ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 19 de diciembre de 2014                 
                                
 
Vaya con la valla

 

Seguramente esto parecerá un examen de Ortografía, o una página de aquel Miranda Podadera con el que media España y parte de la otra media hizo unas oposiciones a Correos o a la Renfe, si digo:

«Ahí hay un hombre que dice: "Ay, vaya con la valla".»

El hombre que dice "ay" es un servidor de ustedes. Y no es un examen de ortografía. Es un examen de trianería. A pesar de que hay un concejal que se llama Rafael Belmonte y que tiene la misma sangre que el Pasmo de Triana, este Ayuntamiento viene cateando en materia del Arrabal y Guarda. ¿Por qué el Ayuntamiento la tiene tomada con Triana? Este Ayuntamiento y el anterior, el de Monteseirín y el Tío de la Mariscada, que perpetraron contra Triana la jangá de conseguir que la calle San Jacinto no se parezca para nada a la calle San Jacinto, lo cual es tela de difícil, pero lo lograron los tíos. Pusieron aquello como una edición de bolsillo de la Avenida, a la que sólo le falta el tranvía.

-- No, el tranvía lo pusieron en la plaza de San Martín de Porres, delante del mercado y de las calesitas de León.

Calesitas de León, símbolo de Triana y del Tardón, a las que también se la juraron, y lo querían echar al hombre de allí con esos cacharritos que llevan allí más de medio siglo, donde se han montado generaciones y generaciones de trianeros. El que no tenga una foto de chico montado en el coche de bomberos de las calesitas de León, ni es trianero ni es ná.

¿Por dónde iba, antes que nos diéramos una vuelta en los cacharritos? Ah, sí, por la calle San Jacinto, en la antología de jangás perpetradas por el Ayuntamiento contra Triana, que se nota a chorros que es el Ayuntamiento de Sevilla, no el de Triana. Creo que en la calle San Jacinto todavía caben dos docenas más de veladores. Es el símbolo de Triana y el símbolo de Sevilla: Monteseirín desfiguró la imagen de la ciudad con sus miles de derrochonas tonterías. Pero luego vino Zoido, y en vez de dejarlas como la palma de la mano aplicando la mayoría de sus 20 concejales, 20 (que para eso los votamos, para que hicieran borrón y cuenta nueva con las barrabasadas del Médico y del Tío de la Mariscada) va el señor alcalde y se dedica a poner veladores en toda esa ciudad desfigurada, alejándola todavía más de su propia imagen y convirtiéndola en un inmenso comedor al aire libre. El modelo de cuanto digo es la calle San Jacinto, estropeada por Monteseirín y rematada en tablas (de veladores) por Zoido, ¿verdad, Angel Vela, verdad, Manuel Melado?

Y por si todo esto fuera poco, vino luego la ideíta, menuda ideíta, de poner el macroazulejo de "Triana" en la zapata de la calle Betis. Vamos, como si a Triana le hiciera falta ponerle un letrero para decir que es Triana, cuando pasas el puente, respiras su gracia y ya sabes que estás en el Arrabal y Guarda. Lo del azulejo de la zapata era como lo que contaba Cervantes de aquel pintor tan malo que cuando dibujaba un pollo tenía que poner debajo: "Esto es gallo". A Triana no hay que ponerle "Esto es Triana", porque ella misma se pintó a sí misma color de rosa, como las palanganas de la sevillana del novio cartujano que siguen emocionándonos cuando se las escuchamos a Rocío Jurado en la película de Carlos Saura.

Aquella barbaridad en forma de azulejo no se perpetró. Y como se quedaron con las ganas de hacerle a Triana alguna perrería más, se pusieron a pensar: "¿Qué le podríamos hacer a Triana para que no parezca Triana?". En esto, la pobre estudiante polaca, como no era de Triana, midió mal el poyete de la calle Betis y, zas, se desnucó al caerse al río. Dijeron entonces: "¡Ya está! Esta es la ocasión. Pongamos una buena valla sobre el poyete de la calle Betis, una valla bien costeada y lo menos trianera posible." Y en ello están. Ponerle vallas al río es como poner puertas al campo. Una carajotada. Una jangá contra Triana. Los trianeros han estado siglos sentándose en el poyete del río sin que nadie pegara el jardazo y sin necesidad de vallas. Esto que quieren hacer los que se la tienen jurada a Triana es disfrazar a la calle Betis de frontera de Melilla, no de Arrabal y Guarda de Sevilla. Verás tú como se entere el negro que devolvió el maletín de los tres mil euros...

 

                     

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