La STV no es la ITV que hay que pasar a los coches, ni la ITE de los edificios con una edad, sino un invento muy divertido de Santander del que me he enterado y he importado inmediatamente a Sevilla. Los STV les llaman en la capital de la Montaña a los que presumen de ser "de Santander de Toda la Vida". Lo que no sé es si en Santander dicen lo de STV en serio o en plan de cachondeo, con las del beri; si es un título de grandeza montañesa o un motivo de burla para los que ronean de Cantabria y de anchoas, como el chuflón del expresidente de aquella autonomía que va de saltimbanqui por las televisiones.

No sé si lo de la STV es reciente o antiguo, pues se lo he preguntado a mi compadre Rogelio Gómez Trifón y no ha sabido darme norte, lo que ya es raro, porque el excelentísimo tabernero sabe de su tierra montañesa más que los marineros jándalos que vinieron con San Fernando para echar a los moros. Sea como fuere, a mí la STV me da el avío, porque es perfectamente aplicable a Sevilla. Sevilla está llena de STV, de "Sevillanos de Toda la Vida", que presumen de serlo y que desprecian a los advenedizos que son sólo sevillanos desde ayer por la mañana. STV se puede aplicar a las personas y a las cosas. Hay costumbres y ritos que son totalmente STV, como los madrugones del Corpus y de la Virgen de los Reyes; las esquelas colectivas de las hermandades y colegios profesionales en el mes de noviembre; los magnolios florecidos en tiempo de seises de rojo sacramental... Y hay personas que son STV, sin el menor sentido despectivo o de cachondeo: esforzados sevillanos de toda la vida de cuya tarea e importancia no nos solemos dar cuenta hasta que la han palmado y Burgos les escribe un gorigori de lagrimón en el ABC. El gorigori sí que es tela de STV. Tan STV como la puñalá por la espalda al pregonero de la Semana Santa al que se le acaba de decir que lo suyo ha sido "muy sevillano, enhorabuena": vete preparando, dilecto poeta Lutgardo García... Díle a Ibáñez que te haga el chaqué holgadito, para que puedas ponerte debajo el chaleco antibalas que te he recomendado como excombatiente de esa batalla donde hay más Hojas de Ruta STV que botellines, que decía Manolo Ramírez Fernández de Córdoba. -

¿Saben cómo he importado a Sevilla el STV montañés? Tras la coña de Begoña, la de Podemos. Metió la pata en fías, porfías y cuestión de cofradías e inmediatamente salieron los suyos en tropel a decir que ellos son totalmente STV: Sevillanos de Toda la Vida. Para lo cual sacaron a un costalero que está en su ejecutiva. Eso sí que es tela de STV, salir de costalero. Podemos quiere pasar la STV, pero como estamos en vísperas electorales municipales, deberíamos exigir también a todos los partidos que pasen la STV, como los coches la ITV. ¿Cuántos STV va a llevar el PP en sus listas municipales? Y antes de eso, ¿cuántos de los actuales 20 concejales, 20 del PP no pasarían la STV? La gestante y urnaconvocante Susana Díaz, ¿es STV? ¿O es más bien una variante del STV, TTV, de Triana de Toda la Vida? ¿Y Juan Espadas? ¿Ha pasado la STV? Desde luego que ni la Torre Pelli, ni Las Setas, ni el tranvía, ni la destrucción de la Alameda, ni la peatonalización de la Avenida, ni La Alfalfa pasaron la STV. Zoido cogió la Plaza del Pan y le hizo pasar la STV. Y ya vieron: de momento, las farolas de Monteseirín al ca...mpo de los Mártires. Así habría que hacer con Sevilla entera: pasarle la STV a todo. Claro que entonces Sevilla se parecería una jartá a Sevilla. Y eso, como saben, ni es políticamente correcto, ni es progresista, ni es moderno ni es ná. Hasta que esto sea Albacete con Giralda no van a parar.

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