No, no han vestido de gitana al tranvía. Que además no es un tranvía, sino que dicen que es el Metrocentro. Ese invento que va de ningún sitio a ninguna parte y que sirve mayormente para que los socios del Aero que viven en los pisos del Prado tengan transporte cómodo para ir a su club sin tener que buscar aparcamiento. El Metrocentro, ¿a que tiene nombre de centro comercial de por ahí por Mairena del Aljarafe? Como en Castilleja hay otro que tiene nombre de empresa que viene a arreglarte el aire acondicionado cuando se te escacharra: Airesur.

No, no han vestido de gitana al tranvía. En todo caso lo han vestido de La Esmeralda y sus flamencas. Lo han travestido. Porque tranvía es de género gramatical masculino, el tranvía, y lo han vestido de mujer, de lunares de falda de volantes. Esos lunares del tranvía no los tienen ni las blusas de los niños chicos que sus madres visten a los pobres así para ir a la Feria, a la malagueña, haciéndoles además con los faldones un nudo que les deja el ombliguillo fuera. Salvo, claro está, que por la Ley de Igualdad de Género, como los imbéciles dicen lo de "ciudadanos y ciudadanas" y "sevillanos y sevillanas", sea muy políticamente correcto hablar de "el tranvía y la tranvía". Mas insisto: si al tranvía, que es masculino, le han puesto unos lunares como de falda, lo han travestido. Vamos, que lo han puesto como a La Narda en la historia que conté de su Venta, donde, preguntado el genial sarasa quién era una señora vestida de flamenca muy guapa que había en una foto allí enmarcada y colgada, respondió:

-- Pues servidora, en la Feria de Utrera.

El tranvía vestido de lunares es como La Narda: La Metrocentro en la Feria de Sevilla. Y encima, con un sombrero de alancha en todo lo alto de la cabeza del vagón motor. Al que le cuadran a la perfección los absurdos versos del pasodoble "Ay, mi sombrero" de Ramón Perelló y Genero Monreal que cantaba Pepe Blanco: "Tienes planta de maceta,/y hay en ti tal señorío,/que eres rey de las carretas/ de la Virgen del Rocío". Ese sombrero rojo tiene planta de maceta. Pero de maceta que le hubieran tirado desde un quinto piso, por malaje. Y no sé rey de las carretas, pero sí lo es de la catetería que ha consentido este Ayuntamiento, dejando que disfracen al tranvía no de flamenca, sino de mamarracho. Y encima a la jerezana, no a la sevillana. Porque en Sevilla no hay más sombreros de alancha rojos como el del tranvía que los de cartón de los chinos que se compran los turistas en las tiendas del visualmente contaminado y contaminante Polo Industrial Turístico del Barrio de Santa Cruz. Creen los turistas que lo más típico de Sevilla es la paella, la sangría... y el sombrero de alancha rojo. Lo malo es que este Ayuntamiento que aún tiene 20 concejales, 20, también lo está creyendo así. En cuanto a la paella y la sangría, ya ven cómo han puesto Sevilla de veladores para el turismo barato, que hasta la calle Almirante Lobo me la ha llenado de mesas. ¿Para eso el arboricidio, para empetarla de veladores? Y en cuanto al sombrero de alancha rojo, como es lo más clásico, pues el Ayuntamiento permite que se lo planten al tranvía porque más típico no lo hay.

Y todo procedente de Jerez, como los toros del encaste Domecq. ¿Pero no quedamos que la Feria era de Sanlúcar, de rebujito y manzanilla? ¿Por qué el Ayuntamiento se ha pasado al fino de Jerez? Ah, ya: es que esto les gusta mucho a los turistas. "El sol de Andalucía embotellado", en frase genial del olvidado publicista Luis Pérez Solero. Es que estoy ya escuchando al turismo interior llamando por el móvil a sus amigos:

-- Chico, estamos en lassss feriassss de Sevilla y esto es tan típico que, fíjate, hasta el tranvía va vestido de faralaes...

Pues nada, señores del Ayuntamiento: seguid degradando así a Sevilla y aplicando el programa...de Monteseirín. En las urnas de mayo se va a ver la copla. Sin faralaes.

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