HACE unas semanas, cuando las encuestas favorables al PP echaban más humo cada día, escuchaba yo a una muy contenta votante del PP de toda la vida. Y cuando más exultante estaba en la proclamación de su gozo por lo que todos dan por descontado, que va a ganar Rajoy, y por mayoría absoluta, alguien, desde la cordura y desde la triste experiencia de la que ha liado el PSOE en anteriores campañas electorales (y a los trenes de Atocha o a los rubalcabianos indignados del 15-M me remito), le dijo:
—No cantes victoria, porque con lo perverso que es este Rubalcaba, con lo malvado que es Felipe González que lo apoya contra Zapatero, y con lo peligroso que es el propio Zapatero, que hasta que los granujones Trincones sin Fronteras que traemos a gastos pagados a San Sebastián no le pidan el Nobel de la Pazzzzzz no va a parar, cualquiera sabe lo que son capaces de organizar estos tíos de aquí al 20 de noviembre. Y fíjate todo lo que falta todavía para el 20 de noviembre. ¡La que pueden liar de aquí a entonces!
Y pensé que como no son precisamente tontos, aquí tiene que haber una hoja de ruta en la habitual caja de sorpresas de cada campaña electoral. De esa hoja de ruta ha formado parte evidentemente el comunicado de los hijos de lo que rima: el numerito de los tres encapuchados de la ETA diciendo que abandonan «la lucha armada», como si aquí hubiera habido una guerra en vez de novecientos asesinatos. Por mucho que lo hayan preparado, con la BBC avisada y con la CNN alertada, por mucho que lo hayan pactado todo, legalización y llegada al poder local vascongado de Bildu incluidas, la gente no es tonta. El entusiasmo del pueblo soberano por el paripé de la ETA, por el numerito del comunicado, es justamente inverso a la satisfacción oficial de la clase política, PP incluido y palabras de Rajoy incluidas. Solamente las víctimas y Rosa Díez han hablado como siente la gente ante esta mala comedia, continuación de la charlotada o tamborrada donostiarra de los Trincones sin Fronteras, entre los que por cierto, aparte de Rigoberta Menchú, tengo que añadir que eché en falta a otra imprescindible: a Hebe Bonafini, la gorda del pañuelito blanco de las madres de la Plaza de Mayo; así como a Pérez Esquivel. La cosa estuvo cortita de argentinos profesionales de la mangancia de los derechos humanos. Y tampoco hubiera desentonado Al Gore, que le gusta tela trincar la ídem por prestarse a dar su lindo careto para lo que sea menester.
¿Qué iba diciendo, antes que me echara la mano a la cartera para que no me la quitaran los mediadores profesionales? Ah, sí: que la gente no es tonta, y que del mismo modo que se temen lo peor sobre los numeritos que pueden organizar todavía de aquí al 20-N, indignados del 15-M y emberrechinados antisistema incluidos, no se acaba de creer el paripé burdo de la ETA. Porque hay otro numerito en puertas, consecuencia directa del paripé: la papa caliente, el caramelo envenenado que ZP le va a dejar como legado a Rajoy. No es una trampa. ¿Usted no ha visto las bombas-lapa que colocaban estos cabrones de la ETA debajo de los coches de los guardias civiles, de los policías y de los jueces? Bueno, pues el paripé de esta Falsa Pazzzzz es como una Paz Lapa que ZP ha dejado pegada a los bajos del coche de Rajoy, con temporizador, para que cuando ya esté en el poder le estalle el «conflicto» con la amnistía para los presos y con todas las pretensiones separatistas para las Vascongadas que se les ocurra a esta cuadrilla de asesinos, que por cierto sigue siendo igual de cuadrilla e igual de asesina, ahí sí que tampoco ha cambiado nada. ¡Menuda papa caliente la que le va a dejar ZP a Rajoy con este paripé del fin de la ETA!