ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 24 de julio de 2017
                               
 

La fuerza del Rey Negro

La Fuerza Terrestre, la que tiene su mando y cabecera en la Plaza de España sin que los sevillanos por cierto valoren bien su importancia dentro del Ejército, es nada, un soplido, un globo deshinchado, al lado de la fuerza del Rey Negro. No me refiero a los batallones de blancos beduinos con la cara más negra que el futuro de las cabinas de teléfonos, movilizados por el Ateneo como huestes de Baltasar, ese Rey Mago que pasa la trasera de su carroza y estamos pensando en que ya mismito está la primera en La Campana, en este no parar de las fiestas de Sevilla. Me refiero al poeta y compositor sevillano que con muy buen acierto y justicia ha designado el Ateneo para representar al Rey Negro: a Rafael González-Serna Bono, que, como dije cuando lo nombraron pregonero de la Semana Santa, se escribe así, pero se pronuncia Rafa Serna. O, de toreras maneras, "el padre de Rafita Serna".

A mí, la verdad, mi querido Rafa Serna me deja de piedra con su fuerza. No, no es que las levante o las arrastre como los vascos en sus deportes populares. Me deja de piedra por la fuerza de sus ganas de vivir. Lo que para muchos es un honor o una responsabilidad, a Rafa Serna le da fuerzas en su lucha por la vida. En la que sale siempre triunfante, por más que te digan un día sus amigos que la cosa anda entre chungalé y medio regularcilla, que son dos medidas muy sevillanas, muy de la Cuesta del Rosario. Dicen que la Cuesta del Rosario es de las pocas que hay en esta ciudad llana como una mano abierta que describía el poeta Pedro Salinas. Lo que no sabe nadie, y me lo dicen ahora mismo los duendes de la muralla de la Macarena, los vecinos de su Virgen de la Esperanza, que la fuerza de vida de Rafa Serna ha conseguido que la Cuesta del Rosario sea siempre cuesta abajo. Y no porque vaya hacia El Salvador, camino del Simpecado de Sevilla, no; Rafa Serna hace Cuesta abajo la del Rosario hasta subiendo hacia la Costanilla de San Isidoro, con sus inmensas, tenaces, esforzadas, ganas de vida. Esto mismo de salir de Rey Mago, que para alguien con plena salud es un palizón (y a los anteriores sevillanos que los han representado me remito), estoy plenamente convencido de que es para Rafa Serna una inyección de vida. Inyección que no venden en ninguna botica, ni la paga el Seguro, pero que la ciudad a la que ama se la prescribe de vez en cuando, en forma de pregón de la Semana Santa, en forma de trono en la Cabalgata de la Ilusión de los Niños cuyos padres se van a quedar boquiabiertos, por cierto, ante la calidad literaria y sentimental del pregón de Carlos Navarro Antolín, cuyo borrador he tenido el honor de haber podido leer.

Con estas cosas, Rafa Serna recibe la mejor medicina, que es el cariño de los que admiramos sus ganas de vivir. Cuando la vida es una victoria diaria ganada con todo esfuerzo, a pulso. Ya digo: la fuerza del Rey Negro. El zafarrancho de vida de Rafa Serna. Como saben, Rafa Serna es yerno de Pepín Lirola, el dueño de ese Vilima tantos años cerrado y en el que ojalá por fin autoricen un hotel. La casa Lirola fue siempre adelantada en originalidad publicitaria, y hablo de tiempos del padre de Pepín, o sea, del fundador José Lirola Cerezuela, que en la radio de "Lo toma o lo deja" o "Conozca usted a sus vecinos" creó el popularísimo programa "El sí de Lirola". Como el "sí a la vida" de Rafa, el yerno de su hijo Pepín, igual. Y luego el propio Pepín, el hermano de Victoria Lirola Martínez, la menor de la familia, cuyo acrónimo creó el trisílabo mágico Vilima, inventó el famosísimo "Zafarrancho Vilima" con el que desafiaba a las mismas rebajas del Cortinglés. Lo que no sabía Pepín entonces es lo que comento ahora: que para zafarranchos, ni Vilima, ni Lagar Dos, ni nada: Rafa. Para zafarranchos, la lucha por la vida, la fuerza de la vida del yerno poeta que le salió a Pepín Lirola y a Magdalena Mesa. Rafa, el autor, el del himno del centenario del Betis, el de "Cántame", el de "Se te nota en la mirada". Eso, eso, Rafa: a los sevillanos se nos debe de notar en la mirada, pero tela, que estamos maravillados viendo tu fuerza de vida, tu coraje, tu lucha. Verás tú qué tres primeros caramelos en forma de tres orejas le va a tirar el Rey Negro a su hijo Rafita Serna el día de su alternativa en la Feria de San Miguel.

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