Sevillano, no: sevillanísimo. No de los sevillanos miarmas, por fortuna para él. De los otros, los hondos y jondos, finos y fríos. Y atravesados. Hay españoles del trueno y de la ira y hay sevillanos del malaje y la guasa. Y Alfonso Guerra es uno de ellos. Esos sevillanos que no salieron nunca de nazareno, ni cuando eran chicos; que van a la Feria y tienen tal cara de vinagre que todo el mundo está deseando que se vayan de la caseta; que nunca nadie los ha visto en El Rinconcillo o en Casa Ricardo; que no sabemos sin son del Sevilla o del Betis. Se va Alfonso Guerra de la política, y se va de un modo sevillanísimo. Al ver la encuesta del CIS que le pone as peras al cuarto al PP y al PSOE y anuncia el irresistible ascenso de Podemos, va Alfonso Guerra y dice el sevillanísimo:-- Ea, señores, pues ya estoy yo en mi casa.
Pero es un sevillano tan atípico, de San Bernardo, que ni siquiera sabemos dónde vive. ¿Sigue viviendo en la calle Pedro Pérez Fernández de Los Remedios, como cuando debutó en la política desde su librería Antonio Machado de la calle Miguel Mañara? ¿Vive en Sevilla o vive en Madrid? ¿O vive en el Ave? Yo creo que vivir, vivir, lo que se dice vivir, Guerra vive en el Ave. Todo el mundo que lo ha visto en los últimos tiempos ha sido siempre en el Ave:
-- ¿A que no sabes con quién coincidí ayer en el Ave? ¡Con Alfonso Guerra!
Guerra es como un cante de ida y vuelta entre Madrid y Sevilla. Y se va, tras ronear de que ha cotizado 50 años, 50 en la Seguridad Social. Quiere ello decir que 9 de tales años, 9, los cotizó con la Seguridad Social de Franco. ¿Ah, pero con Franco había Seguridad Social? ¿No quedamos en que la habían creado Guerra y los de la foto de la tortilla que les hizo Manolo del Valle, que se movió hacia detrás de la cámara de Pablo Juliá para no salir y evitarse así el fotomatón con tres posturas de cabeza que te hacía Martín el comisario de la Brigada Social cuando te enchironaba en los calabozos en La Gavidia?
Se va Guerra y muchos caen ahora en la cuenta de que aún no se había ido. ¿Pero seguía en la política¿ ¿No estaba ya retirado? No, seguía. Y de algo inédito: de diputado por Sevilla. Que Alfonso Guerra haya sido durante 37 años, 37, diputado por Sevilla, cabeza de lista del PSOE siempre, ha sido uno de los secretos mejor guardados de la democracia. O no ha hecho nada por Sevilla o ha dejado que todo se lo apuntara Felipe González. La Expo mismo. La Expo pasa por el gran logro de ese gran alcalde de Sevilla que sin sillón en la Casa Grande fue Felipe González. ¿Pero no hizo este diputado por Sevilla nada por traer aquí la Expo, por construir el Ave, por los grandes logros del 92? Y después del 92, ¿qué ha hecho Guerra por Sevilla como diputado, once veces elegido y con más votos que nadie además?
Se va inédito como diputado por Sevilla. ¡Lo calladito que se lo tenía el enterrador de Montesquieu; el de "a España no la va a conocer ni la madre que la parió"; el del "tahúr del Mississippi" para Suárez; el de "Soledad Becerril es Mariquita Pérez vestida de Carlos II ! El hermano de Mienmano? ¿Mienmano? ¡Entonces es cuando tenía que haberse ido de la política, joé, cuando la sangre de su sangre dio desde su Despacho de los Cafelitos el chupinazo para que empezara la España del Mangazo Gordo!
Inédito como diputado pero sevillano con toda la gracia del mundo desde su guasa y su malaje. Cuando estaba en el machito me costaba mucho reconocèrselo, pero ahora que ya se va lo confieso: Guerra es un sevillano que tiene todavía mucha más mala leche que yo y que Rafael Manzano juntos, y que puede crucificarte con una sola palabra, como yo enclavé a Mienmano. Porque tiene eso tan nuestro que es la gracia de la guasa del malaje. (Diré en su descargo que Cristóbal Montoro también es diputado cabeza de lista del PP por Sevilla. Igual de inédito que Guerra, pero en soso y en pitufo. Y mandando además a la Feria a los inspectores de Hacienda para ver si el fontanero que puso el váter de la caseta pagó el IVA o cobró en negro. Y sin gracia ninguna ni ingenio alguno).
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