Los niños, los locos y los borrachos dicen la verdad. Y los imputados en el Caso Gürtel, como Álvaro Pérez, alias «El Bigotes», que ha hablado con mayor claridad y contundencia que nadie en la lamentable muerte de Rita Barbera. Tanto ha debido de sufrir esta señora en el triste abandono de las fundadoras del PP por sus discúpulos que ahora comen l partido, que me ha recordado la soleá de Rafael Montesinos: "Que nadie se llame a engaño:/todo el que vive por dentro,/ por dentro se va matando". El Bigotes, como quien está al borde de la muerte y no le importa ya decir las verdades del barquero (de Caronte) a quien se tercie, ha hecho el más exacto, dramático, descarnado y fiel resumen de lo ocurrido a la que durante casi 25 años ha sido admirada alcaldesa de la capital del Reino de Valencia. Ha dicho El Bigotes lo que muchos pensamos: «Tengo en mi retina la imagen de una Rita el otro día en las Cortes abandonada como una perra; algunos cobardes ni la saludaron para que no les vieran con ella... La han abandonado los suyos y eso es una canallada».

Hay sobre la cobardía descrita por El Bigotes dos teorías. A saber:

1.- El PP dejó a Rita Barberá abandonada como una perra.

2.- El PP dejó a Rita Barberá tirada como una colilla.

Los que tanto tienen que callar, se hartaron con la pobre. ¿Usted de acuerda del "cordón sanitario" que le hizo la izquierda al PP para que no gobernara en ningún sitio y que, por ejemplo, ha llevado a Espadas a la Alcaldía de Sevilla y al Kichi a la de Cádiz? Bueno, pues el mismo "cordón sanitario" le hizo su propio PP a Rita Barberá, y todo por un asunto de mil cochinos euros, mil, cuando ahí ha habido tanta gente que ha metido tanto la mano en la manteca y siguen de honorables caballeros o de respetables señoras.

Ha dicho además El Bigotes: «Rita Barberá tenía una trayectoria política impecable. Muchos de los que han llegado hasta aquí ya querrían haber sido elegidos por la ciudadanía como lo ha sido ella». Como Teófila Martínez en Cádiz o Francisco Vázquez en La Coruña, Rita Barberá sacaba enchampeladas las mayorías absolutas en Valencia. Y eso ni se olvida ni se perdona por los peores enemigos que tienen los políticos, que son siempre sus propios compañeros de partido. A Rita Barberá la trató su propio partido como a una apestada, y hasta que no la hizo dimitir como senadora del PP no pararon. Y cuando se pasó al Grupo Mixto del Senado, se alejaron de ella todo lo posible. ¿Que los de Podemos le han hecho una infamia inhumana, negándose a guardar un minuto de silencio como señal de recuerdo y respeto en el Congreso de los Diputados? Eso ha sido con la pobre Rita ya muerta. Pero sus propios compañeros del PP le hicieron a Rita Barberá en vida cosas peores que las infamias de Podemos ya muerta. Y el que esté libre de canguelo por corrupción, que tire la primera piedra. ¡Igualito que el PSOE, que viene Felipe González a Sevilla a dar una conferencia, y él y Susana Díaz sientan en su propia mesa a los imputadísimos y presuntamente pringadísimos Chaves y Griñán, sin "cordón sanitario" alguno, y se hacen con ellos cuentas fotos sean menester!

Aunque en otros casos, el PSOE también tiró como una colilla y abandonó como a perra en gasolinera a quien le interesaba en los ERE. Como los abandona y los tira IU, ya abducida por Podemos. Todo partido hace lo mismo. Se sirven de los que les valen en el momento que les interesa y luego, si te vi, no me acuerdo. ¿Los partidos o sus dirigentes? Los partidos no son espíritus puros. Son instrumentos en manos de unos señores que a la primera de cambio demuestran su vileza y su abyección en cuanto haya que dar la cara o poner en peligro el pan de los niños, y les pegan la puñalá. El Bigotes ha hablado del «nutrido grupo de hijos de p. que celebran la muerte de Rita Barberá". En ese grupo hay otros peores: los barandas de los partidos que en cuantito les interese volverán a hacer a cualquiera la jangá que le jugaron a Rita Barberá.

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