ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla,  28 de noviembre de 2016
                             
 

Los gorrones de Fidel

 Espero que muerto el tirano Fidel y abierto el camino de las libertades, Cuba deje de ser para nuestra progresía municipal una especie de Rastrillo sin marquesas. Cuba ha sido para los alcaldes y concejales de izquierda como el Ropero de los Pobres para las beatas catequistas. Donde hacer caridad... con el dinero ajeno y público en este caso, y bajo el nombre de "solidaridad". Porque eso de la caridad saben ustedes que es facha. Hasta el villancico en el popurrí que me acabo de inventar lo canta: "Porque en esta tierra/ya no hay caridad,/que los progres hacen/solidaridad". "Solidaridad con el pueblo cubano" se ha venido llamando al envío a aquella dictadura de todo material municipal obsoleto, sin venderlo en pública subasta, sino pagando los contribuyentes que los concejales tan generosos con lo ajeno se pusieran medallas ante sus camaradas del Partido Comunista de Cuba...y de paso se pegaran en la paradisíaca isla antillana una vacaciones de ensueño a costa de todos nosotros. Le llaman "solidaridad con el pueblo cubano" cuando es "apoyo a la dictadura castrista". Una contradicción gorda. Si aquello es el paraíso de la dictadura del proletariado y atan los perros con longanizas de Marx y de Lenin, ¿cómo es que hay que enviarles autobuses, ambulancias, material escolar, medicinas o equipos hospitalarios?

Aseguran, y hasta hay fotos, que por La Habana se ven viejos autobuses urbanos de TUSSAM, a los que ni les han cambiado los colores con los que circularon por Sevilla. Muchos turistas sevillanos los ven y se creen que en la tablilla va a poner "Gran Plaza", pero dice "La Rampa". Una "leyenda urbana" (que no he podido comprobar y cito por tanto con toda precaución y presunciones) asegura que cuando se derribó sin causa justificada el Equipo Quirúrgico del Prado, todo el contenido, los quirófanos, sus equipos completos, sus aparatos de radiología, su laboratorio y todo el material hospitalario en perfecto estado fue enviado a Cuba por la cara. Ojalá no fuese así, porque eso hubiera sido una vergüenza: derribar quirófanos en perfecto uso, habiendo tantas listas de espera en el SAS, y encima mandar ese material al dictador Castro...

Habitualmente todas estas solidaridades con el comunismo cubano no se han enviado por Seur a portes debidos, sino que ha ido a Cuba una legacía municipal de la ciudad o pueblo donante para hacer solemne entrega. En muchos pueblos, para mandar una ambulancia vieja a Cuba, cuatro concejales se pegaban unas vacaciones de ensueño en la isla del dictador. De ensueño, no: de gañote. Pagando el ayuntamiento. Primero vino la moda del "turismo político" a Cuba, que era que los progres iban...para volver desengañados del comunismo castrista. Hasta a cortar caña en la propagandística Gran Zafra fueron algunos estudiantes, cuando Castro había convertido aquello en la URSS con palmeras. Luego vino el repugnante "turismo sexual", buscando jineteras o maromos por El Malecón. Más tarde, con los hoteles españoles allí, vino el turismo de masas a Cuba y sobre todo a las playas de Varadero. Esos lo pagaban todos de su bolsillo. Pero no así estos Gorrones de Fidel, los donantes de trastos inservibles en el Rastrillo Municipal de la Solidaridad Comunista. En realidad eran Gorrones a Costa de Fidel. Con el pretexto de la solidaridad con la dictadura cubana y la donación de material de segunda mano, ¡se pegaban unas vacaciones de muerte en Varadero y en La Habana, y hasta visitaban Trinidad! Se ponían hasta la corcha de mojitos en la Bodeguita del Medio y de daiquiris en Floridita, así como de rumba, rumba en las noches de Tropicana, y de moros y cristianos. Y si se ponía a tiro una mulatona, caía. Todo en nombre de la Revolución. ¿Cuántos gorrones de la Revolución habrán llorado la muerte del tirano Castro? No por pena, sino porque se les va a acabar el chollo de las vacaciones caribeñas pagadas por todos nosotros con el pretexto de la solidaridad comunista.

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