No es que yo la tenga tomada con la Torre Pelli. Es que la Torre Pelli la tiene tomada contra el cielo de Sevilla. Por si fueran pocos los cielos que perdimos en tiempos de Romero Murube, ahora vienen los que estamos perdiendo en tiempos de Pulido. Sobre quien compruebo que el arquitecto Fernando Mendoza, que sabe siete mil millones de veces más que yo de Urbanismo, tiene mi misma opinión: "Como se ha demostrado en el debate entre Zoido y Pulido, parece que este último señor, que es presidente de una caja de ahorros, tiene muchísimo más poder que un político elegido en las urnas, cosa que a mí me sorprende profundamente. La propia actitud chulesca, puede ponerlo así, claramente, chulesca que ha tenido con la cuarta petición de la Unesco de paralizar la obra me parece muy grave, porque da la imagen de un sistema que no está dispuesto a aceptar ningún tipo de control. Aquí parece que hay temas personales, económicos y empresariales que están por encima de la ley, de los partidos políticos y por encima de todo". Y añade Mendoza: "Si el Ayuntamiento quiere parar la obra tiene mil argumentos para hacerlo". ¿Pero quiere pararla de verdad? ¿O esto es el clásico No Passsa Nada, aplicado ahora por el Ayuntamiento de los 20 concejales, 20?
A mí lo que me extraña en este asunto es el mareo de esa perdiz a la que llaman Unesco. ¿Por qué no se coge el toro por los cuernos aquí, y remitimos las reclamaciones al maestro armero de la Unesco, que sabe de Sevilla aproximadamente lo que yo de Copenhague? Y me extraña más todavía que en esta España donde se está recortando todo, no se le recorta ni un milímetro a la Torre Pelli. ¿Tiene posición Caja Cívica, ella de soltera Cajasol, para este derroche, para construir 43 plantas de oficinas con 178 metros de altura en una ciudad que tiene 136.000 metros cuadrados de oficinas vacíos, de ellos 21.000 en la propia Cartuja? ¿Cómo atentar contra el patrimonio de Sevilla y alterar su línea de horizonte es prioritario para una entidad que anda a pique de un repique? Me remito a lo publicado por ABC el pasado sábado día 11, en la página 55, sección de Economía: "Banca Cívica negocia un duro recorte de sucursales y plantilla". Con estos datos: 156 sucursales se van al carajo, 1.400 empleados a la prejubilación o al paro y se reducen los sueldos entre un 5% y un 15%. En estas condiciones, ¿cómo se está gastando Pulido en su caprichito 353 millones de euros, que era lo inicialmente presupuestado para la malhadada Torre Pelli? ¿Por qué recortan sucursales y plantillas y no la Torre Pelli?
Pero hay más. Para sanear su balance y poder hacer la fusión de Cajasol con sus actuales socios y amiguetes, la Caja Navarra, la Caja Canarias y la Caja de Burgos (a mí, que me registren) el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, el FROB, le inyectó en vena hace un año 977 millones de euros de dinero público, procedente de sus impuestos de usted. ¿Y qué hizo Cajasol con ese dinero? Pues a la vista está: enterrarlo en la Torre Pelli. Sí, son unos innovadores: estos tíos han inventado lo de enterrar el dinero en la belleza del cielo de Sevilla. Tirarlo, vamos, cuando ese rascacielos no hacía falta ninguna, estando despidiendo al personal como andan, recortando sueldos y cerrando oficinas. ¿Cómo es que cierran oficinas y construyen al mismo tiempo más metros cuadrados de oficinas? Por eso, puestos a largar el mochuelo hacia autoridades externas, yo creo que la sinrazón no sólo estética, sino económica, de la Torre Pelli no es cuestión de la Unesco. Es más bien asunto de control del despilfarro por parte del Banco de España. Claro que esto no lo debía de decir yo, sino los sindicatos. Pero como los sindicatos están ocupadísimos en evitar que el PP gane las elecciones andaluzas y en trincar los 1.057 millones de euros de subvención que les han dado durante la última legislatura de ZP...