ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla,  1 de octubre de 2016
                             
 
Danos La Paz

Como la paloma de Alberti, esta vez fue la inmensa capacidad hímnica de Pemán la equivocada. Al menos así nos lo parecía en Portaceli, cuando en la exposición solemne del Santísimo cantábamos el Himno del Congreso Eucarístico de Barcelona de 1952 que el inmenso escritor gaditano escribió, con música de Luis Aramburu. El que se ha convertido ya en un clásico religioso, como el "Venid, adoradores" o como el "Salve, madre", que también en su día fueron himnos de otros congresos, del Eucarístico de Madrid de 1911 o del Mariano de Sevilla en 1929. Aquel himno de Pemán comenzaba con unos versos que le sonarán quizá de su parroquia, o de la Catedral: "De rodillas, Señor, ante el Sagrario/que guarda cuanto queda/ de amor y de unidad". No era ahí donde pensábamos que Pemán estaba equivocado, sino en el solemnísimo final: "Cristo en todas las almas, y en el mundo, la paz".

Como por la mañana había sonado quizá "Tus Dolores son mis Penas" de don Antonio Pantiòn, su autor, que tocaba el armónium en la misa diaria con que comenzaba la jornada escolar, y eran ya días de Cuaresma, a punto de que estallaran los naranjos del Albero, siempre había uno que salía de nazareno en El Porvenir y que me decía:

-- Fíjate que esa letra está equivocada, la cantamos mal. No es "Cristo en todas las almas, y en el mundo, la paz". Es "Cristo en todas las almas, y por el Parque, La Paz"...

La Paz por el Parque... Toda mi generación estrenó la juventud viendo a La Paz por el Parque. Hasta entonces habíamos visto a La Paz en las sillas, o en los palcos, con los padres, los abuelos o las tatas. Pero aquel Domingo de Ramos en que estrenábamos traje con pantalón largo ya nos dejaron ir solos a ver las cofradías, con los amigos de Portaceli. Como posesos de la libertad, con la edad en la boca, patadas en el culo nos dábamos corriendo por El Foso camino de la Plazaspaña de las tardes infantiles de la "Enriqueta" por la ría y de la calesita del burrito dándonos vueltas, para encontrarnos con La Paz. Con los blancos nazarenos del Porvenir. Allí fue cuando, tras ver al Cristo de la Victoria recibiendo siempre su Cruz, me convencí de que mi querido Pemán se había equivocado: El Cristo de la Victoria en todas las almas de aquellos nazarenos blancos y en el Parque, bajo su palio de malla, con su manto como de nieve de las flores de los naranjos, La Paz. La Virgen de la Paz. Y sonaba, quizá, tocada por la Banda Soria, una de las marchas más solemnes, que la echaba yo a pelear con "Coronación de la Macarena" de don Pedro Braña: "Victoria y Paz", de don Pedro Gámez Laserna y Juan Antonio Sánchez Sellès (1958). Qué hermosura, que la oigo ahora mientras escribo y parece que estoy viendo ese palio ante La Raza, con Diego Limón y con Jesús Domínguez- Adame, dándonos fraternalmente el gustazo de la blanca La Paz por el Parque estrenando de Domingo de Ramos el verde de los árboles.

Al Domingo de Ramos siempre lo evoqué con el nombre de La Paz. Al pasado le pongo ahora el nombre del Porvenir. La cofradía que de niño veía dos veces. Acababan de sacar a las Gradas de la Catedral los bancos del Trascoro para que vieran las cofradías los niños del Hospicio y por la Puerta Jerez venía la del Porvenir. Los blancos nazarenos no giraban hacia El Postigo, porque entonces Sevilla aún tenía la banda sonora de las coplas del Pali. Seguía por Correos hacia la Avenida, con las sillas ya colocadas, por la carrera oficial, pero en sentido inverso, hasta García de Vinuesa. Nos bajábamos temprano al balcón, para al ver pasar la del Porvenir de ida y oír la proclamación de la primavera: "Ya está la primera en La Campana". Que volvía luego a la Catedral, ya con los vendedores de avellanas, los parcelistas y las sillas llenas; y otra vez la veíamos desde el balcón de Calzados Catedral. Y cuando se acercaba aquel palio blanco, radiante, como transparente, pensaba otra vez que Pemán se había equivocado en el himno que cantábamos en el colegio, "de rodillas, Señor, ante el Sagrario": "Cristo en todas las Victorias, y en su blanco palio, La Paz..."

 

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