Me gustaría saber catalán, por lo menos como Aznar en la
intimidad, para felicitar a La Caixa como Pompeu Fabra
manda, por su más que laudable decisión de dejarnos
tranquilito El Arenal, las Atarazanas, la calle Dos de Mayo,
el Arco del Postigo, los Jardines de la Caridad y toda esa
parte del mejor cahíz de tierra del mundo y llevarse su
proyecto del Caixaforum a la Torre Pelli, que para algo es
de ellos, "jornal para los nuestros", como reza la muestra
de la sombrerería Padilla Crespo no lejos de allí, en la
calle Adriano esquina a Valdés Leal.
-- ¿Usted se ha dado cuenta de que acaba de escribir un
párrafo entero de 100 palabras, 100, con una sola frase?
-- Esto me pasa
por no saber catalán, lengua que escatima las palabras como
si fueran a precio de telegrama, porque la pela es la pela.
Yo quisiera, pues, felicitar ahora a La Caixa y no cantarle
la guasa y el malaje del "libera tus jurdeles de mano ajena"
que le dice por sevillanas su rural competencia, en el
anuncio más ridículo y de vergüenza ajena que se haya nunca
emitido por la radio. Me parece fantástico que los jurdeles
de La Caixa estén en mano ajena, y que, como la pela es la
pela, hayan decidido no gastar ni un leuro en estropear las
Atarazanas de Alfonso X el Sabio, como se proyectaba con ese
Caixaforum contra el que se levantaron muchas voces, entre
ellas la de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.
Esto de que La Caixa se lleve su Caixaforum a la Torre Pelli
me recuerda a los armaos de Arcos de la Frontera que contaba
mi querido e inolvidable Jesús de las Cuevas. Recordaba
Jesús Cuevas las voces de mando del capitán de los armaos
arcenses antes de empezar a marcar la centuria el paso:
-- Cuando er tambó jaga púm, la pata derecha par Cristo. Y
cuando jaga turrún, tó Cristo pá la Peña. De modo que toa la
catástrofe vaya der mismo lao...
Con esto de que La Caixa plante su Caixaforum en su Torre
Pelli se cumplen las normas de los armaos de Arcos: de este
modo, toda la catástrofe va del mismo lado, y no como antes,
que no contentos con la catástrofe de la Torre Pelli querían
meternos en pleno corazón del Arenal la otra catástrofe del
Caixaforum, haciendo un sayo con la capa alfonsí de las
Atarazanas. Que están muy bien como están, con las columnas
de sus naves enterradas, y que si han aguantado así siete
siglos, bajo tierra pueden aguantar otros siete sin que
ningún arquitecto de la modernidad y del régimen haga con
ellas perrerías, como pretendían.
Yo estaba por pedir a todas las instituciones de mi barrio,
a La Carretería, al Baratillo, a Las Aguas del Postigo, a la
Hermandad de la Caridad, a la Pura y Limpia, a la
Sacramental del Sagrario y a la Maestranza de Caballería que
le escribieran una carta conjunta a La Caixa dándole las
gracias en nombre de las cigüeñas que todos los años vienen
desde lejísimos a gozar la Sevilla de las Atarazadas desde
lo alto de la chimenea industrial de la antigua Maestranza
de Artillería. Pero le voy a pedir mejor al Ayuntamiento que
siga por el camino de La Caixa con respecto a los usos de la
Torre Pelli. ¿No decimos que en la Sevilla de los locales
vacíos van a sobrar oficinas en la Torre Pelli? Pues ya
tenemos un uso para el mamarracho que rasca los cielos que
dejamos perder. La Torre Pelli debe ser el cuarto trastero
donde mandemos todos los otros mamarrachos de Sevilla, como
una muñeca rusa, mamarrachos dentro del mamarracho, como el
Caixaforum que iban a hacer con las Atarazanas. Tras el
Caixaforum, podemos mandar allí la Alameda con todos sus
avíos y desavíos, y las farolas de la Plaza del Pan, y la
Puerta Jerez entera y plena, e incluso hacer hasta la Torre
Pelli la mudá de las Setas. Costaleros desde luego no iban a
faltar para hacer la mudá de las Setas a la Torre Pelli.
Lista de espera iba a haber, como en la cuadrilla de palio
de la Macarena...
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