Dije el domingo que en aras del pluralismo en cuyas cortinas se limpian estos señores que imponen la dictadura del pensamiento único y de lo políticamente correcto, urgía defender la diversidad de ideas en la publicidad de los autobuses ateos, a fin de que dicho soporte sea aprovechado convenientemente y le saquemos partido con frases que se contrapongan en condiciones al tristemente famoso «Probablemente Dios no existe». Lanzaba servidor una serie de lemas pidiendo brocha y pintura o por lo menos serigrafía para que fuesen paseados en los costeros y traseras de los autobuses de Tussam, y al final abría el Correo de la Guasa (redcuadro@yahoo.es) al sentido del humor de mis lectores.

De los que puedo mostrarme bien orgulloso. Todas, absolutamente todas las que siguen, son frases que me han enviado los lectores, a cual más ingeniosa. Van intencionadamente sin entrecomillar. Porque no quería convertir esto en un festival de comillas, sino en un homenaje a la inteligencia de quienes me conceden la merced de seguir mis artículos:

Probablemente el alcalde de Sevilla no existe. Deja de preocuparte y disfruta, pensando: «Total, para lo que sirve...»

Probablemente los langostinos no existen. Deja de preocuparte y disfruta de tu tapa de ensaladilla.

Probablemente las colas en el INEM no existen. Deja de preocuparte y disfruta pensando que si hay mucha gente apelotonada en un sitio es porque regalan algo, así que no tengas miedo de acercarte, que al final verás cómo tú también estarás en esa cola.

Probablemente la carrera oficial no existe. Deja de preocuparte, cómprate una sillita en los chinos y ponte a esperar la cruz de guía.

Probablemente la Maleni no existe. Deja de preocuparte por las nevadas y disfruta viajando, aeropuerto de Barajas incluido.

Probablemente las setas de la Encarnación no existen. Deja de preocuparte y disfruta mirando el proyecto del rascacielos de la Torre Pelli.

Probablemente el fin de mes no existe. Deja de preocuparte y disfruta del poco dinero que aún te queda en esta primera decena.

Probablemente Rodríguez Zapatero no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la imagen que le cuidan sus seiscientos asesores.

Probablemente el euríbor no existe. Deja de preocuparte y disfruta pagando tu hipoteca sin sobresaltos, llega holgadamente a fin de mes, date un capricho y además ahorra.

Probablemente la falta de plazas privadas y concertadas en los colegios no existe. Deja de preocuparte y disfruta utilizando el chequelibro y piensa que estás dando a tus hijos la Educación para la Ciudadanía que siempre soñaste para ellos.

Probablemente la peatonalización de Asunción no existe. Deja de preocuparte y disfruta: abre un negocio allí, y ponle de nombre «Nicaragua» mismo, verás cómo el de la cachimba te da una subvención a fondo perdido. Más perdido que el barco del arroz.

Probablemente los socavones del Metro no existen. Deja de preocuparte y disfruta comprándote un piso en el Cristina.

Probablemente la Consejería de Medio Ambiente no existe para La Rinconada. Deja de preocuparte y disfruta del olor de la contaminación sin miedo.

Probablemente el Metro de Sevilla no existe... Perdón, me he equivocado: el Metro de Sevilla desde luego que no existe.