Se me quejaba un hermano de la Santa Caridad de lo poco que valoran los sevillanos los cuadros de Murillo que hay en su Iglesia del Señor San Jorge. Salvo los murillos que nos expolió y robó cuando la invasión francesa de 1808 el ratero del Mariscal Soult para llevárselos a su gabacha tierra a fin de hacerle la pelota a Napoleón, no hay en el mundo una colección de obras de Don Bartolomé Esteban como la de La Caridad. Y los sevillanos, sin conocerla, ni admirarla, ni valorarla. Y los organizadores del Centenario de Murillo, sin enterarse. Bueno, sin enterarse ni de esto ni de nada murillesco. Ahí tienen la Casa de Murillo, junto a la barra de Las Teresas (para que se orienten en el degradado Parque Temático Turístico del Barrio de Santa Cruz) y nunca allí se hizo nada. Mientras que en Madrid tienen la Casa de Velázquez. Claro, eso le pasó a Murillo por quedarse aquí en Sevilla, en el mismo cernudiano "error de amor" que José María Izquierdo. Si Murillo, como Velázquez, se llega a ir a trepar a la Corte, a esta hora habría en Madrid una Casa de Murillo y su Centenario estaría ya en marcha en toda España. Pero, claro, como consideran a Murillo una sevillanía de uso interno, pues pasa lo que passsssa. Nada.
Aquí los centenarios pasan inadvertidos según y cómo: según sean cofradieros o no. Hago un fervoroso añadido a cuanto ayer escribía con acierto mi admirado Javier Rubio en su dominical sección "La Ciudad Inevitable". ¿Tan importante es celebrar el XXV aniversario de la Expo, cuando aquí, salvo Buenas Letras, nadie ha movido un dedo en el Centenario de Cervantes? Ni siquiera hemos organizado una Charlotada Cervantina en el pleno municipal. Hubiera sido muy propio: un actor titiritero disfrazado de Cervantes que sale de la Cárcel Real (hoy Caixabank) y llega al pleno pidiendo un enchufe en Fitonovo. Porque no se dice, pero Cervantes fue novela picaresca de sí mismo. Estuvo en la cárcel donde toda incomodidad tenía su asiento por meter la mano en el cajón de los públicos caudales. Cervantes fue el Prototrincón de la Corrupción Sevillana. Lo mismo que escribió "El Quijote", se hizo un ERE unipersonal cuando recaudaba alcabalas.
¿Para qué vamos a celebrar los XXV años de la Expo si no hemos hecho nada en el centenario de Cervantes ni estamos preparando nada para el de Murillo? Porque basta que lo intentara el de los 20 concejales, 20, para que Espadas mire para otro lado; y sus socios de Podemos e IU, ni te cuento. Esos quieren celebrar a las Brigadas Internacionales, a las que por cierto derrotaron los requetés sevillanos del Tercio Virgen de los Reyes en la batalla de Lopera: no Lopera el del Betis, sino la del sangriento frente de Jaén.
Todo es muy rarito, querido Javier Rubio. Vamos a celebrar los 25 años de la Expo. Los macarenos comienzan a festejar los 75 años de la primera piedra de la Basílica de la Esperanza sobre el solar, creo yo, de Casa Cornelio, bombardeada por el Gobierno de la II República en la huelga general revolucionaria de julio de 1931. Todos los cincuentenarios, centenarios, sesquicentenarios, bicentenarios, tricentenarios y medios milenios cofradieros sí que se celebran tela. Por todo lo alto. Con pregón, cartel, marcha procesional conmemorativa y triduo en la Catedral con procesión extraordinaria. Se celebran los aniversarios de las reglas, de la salida de las imágenes del taller de su escultor, de las coronaciones... Hasta las bodas de oro matrimoniales del consiliario tercero celebran las cofradías y piden a Palacio una procesión extraordinaria. Ergo esta es la solución, querido Rubio. Lo de Cervantes ha pasado inadvertido porque a nadie se le ocurrió decir que Cervantes era una cofradía. Aún estamos a tiempo de decir que Murillo es una cofradía, para que se celebre su centenario por todo lo alto, con pregón, cartel, marcha y todos sus avíos. Verás tú, Rubio, cómo hasta llevan en procesión extraordinaria a la Catedral al Murillo del monumento de la Plaza del Museo. Ah, y con el Carmen de Salteras detrás, tocando "Aniversario Murillesco", obviamente de Marvizón. Y con un montón de sensibles cangrejeando delante, y comentando: "Va pressssioso. El detallazo de la Servilleta de la Virgen sólo puede ocurrírsele a este prioste, que es muy amigo mío..."
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