No me tengo por una lumbrera, pero tampoco por un torpón, aunque soy de Letras. De ahí vendrá quizá mi total incapacidad para comprender las nuevas tarifas de agua cuya subida anuncia mi amigo Manuel Marchena en Emasesa. Eso de Bloque 1 y Bloque 2, que parece que van a entregar las llaves de unas VPO en Pino Montano. Aunque echo en falta algo que cada vez se prodiga más en los suministros: la tarifa plana. Ya hay tarifa plana para casi todo. En teléfono, ni te cuento. Contratas la tarifa plana y te dan por el mismo precio un paquete con Internet gratis para el cuarto de estudio de la niña, tiradas de baratas las llamadas del móvil y un enganche para que puedas ver por la tele de gañote el madrugador partido del Betis a las 12 de la mañana. (¿Usted cree, señor Lopera, que ésas son horas de jugar al fútbol?).

En los autobuses, ni te cuento la tarifa plana. El bonobús o el pasemisí, pasemisá de los jubilados es una tarifa plana como una casa. Hasta Endesa, ella de soltera Sevillana de Electricidad, ofrece tarifa plana. La llama Bono Social o algo que suena a testamentaría y a últimas voluntades: Tarifa de Últimos Recursos. Se llame como se llame, usted le puede pedir a Endesa tarifa plana. ¿Qué digo Tarifa? Tarifa, Vejer, Algeciras, toda esa parte del Estrecho. Del estrecho consumo. Eso es lo que exige: que la potencia instalada no sea más de equis kilovatios. Poquitos. De modo que no puedes poner la lavadora si está enchufado el termo del agua caliente, ni pasar la aspiradora con la placa de vitrocerámica encendida con el puchero. Pero dan la tarifa plana.

Es lo que yo pediría a Emasesa: la tarifa plana de agua. Por lo menos como Endesa, tras demostrar que se tiene un consumo bajo y que no se despilfarra el agua.

—¿Y cómo demostramos que en el piso tenemos un consumo bajo, si no hay contadores individuales y facturan por lo que gasta toda la comunidad de vecinos, que suelen ser unos derrochones bañando niños y poniendo lavadoras?

Pues aquí es donde le doy la idea a mi amigo Marchena. Emasesa podría ofrecer tarifa plana a quienes sus inspectores determinen como poco consumidores de agua. Como guarros de toda guarrería, vamos. Basta para ello con crear en Emasesa la plantilla de Inspectores de Olor y Escamondado. Usted quiere la tarifa plana, ¿no? Pues llama a Emasesa, y Marchena les manda los inspectores para ver cómo andan en su casa de consumo de agua. Llegan los inspectores y piden ver el bombo de la ropa sucia. Como aquello esté hasta las trancas, escriben en el informe: «Puede concederse la tarifa, esta tía guarra pone poquísimo la lavadora». Después miran el suelo y preguntan cuántas veces lo escamondan con la fregona. Si responden que cuando hacen sábado, añaden en el informe: «En agua para la fregona gastan menos que Lopera en fichajes». ¿Macetas que regar en el balcón? Ninguna. Más puntos a favor. Y después viene la prueba del algodón. Cada inspector tiene hecho un curso en olores. Cuyos conocimientos aplica cuando le dice al dueño de la casa:

—A ver, desnúdese de cintura para arriba.

Y le huele el sobaco. Si le tira para atrás el olor a zorruno y aquella axila canta hasta por Serrat, tarifa plana habemus, porque tienen ducha a estrenar. Tras inspeccionar a los niños, claro:

—Vamos a ver cómo andan estos niños de pelusas en el ombligo y de pelotillas en los pies.

Y como los niños estén churretosos y pringosos, más nota favorable en el informe. Se trata de demostrar que se gasta poquita agua. Como lo de los pocos kilovatios de Endesa, pero en bajo consumo de Emasesa.

—Burgos, pues como los inspectores de Emasesa se suban en el autobús, le dan del tirón la tarifa plana de agua a todos los viajeros. Hijo, hay que ver la peste a sudorina que hay siempre en el autobús, esos sobacos agarrados a la barra y cantando hasta «La Internacional» en honor de Torrijos...