y ciudadanas...

Eso, tú lo has dicho, me lo has quitado de la boca. ¡Con lo buen hijo que es! ¡Y lo limpio y lo bien maqueado que va siempre mi Lolo, esa camisa Chemilacó, sus buenos Sebagos, esos trajes de Cañete, su teléfono móvil, su coche oficial, su despacho, su secretaria, su tarjeta Visa Platino! ¡Pues no es limpio ni elegante mi Lolo, anda que no viste bien el cargo!

—No ni ná... Envidia cochina es lo que le tienen...

¡Eso desde luego! Claro, como mi Lolo viene en los periódicos, y mi Lolo habla por la radio, y a mi Lolo lo sacan por la televisión, ¿viste lo guapo que salió en Canal Sur?, pues claro, ¿qué te voy a contar que tú no sepas?, están que trinan. Y el alcalde el primero, ¿eh?, lo que yo te diga. Porque dónde va a parar lo famoso que es mi Lolo, un poner, en la Alameda, a lo que es el alcalde, que va allí y la gente se cree que es un médico de San Lázaro que va a tomarse un cubata en los veladores que inauguró mi Lolo. Pero claro, hija, como aquí no hay vergüenza, que eso es lo que pasa, que no hay vergüenza, pues la han tomado con mi pobre Lolo, y se han hinchado con él. ¿No hay un reglamento en el fútbol, que al que le da una patada a otro le enseñan una tarjeta así como nosotras, roja? ¿Y no lo hay en el tenis, que hasta a ese Rafa Nadal no le pasan ni una si la pelotita no entra donde tiene que entrar? Pero en el Ayuntamiento, hija, ¡hacen cada tranfulla! Mi Lolo lo ha dicho bien claro: ni hay unas normas, ni un reglamento, ni un nada. Y además que yo creo que el alcalde está vendido. ¿Que a quién? ¿A quién va a ser, hija? Al gran capital, tú nada más que tienes que ver lo de Viera, que ése sí es de los nuestros. Así que yo creo que lo de mi Lolo es culpa de Bush y de Aznar.

Yo, la verdad, más que por mi Lolo lo siento por la ciudadanía. ¡Con la de cosas que ha hecho mi Lolo por ella! ¿Quién las va a hacer ahora? ¿Quién va a dirigir en el Ayuntamiento la lucha del pueblo de Sevilla contra el imperialismo yanki? Porque luchando contra el imperialismo yanki, la verdad, no es porque sea hijo mío y aunque esté feo que yo lo diga, pero no hay quien le gane a mi Lolo. Cuando haya que ir a Cuba a mostrar la solidaridad de los sevillanos con los camaradas de la Revolución, ¿a quién van a mandar? Al que manden no será igual, porque Fidel es íntimo de mi Lolo, vamos, que le manda un coche al aeropuerto cada vez que va, y me lo tiene allí siempre a cuerpo de rey, digo, de presidente de la República, perdona, hija, pero es que me tienen sublevaíta...

Y de Venezuela, ni te cuento. ¡El disgusto que se va a llevar Hugo Chávez cuando se entere! Porque esto va a traer cola, ¿eh?, que te lo digo yo. ¡Menudos son los camaradas de la América de progreso! ¿Y los brigadistas? ¿Qué va a ser ahora de los brigadistas? ¡Qué golpe tan grande para las criaturas! ¿Quién los va a llevar ahora por ahí a conocer mundo, que mi Lolo, él solito, se tenía montadas sus Becas Erasmus particulares y mira cómo se lo han pagado? ¡Ingratos! Y de la Copa Davis ni te hablo. De milagro ha ganado España a los americanos en Madrid, porque aquello, aunque esté feo señalar, lo que yo te diga: mucha plaza de toros, pero era una mierda de Copa Davis, sin cubierta y sin nada de nada. ¡Igualito que la de aquí, que de buena que era todavía la están buscando! Y cuando la Coca Cola tenga que invitar a alguien al Mundial de Fútbol, ¿a quién van a encontrar más antinorteamericano que mi Lolo, y que además trague y trinque el viajecito sin que se le revuelva el estómago? No hay derecho, hija, no hay derecho. Como que estoy por denunciar a esta partida de fachas por violencia de género: de género de mamones contra mi Lolo. ¡Es más buen hijo! ¿Y cómo cuida a sus primos? ¿Y cómo se preocupa por ellos? Y conmigo, ni te cuento. Los fachas, mucha boquilla, pero enseguía van a defender a los de su sangre como mi Lolo a mí, si lo sabré yo mejor que nadie. ¡Ay, qué lástima de hijo!

(Esta vez Sí Passsó Algo. Principio quieren las cosas. Enhorabuena, Sevilla.)

 

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