Mazagatos, no, Mazagatos es la que fue novia de uno que por poco manda al Sevilla F.C. a Tercera, pero a Tercera Regional. La inglesa de la que hablo es matagatos. Como Santiago Matamoros, pero sin caballo y sin moros. Y con gatos. Y en el Reino Unido, donde extraña que nadie ose tocarle un pelo a un gato. Como las vacas son sagradas en la India, los gatos son casi sagrados en Inglaterra. La inglesa matagatos es de Coventry y se llama Mary Bale. Y su mala sangre tuvo la peor fortuna de que quedara registrada por una cámara de vigilancia. Como seguro que han visto por la tele, a la malvada matagatos, como a Piolín, le pareció haber visto por aquí un lindo gatito y se le acercó. El lindo gatito era gatita, y creo que se llamaba Lola. La tía cochina se acercó a Lola y la acarició, la muy falsa. Y cuando más ronroneante estaba la gata, la cogió por el pellejo del cuello, como las madres toman a sus crías, y, ¡zas!, la lanzó con saña dentro en un contenedor de basuras y lo cerró.

Pero, ay, te pillé: una cámara, puesta probablemente por la propia gatuna diosa Bastet del Antiguo Egipto, recogió la jangada de Mary Bale, paso a paso. La maniobra de aproximación, la sensación de estar acariciando a un tigre, el apresamiento y lanzamiento de gata al interior del enorme contenedor, donde hubiera encontrado una muerte segura en el camión triturador donde los vuelcan. Mas el caso feliz es que la gata Lola, que no era callejera, se salvó y pudo volver a su casa, donde desde entonces sigue consintiendo que viva el señor que tiene ella allí de okupa, porque sabrán que los verdaderos dueños de las casas con gato son los gatos.

La escena malvada que descrita queda fue difundida inmediatamente y pregonada la mala sangre de Mary Bale. Por la que fue la Policía a su casa, claro que fue,a detenerla, y para la que ahora, desde la justicia popular de Internet, lo menos que piden es que le hagan como ella hizo a la gata, pero llevándosela el camión de la basura. Creo que hasta ha perdido su trabajo. Me alegro.

De esta fábula, tan clásica que tiene como animal a una gata tan linda que ya la quisiera yo de novia para mi adorado Remo, saco la moraleja de reglamento. Si Mary Bale se hubiera llamado Mary Vázquez, y si en vez de en Coventry tira una gata al contenedor en Córdoba, ni la hubieran detenido ni nada. Le habrían tocado las palmas. España odia al gato. La defensa de los animales contra el maltrato es según y cómo. Clasista. Se defiende al aristocrático y minoritario lince, no al plebeyo y mayoritario gato. A los pobres gatos se les puede maltratar, sacrificar, mandarles los laceros municipales, darles bolilla. No Passsa Nada. Los ayuntamientos hacen auténticos genocidios gatunos ante el silencio de los animalistas profesionales. Y lo mismo digo de los perros maltratados, como los galgos abandonados que salvan las protectoras en familias de acogida. Pero, ay, no vaya a ver una corrida de toros, que entonces es usted un asesino. A los que tanto claman contra el toreo no les he oído nunca una sola palabra contra el maltrato y exterminio de gatos. A los prohibicionistas de Cataluña quisiera yo verlos ahora consiguiendo que no exterminen a los maravillosos Gatos de la Libertad de los bloques del Campo del Sur de Cádiz, que son como los de Coventry, pero sin contenedor, sin cámaras, sin BBC y sin una envidiable sociedad civilizada como la inglesa que sabe que los gatos merecen toda protección, porque no olvidan tan fácilmente que en el Antiguo Egipto fueron dioses.