Como Bécquer en su Rima XI, «yo sé un himno gigante y extraño»: el de España. La Marcha Real de vellos de punta que sonó la otra tarde en La Anunciación, cuando la orquesta dirigida por Pedro Halffter la tocaba durante la consagración en la cuidadísima misa nupcial de la hija de Carmen Tello. En el extranjero la confunden tela. A Contador le tocaron el himno de Dinamarca en vez de la Marcha Real tras ganar el Tour en 2009. A la selección española de la Copa Davis le tocó el Himno de Riego en Australia en 2003 un tío con una trompeta, en plan solo de «Nerva». Ahora la pretendida confusión ha sido en Milán y también con Contador. Tras ganar el Giro, estaba Alberto Contador sobre el podio colocado ante el Duomo, junto a otro ciclista que tiene nombre de heladería italiana con veladores en la Avenida: Scarponi.

Así que estaba el triunfador Contador con el de la heladería a un lado y al otro, uno con nombre de máquina italiana de café, Nibali, y en su honor sonó el himno de España. ¿Y qué sonó? Pues la Marcha Real, cantada con letra de Pemán. Con la preciosa letra que José María Pemán escribió en 1928 para la vieja Marcha Granadera. En 1928 el franquismo no existía: Franco estaba pelando guardias en África. Reinaba Don Alfonso XIII cuando el mayor poeta de la hímnica española del siglo XX escribió la letra que sonó en Milán. Una preciosidad lírica: «¡Viva España!, /alzad la frente, hijos del pueblo español/ que vuelve a resurgir,/ Gloria a la Patria/que supo seguir/ sobre el azul del mar el caminar del sol.» ¿Esto es franquista? ¡Váyase usted al ca...tálogo de himnos europeos! Donde se encontrará lo que cantan en el suyo los italianos. El «Fratelli d'Italia» viene a ser como lo de Pemán, pero en cursi y operístico, pues meten en el lío hasta a Escipión. Traducido, resulta: «Hermanos de Italia,/ Italia despierta / y el yelmo de Escipión/ se ciñe a la cabeza». Ese himno fue escrito por Godofredo Mamelli en 1847 y musicado por Michele Novaro. Fue el himno de los garibaldinos. El símbolo musical de la unidad de Italia en el Risorgimento. Nunca lo cambiaron. Sonó con la Monarquía y en la dictadura musoliniana; tras la liberación de Italia en la II Guerra Mundial y con todos los gobiernos, fuesen del signo que fueren. Por eso los italianos, cuando vieron el disco de la Marcha Real con la preciosa letra de Pemán, creyeron que España era un país normalito, y que el «Viva España» de Pemán era como el «Fratelli d'Italia» de Mamelli. ¡Que si quieres arroz amargo, Silvana Mangano! ¡La que le han liado a los organizadores del Giro los enchufados progres del Consejo Superior de Deportes! Hasta un conflicto diplomático han querido tramar porque dicen que la Marcha Real con letra de Pemán, la escrita en 1928 (cuando Franco era cabo), ¡es franquista!

Bueno, pues, que yo sepa, nadie ha protestado en cambio porque aquí en Sevilla el Ayuntamiento saliente se haya gastado 10.620 euros en comprar discos con cantos republicanos. Aquí pueden sacar los manifestantes anticonstitucionales banderas republicanas, y hasta ponerlas en sus despachos oficiales los tenientes de alcalde. Aquí se pueden repartir discos con el Himno de Riego. Pero la letra de Pemán para la Marcha Real no se puede oír. Es franquista y facha. Pues nada, hijos, cantad el «Que Viva España» de Manolo Escobar, que por lo visto es lo más progre. O esa letra tan emocionante y patriótica que cantáis cuando juega la Selección, y que dice: «Chunda, chunda, tachunda, chunda, chunda...»

LETRA COMPLETA DE JOSE MARIA PEMAN PARA LA MARCHA REAL (1928)

¡Viva España!

alzad la frente

hijos del pueblo español

que vuelve a resurgir.

Gloria a la Patria

que supo seguir

sobre el azul del mar

el caminar del sol.

Triunfa España

los yunques y las ruedas

cantan al compás

del himno de la fe.

Juntos con ellos

cantemos de pie

la vida nueva y fuerte

del trabajo y paz.