Igual que don Pedro Muñoz Seca, el abuelo de mi valeroso compadre Alfonso Ussía, decía en "La Venganza de Don Mendo" que "cuatro Quiñones son pocos/hacen falta más Quiñones", son también pocos los premios que se dan en Sevilla cada lunes y cada martes, gracias a los cuales sale retratada un montón de gente que los convoca y entrega para satisfacer su vanidad. Hace falta dar más premios en Sevilla. De algo tienen que vivir los fotógrafos haciendo retratos del personal, placa en mano. Sin agotar todas las posibilidades que se ofrecen para los que quieran pintar la mona y salir en los papeles entregándolos, he aquí una lista de sugerencias para posibles futuros premios:
Premio Cate de Oro.- Al alumno de Secundaria de la enseñanza privada o concertada que haya conseguido que lo suspendan en absolutamente todas las asignaturas, incluida Gimnasia.
Premio Alcalde García de Vinuesa.- Al derribo más importante, dañino e irreparable del año y que más haya destruido el tesoro arquitectónico de la ciudad, obviamente que con las bendiciones de la Comisión del Patrimonio, que para eso está, para autorizar Secaderos de Tabaco en la calle Santander.
Premio Fagamos.- A la barbaridad más grande propuesta en Sevilla, como eso de IU de querer quitar a San Fernando y el título de "Mariana": "Fagamos un escudo tal que los siglos venideros nos tomen por gilipollas".
Premio Canina Coronada.- A la esquela mortuoria, en plan "Bético hasta la Muerte", más original e ingeniosa que rebose arte y simpatía de las publicadas en ABC. (Se dará a los herederos del difunto, sin cobrarles Impuesto de Sucesiones).
Premio Plato Cuadrado.- A la más sofisticada y cursi tapa de diseño con las que nos sorprenden los gastrobares.
Premio Bar Bería.- Al corte de pelo, vulgo pelado o niquelado, más extraño y con el teñido más horroroso con que nos sorprendan los jugadores del Sevilla o del Betis.
Premio A Ésta Es.- A la arenga-llamada-pregón más larga y cursi con la que un capataz que se cree poeta manda levantar el paso delante del Palquillo, para que lo oigan bien las cámaras de la TV local y los micrófonos de "El Llamador" de Canal Sur Radio.
Premio Petaíto de Montensión.- Al costalero más cachas, que luciendo músculo en camiseta de tirantas se pasee en derredor de los pasos, con el costal por el bigote que le impide ver más allá de sus narices.
Premio Vamos A Callarnos.- A la estupidez más grande, y encima creyéndose que hace gracia, que se le ocurra a cualquiera en el silencio de la plaza de toros en una tarde de lleno con farolillos.
Premio Tonto con Balcones.- Al político o política que se le ocurra la tontería más grande, como por ejemplo al que se disfrazó de cura para casar a sus amiguetes en El Puerto, y encima con una bufanda del Barsa por estola. Hombre, si por lo menos hubiera sido amarilla, del Cádiz...
Premio Peatón de Oro.- Al viandante que consiga llegar desde la Puerta Jerez al Atrquillo sin estar a punto de que lo pille un ciclista, o un patinador, o un tranvía, o los guiris de los cacharros de dos ruedas que salen en manada desde Sánchez Bedoya (sin premio).
Premio Pregonati con Tomati.- Al pregón más corto y original de los cien mil que se dan en Sevilla, Ciudad de los Pregones.
Premio No Te Jartas de Atril.- Al pregón más largo e insoportable, que cuando el pregonero le ha dado ya un repaso a todas las hermandades de penitencia y todos creen que por fin termina, salta el tío con un Romance a la Rampla del Salvador para que salga La Borriquita.
Premio Camarero Malaje.- Con jurado unipersonal de Eusebio León, al camarero que en el noble ejercicio de servicio al público lo haga de tal manera que las generaciones actuales y venideras lo tomen por el más antipático, atravesado y saborío, pero tela del telón de saborío.
Premio Palmatoria de Oro.- Al político inventor del impuesto más sangrante y discriminatorio, galardón que se lleva Susana Díaz por unanimidad per secula seculorum, por el Impuesto sobre la Muerte, vulgo de Sucesiones y Donaciones.
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