Suelo acompañar a Isabel muchas tardes, calle Alcázares adelante, a rezarle a Sor Angela de la Cruz a pie de urna, en la casa donde muy pocos recuerdan que aparte de morir entre violetas la Santa de Sevilla nació un poeta campero de garrocha de majagua: Fernando Villalón. Las urnas... ¡Qué sevillana es una urna! La urna de San Fernando, la urna de Doña María Coronel, la urna de Sor Ángela... Perdónenme de que siga diciendo Sor Angela, aun después de su canonización por el Papa de Roma. Soy de los que seguimos llamando "Sor Angela" a Sor Angela, en vez de Santa Ángela, que es lo suyo, pero que suena cacofónico. "Cacofónico", en sevillano, se dice que suena muy malamente. Será por esa A junto a otra A pegándose chocazos: la última de "Santa" y la primera de "Ángela", Santa Ángela. En todo caso, "Santángela", todo junto, fundiendo las dos vocales como funden las campanas, sí tiene mejor sonido: suena a esquila del convento convocando a coro.

Si me tomo la licencia de seguir llamando Sor Angela a la Santa que era zapaterita, como mi madre, es porque soy sobrino del Cuerpo, de la muy benemérita y sevillanísima Compañía de la Cruz. Mi tía Pepa Burgos Carmona, que también era zapatera como Sor Angela, y que trabajó en las tiendas de la familia, en Calzados Catedral y en Calzados Avenida, y luego con Don Miguel Pérez en la Alcaicería, se fue al convento y profesó como hermana, haciendo los votos perpetuos con el nombre de Sor Patrocinio de San José de la Cruz. Una de las últimas alegrías que le dimos fue la mañana que fuimos a verla, como despidiéndonos de ella, todos los sobrinos.

Si, como servidor y su Jefa, son partidarios de Sor Angela, no tengo que contarles lo de los papelitos a la Santa. Los sevillanos le piden gracias a Sor Angela y se las escriben en un papelito, que depositan allí, en la capilla de la urna del cuerpo de la Madre de los Pobres. ¿Qué dicen esos papelitos? Pueden imaginarse la cantidad de angustias y esperanzas que van escritas en ellos, cuántos males, desgracias y ruinas. A mí me recuerdan los papelitos dirigidos a la Virgen, con promesas, que en Portaceli escribíamos durante todo el Mes de María y que solemnemente eran quemados el día 31 de mayo, en un antiguo brasero de bruñido bronce en el que Carrasquilla se había gastado todo el sidol del colegio para sacarlo de brillo. En aquel brasero ardían nuestras promesas juveniles, como en los papelitos de Sor Angela van escritas las esperanzas en Dios, bien recomendadas por la Santa al tratarse de sus paisanos, que la tierra tira hasta en el cielo.

En estos tiempos en que nadie toma ya papel y pluma para escribir cartas, a modo de los de Sor Angela, han empezado a aparecer papelitos dirigidos al Gran Poder del Señor en San Lorenzo. Los dejan sus devotos muy dobladitos, en un resquicio que queda entre su peana y el mármol donde camina en su altar como lo hace en la Madrugada: con la divina zancada del Hombre que va presuroso hacia nuestra Salvación. La fe y la esperanza de los sevillanos han encontrado ese resquicio bajo su peana para dejarle papelitos al Gran Poder. Sevillanos papelitos. Sor Angela y el Señor de Sevilla les dicen a los sevillanos lo contrario del cante: "Sí me mandes papeles, que los sé leer gracias a tu fe". Tenemos la certeza de que los leen. Ese resquicio de los papelitos muy doblados, muy bien dobladitos, metidos bajo la peana del Gran Poder no es otro que el clavo ardiendo de la Fe y de la Esperanza a las que nos agarramos en momentos de tribulación. Yo lo sé, porque a ese clavo ardiendo, y por mi vida, se agarró mi alfayate un día, antes que luego el fuego de ese clavo se hiciera luz de fe en el codal de un farol de cruz de guía. Y otro maravilloso milagro de Sor Angela y del Señor: en este tiempo de SMS, de WhatsApp, de email, la fe de los sevillanos sigue usando recado de escribir, papel y pluma. Porque tenemos la certeza de que la Santa y el Señor los leen. ¡Vamos que si los leen! Esto mismo que acabo de escribir, es un papelito que le pongo a Sor Angela y al Gran Poder. Es pidiéndoles por España. Que falta hace.

REPORTAJE CON FOTOS (DE JULIO DOMINGUEZ ARJONA) SOBRE LOS PAPELITOS DE PETICIONES BAJO LA PEANA DEL GRAN PODER (haga click en el enlace)

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