ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


¿Lo sabe Zoido?

Ese exquisito y atentísimo caballero italiano que es el director Carlo Sufredinni despedía a los últimos huéspedes del Hotel Alfonso XIII. Por una puerta salían los últimos turistas y por otra empezaban a sacar los muebles. A partir de ahora, allí puede pasar de todo. Pueden hacer almoneda con todo el hotel, que ya están desmantelando con el visto bueno de esa pastelera Comisión del Patrimonio que si autoriza hasta las Setas y la Torre Pelli, ¿no va a dejar que se carguen el Alfonso XIII?

Lo diré en corto y por derecho: me temo lo peor en el Hotel Alfonso XIII. Que no sólo es de propiedad del Ayuntamiento, sino de responsabilidad municipal en su conservación como monumento vivo de Sevilla. Me temo la colonización del Alfonso XIII. Colonizarlo es dejarlo como el Hotel Colón. Al Alfonso pueden ponerlo tan desfigurado como los de la cadena Meliá dejaron el Hotel Colón, que se lo cargaron y hasta desmantelaron el taurinísimo restaurante El Burladero. En el Alfonso XIII hasta pueden poner también, como en el Colón, cabezas de toro de escayola y un caballo lampadario con una pantalla en todo lo alto de la cabeza.

O lo pueden dejar como Bar Laredo: irreconocible.

Desde que lo hizo el arquitecto José Espiau, al Alfonso le han hecho toda clase de perrerías en forma de reformas. Tras el prestigio inicial de Monsieur Marquet y su cadena del Palace, empresa adjudicataria que lo cogía era empresa que se lo cargaba un poquito más. Entursa suprimió el primitivo y elegantísimo bar y puso uno como de puticlú, que ahora quieren volver a poner. Hizo desaparecer los muebles fundacionales. Sus alfombras de la Real Fábrica firmadas por Stuyck en 1929 acabaron en casas particulares de quien yo sé. Cambió el nobilísimo mobiliario de la galería por sillones de terraza, de bambú, estilo Merkamueble. Mangaron las dos armaduras que montaban guardia junto a los ascensores. Luego vino la Cadena Husa, y más perrerías. Y luego otra empresa. Y otra. Y otra. Y el Ayuntamiento propietario, mirando siempre para otro lado. Cualquier parecido del Alfonso XIII con lo que fue era pura coincidencia. Y lo peor, el ambiente, el refinamiento, que se cargaron tirando los precios y ofreciendo paquetes turísticos. Donde se alojaron Evita Perón, Orson Welles, Grace Kelly o Jackie Kennedy estaban ahora los turistas de chancleta en calzones cortos, dando barzones por allí con una botella de agua mineral en la mano.

Dicen que quieren devolver al Alfonso el esplendor de gloria de otros días. Para ello, quieren poner un bar de tapas. ¡Toma ya! Qué horror. Y encima, todo en manos de Jaime Montaner y de las consultoras EC Harris y HBA, que se creen que el regionalismo arquitectónico son las sillas estilo sevillano de las casetas en un bar de tapas. Ante lo que puede pasar en el Alfonso XIII, yo me he acordado del etarra Otegui, cuando lo trincaron y lo llevaron a la Audiencia Nacional. Y al comunicarle su prisión incondicional, como la ETA estaba negociando con ZP, dijo:

—¿Esto lo sabe Conde-Pumpido?

Cuando yo vi la otra mañana a Jaime Montaner suelto por allí por la galería del Alfonso XIII con una carpeta en la mano y apuntando cosas, me dije:

—¿Esto lo sabe Zoido?

Debería de saberlo. Con 166.040 votos a sus espaldas y 20 concejales, Zoido tiene 166.040 razones para impedir que se carguen el municipal Hotel Alfonso XIII según tramaron los que se van.

Articulos de días anteriores

Ir a página principal (Inicio) de www.antonioburgos.com

 

Para buscar dentro de El RedCuadro

 
    

 

Correo Correo

Clic para ir a la portada

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio