Visto lo visto, como se dice en perfecto tertulianés, Albert Rivera manda en Andalucía casi tanto como Susana Díaz. Rivera es quien de verdad tiene a esta pobre señora embarazada a pique de un repique, expuesta a que le dé algo en la votación que hoy van a perpetrar contra ella en el Parlamento Andaluz. Si fuera por Marín ya se habría abstenido Ciudadanos en la primera votación en vez de hacerle a esta señora el feo del "no". Si por Marín fuera, él ya estaba en el puesto de Valderas, de amparador de Susana, manque sin vicepresidencia. Es más, hay una cierta homologación capilar entre Valderas y Marín. Los oyes a ambos y puede que te convenzan o no. Pero te dejan con una duda que nadie sabe aclararte. Pues tras verlos un rato hablando, acabas preguntándote: "Vale, todo eso que dice este hombre está muy bien. Pero tú dime una cosa, que es lo que a mí me interesa de verdad: este tío, ¿usa peluquín o no usa peluquín?".

Marín, como es de la Ciudad de la Manzanilla, se hizo un lío con el rebujito de la política y creía que Albert Rivera le iba a dejar que Ciudadanos fuera de la manita del PSOE, como en Sanlúcar de Barrameda, donde la cosa tiene Bigote: los que se han presentado aquí como recambio del Partido de los ERE gobiernan allí con el Partido de los ERE. Y Marín olvidó también que Andalucía es una autonomía...hasta cierto punto. Se creyó que esto es una autonomía política y no administrativa. Quizá haya autonomía en el Régimen Andaluz, en la Junta, en las empresas públicas de la Administración Paralela, en Canal Sur. Pero, ¿en los partidos? ¿De qué y de cuándo? La gran política de los partidos andaluces se decide desde Madrid. Uno de los grandes fallos del error, inmenso error en que caímos los andaluces (y yo el primero) en el 28-F fue creer que se puede encomendar la autonomía a unos partidos cuyos dirigentes lo que piensan es hacer carrera aquí...para irse a Madrid, por lo que están sumisos siempre a lo que desde allí les ordenen. Y la autonomía está en manos de estos partidos, viejos o nuevos. Lo de Albert Rivera ha sido la prueba del 9. ¿Qué va a hacer Ciudadanos ante la investidura de Susana? Pues como cuando en el Betis mandaba Lopera: "Lo que diga Don Albert". Y Don Albert dice que las municipales, autonómicas del 143 y generales están a la vuelta de la esquina, y que no se puede aparecer ante España como cómplice en Andalucía del Partido de los ERE.

¿Y Podemos? ¿Qué hace Podemos? ¿Lo que dice doña Teresa Rodríguez, cuya mano beso para no ser menos que Pepote? No, como su mismo nombre indica, lo que puede. Lo que le dejan los "círculos" que Pablo Iglesias maneja desde Madrid. -

¿Y el PP? Ay, espere, que aguante la risa. ¿Cómo es posible que teniendo ahí a Esperanza Oña el PP presentara como candidato a Moreno Bonilla, un buen hombre, muy obediente, extraordinaria persona, pero ya está? Pues porque en el PP de Andalucía quien manda no es el que esté de jefe aquí, ni sus bases: manda Rajoy desde Madrid. El dedo de Rajoy es el que pone y dispone, como pone y dispone el dedo de Rivera o el de Iglesias. Igual. Y mientras que sea el dedo de Rajoy... Lo malo es que muchas veces es el dedo de Arriola, el marido de la marujona abortista Celia Villalobos. Esto será una autonomía plena del 151 a efectos del montaje del Régimen Andaluz pero a efectos de los partidos es una sucursal de Madrid. Un banco de pruebas para sus experimentos nacionales: a los votantes andaluces se nos va a poner cara de conejillos de Indias... No quiero ni pensarlo, pero ¿mira que si que al final, para salvar la inestabilidad que han provocado unas elecciones que Susana convocó para evitar la inestabilidad, y como nadie quiere aparecer ante España en vísperas electorales en el triste papel de cómplice del Partido de los ERE, el mochuelo de la investidura se lo va a largar Rajoy a Moreno Bonilla? Era lo único que le faltaba a Moreno Bonilla. Y al PP, ni te cuento. ¡La que Ciudadanos le puede liar! Y a Zoido es que lo hunden sus adversarios, como principal defensor de que gobierne la lista más votada...

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