Sin que
alardeen de cuotas femeninas ni de escalafones-cremallera,
en los Bancos cada vez hay más señoras de directoras de
sucursal. Manuel Iturbe, el director territorial del
Santander, me dijo un día:
-- No estarás descontento con la directora que te he enviado
a tu sucursal de Bami.
¿Qué iba a estarlo? Era no sólo una señora, sino una gran
señora. De Badajoz, con el dialectal arrastre del deje final
en las interrogaciones: "¿Le están atendiendooooooo?". De
una eficacia profesional, una dedicación y una capacidad de
trabajo pareja a su fachón de antigua ganadora por Badajoz
del concurso de Miss España. Era doña Socorro Ortega, que
colabora en Sevilla con Carmen Tello en el puesto de
Cayetana en El Rastrillo y que se casó el año pasado en la
Catedral pacense y celebró su boda en la plaza de toros de
Olivenza. Al cabo de los meses, la directora del banco del
barrio estaba esperando un niño, Rodrigo, como le anunció a
pie de Rastrillo a Mario Niebla del Toro. Todos le
preguntábamos a Socorro por su embarazo cada vez que íbamos
al banco. Llevábamos la cuenta casi, como las viejas de los
pueblos, y a toda su clientela nos extrañaba que estando ya
de siete, de ocho, incluso de nueve meses, Socorro Ortega no
cogiera la baja maternal. Es más: muchas noches salía del
banco a las 9, con su bombo maternal que parecía que de un
momento a otro iba a romper aguas.
Comentaba una mañana en el banco con un vecino el
estajanovismo de corbata roja de los directivos del
Santander, simbolizado en esta Socorro Ortega que
prácticamente se fue de su despacho de directora de sucursal
al paritorio del Sagrado Corazón, que, total, está al lado.
El vecino que me lo comentaba era Paco, bético y currista,
dueño del Mesón Casa Paco de Bami, que viene ser como Lucio
en los alrededores del Virgen del Rocío. Con toda la gracia
de su Carmona natal (no en balde la Patrona es la Virgen de
Gracia), Paco me comentaba señalándome la barriga maternal
de la directora:
-- Hay que ver la casta de esta mujer, con esa barriga y
resistiéndose a coger la baja maternal. A Socorro le pasa
como a los toreros, que les pega el toro un cornalón y a los
diez días están toreando. Cuando uno de mi bar se corta un
dedo con el cuchillo del jamón y por lo menos lo tengo dos
meses de baja...
Me he acordado del dueño de Casa Paco, de Socorro Ortega la
del Santander de Bami y del pundonor de los toreros que a
los diez días del cornalón están otra vez haciendo el
paseíllo cuando he leído el último borboneo del Rey. En el
avión que lo llevaba a Moscú para buscar contratos para el
Ave y, como Padilla Crespo, "jornal para los nuestros", le
dijo el Rey a los periodistas que se llevó puestos en el Air
Force Juan (Carlos I):
-- Cualquier otra persona estaría aún de baja. Preguntadle a
cualquier mèdico por una rotura de cadera y os lo dirá. Sin
embargo, yo tengo que currelar. Y luego vosotros no lo
publicáis...
Pues yo sí que lo publico, Señor: Vuestra Majestad es el
primer español en resistirse al escaqueo laboral por medio
de la baja, fingida o verdadera. Vamos, que estoy por
decirle que en esto de prescindir del derecho a la baja, V.M.
le gana por goleada a El Juli y a Socorro Ortega... Y ya que
estamos con las bajas y en época de recortes, me extraña que
nadie le haya metido mano a esta sangría laboral y
económica. A las falsas bajas. A los profesionales de la
baja. A los virtuosos de la baja por depresión. Ahí sí que
podíamos ahorrar, en un Plan Nacional contra la Baja de
Mentira. ¿Cuántos miles de millones nos ahorraríamos si los
españoles dejaran el "verás tú qué pedazo de baja me voy a
pegar" e hicieran como el Rey?
|