ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


El Vicetodo

ES un gustazo escribir del Vicetodo porque como es un señor y no una señorita, puedes largar sin que se te eche encima la Inquisición Feminista y te confunda con el alcalde de Valladolid. (Inciso: el alcalde de Valladolid es tan listo como Tomás Gómez el de las primarias de Madrid. Eran dos señores de gris a los que nadie conocía. ¿Usted sabía cómo se llamaba el alcalde de Valladolid? Es más: ¿usted sabía que Valladolid tenía alcalde? Y en cuanto a Tomás Gómez, ídem de lienzo. Usted sabía en el mejor de los casos que Parla había tenido uno de los alcaldes más votados, pero no que fuese Tomás Gómez. Y gracias a los morritos el uno y a los morretes que le puso a ZP el otro, ahí los tienen: de figuras, pista, que va el artista.)
Vicetodo es como he oído no sé dónde y a no sé quién que llaman a ese señor Pérez que nadie conoce como Pérez, sino por su segundo apellido: Rubalcaba. La España de los segundos apellidos: Rodríguez es Zapatero y Pérez es Rubalcaba. El Vicetodo es el que, remodelado el Gobierno, dijo que íbamos a padecer 15 portavoces, 15, para acto seguido enmendarse la plana y decir que aquí no hay ministro que porte voz alguna, que quien habla es él, que para algo es el Vicetodo. Vicetodo que por minutos parece que le está quitando el prefijo «vice» a su cargo de vicepresidente. Nos creíamos que Rubalcaba era el banderillero que le iba a hacer un quite a su maestro ante el toro de los 4,5 millones de parados y del déficit, y va a resultar que aquí quien ha brindado (al sol) y ha cogido la espada y la muleta ha sido el subalterno, ¿no han observado que el presidente está cada día más mísin?
El Vicetodo tiene fama de malvado, hasta con refrán, conocidísimo: «Rubalcaba, si te vuelves, te la rima». Ojalá todos los malvados fuesen tan inteligentes. En la provincia de Cádiz, por la que es diputado a Cortes, ha dado reciente prueba de su inteligencia. Otros paracaidistas de la política que arrojaron sobre la Playa Omaha de La Caleta no se enteraron de qué iba la copla en la Cuna de la Libertad. El Vicetodo, con su peligrosísima inteligencia de alto riesgo, ha comprendido que «en Cádiz hay que mamar». Y ha hecho como unos módulos de Carnaval, cuya principal enseñanza es que para poder reírse de los demás hay que aprender antes a reírse de uno mismo (y lo digo tartajeando, para jajajá de mí mismo). No me gustaría tener como adversario a un señor que da un mitin en San Roque y se presenta a sí mismo como El Malvado Rubalcaba. Eso es Cádiz puro. Y señal de inteligencia. Y por si las moscas le digo: «Óle tú». Hay que ser muy rico, muy poderoso o ciudadano de la Confederación Helvética para despreciar el mando y la inteligencia de Rubalcaba.
Que maneja, dicen, cinco docenas y media de servicios de inteligencia y tiene diez mil millones de espías a su servicio. Rubalcaba sabe dónde vive usted y a qué colegio van sus niños. No me preocupa que los servicios de inteligencia estén en manos de un señor inteligente. Lo malo es que España está en manos de un torpe: el jefe del Vicetodo. Hablando de espías, pienso como Aline Griffith (la Romanones, vamos, la que vestía de rojo), que le preguntó Amilibia que si siguiera siendo agente de la CIA qué telegrama mandaría a Washington, y dijo: «Presidente incompetente. Situación grave que puede ir a peor». Para remediarla, el incompetente se ha entregado en manos de su Vicetodo. En cuanto a malvados, teman más al jefe del Vicetodo. No hay nada más peligroso que un tonto con la tiza del poder en la mano.

 

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