ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 13 de mayo de 2017
                               
 

Con flores a María

Hoy es 13 de mayo, cuando "la Virgen María/bajó de los cielos/a Cova de Iría". Me he acordado de la antigua coplilla devota al pasar por la plazoleta que forma a su final la calle Guzmán el Bueno, de donde arranca el callejón del Almirante Mazarredo, camino de la exposición del concurso de pintura de los aceiteros antequeranos de Dcoop en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Me he acordado de esta coplilla porque allí estaba nuestro colegio de las primeras letras, que nos enseñó la moguereña Hermana Matilde. Y allí la cantábamos tal día como hoy cada mayo. Que en el Colegio de las Hermanas de la Doctrina Cristiana era, por excelencia, el Mes de María, con su ejercicio piadoso diario. No me dejarán por embusteros y pongo por testigos (porque estos recuerdos no se los llevó el viento) a antiguos condiscípulos, como Vicente García Caviedes, Antonio Dubé de Luque o Curro Sánchez-Blanco Parody. Días de flores y días de colegiales coplas como antiguas en honor de la Virgen.

En aquel patio de mármoles y pilastras donde nos hicieron la foto de recuerdo del colegio con el mapa de España al fondo resonaba cada tarde de mayo, todos en fila camino de la capilla, otra coplilla devota, cuya memoria creo que hasta se ha perdido, cuando el Concilio Vaticano II arrasó con tantas y tan hondamente sentidas formas de religiosidad popular. Era entre toque de llamada y de zafarrancho de combate a lo divino: "Venid y vamos todos con flores a porfía,/ con flores a María, que Madre nuestra es./ De nuevo aquí nos tienes, Purísima Doncella,/ más que la luna, bella, postrados a tus pies". Y llevábamos en las manos azucenas y calas, flores que algunos habían cortado de las macetas de su patio y que nuestra madre había comprado en el Jardín de la Caridad para que se las lleváramos a la Virgen de la mínima capilla de Guzmán el Bueno desde la que se oían tan cerca las campanas de la Giralda.

Y con el recuerdo de los cánticos infantiles en aquella plazoleta del colegio de la Doctrina Cristiana me fui al siguiente día, de mañana, a pasear por Sevilla. Y vi que por algo lleva la ciudad el de Mariana entre sus títulos, por mucho que algunos se lo quieran quitar. Vi las jacarandas en flor, con su morado color túnica de Las Cigarreras. Y vi las buganvillas chorreando belleza por las tapias o trepando por las paredes de cal, con su color carmesí escapulario de Las Siete Palabras. Y pensé que, como una niña de la Doctrina Cristiana, Sevilla, vieja dama, cada mes de mayo, con sus árboles y arbustos vestidos con los más hermosos colores, va también "con flores a María". Con sus buganvillas y sus jacarandas, Sevilla la Mariana parece que va "con flores a porfía" a los pies de la Virgen: de La Que Está en San Gil, de la Divina Marinera de la Calle Pureza, de la Chiquitita del Arco del Postigo, de la Virgen de la Antigua pintada en el muro catedralicio, de la Inmaculada de la plaza del Triunfo.

Hasta la Giralda va con flores a María en este mayo de vencejos. Pasé luego a los pies de la torre mayor, miré la arista del "prisma puro de Sevilla" y me encontré arriba sus cuatro jarras de azucenas. Si siempre es Domingo de Ramos en el bronce de la palma que el Giraldillo cuelga en el balcón de los vientos, siempre es mayo en las cuatro jarras de azucenas de la Giralda, con las que la Mariana Sevilla va "con flores a porfía" a la Virgen. Así, así, como las de las jarras de la Giralda eran las azucenas que las niñas, con sus largos velos blancos sobre el negro uniforme de cuello duro, llevaban a la Virgen en el "venid y vamos todos" de cada tarde en el colegio de la Doctrina Cristiana de Guzmán el Bueno. Así eran las azucenas que le llevábamos nosotros, ¿no, Curro; no, Vicente; no, Antonio? ¿O no lo sabíamos, y las que le llevábamos a la Virgen de la capilla de la Doctrina Cristiana eran en verdad las mismísimas azucenas de las jarras de la Giralda, hechas realidad de carnosas hojas blancas por el amor de la madre que se las había comprado al florista del Jardín de la Caridad?

 

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